Tras las huellas de Isabel I en Granada
El Ayuntamiento organiza visitas guiadas que recorren las primeras obras cristianas tras la conquista de la ciudad en 1492
Isabel de Castilla, primera reina cat¨®lica de Granada, gobern¨® durante 10 a?os en territorio infiel. Con una poblaci¨®n mayoritariamente mud¨¦jar, heredada de siete siglos de dominio musulm¨¢n, la revuelta pod¨ªa llegar tanto de los perdedores como de los propios vecinos de la ciudad. Reforzar las fortificaciones (entre ellas la propia Alhambra) y extender lo m¨¢s posible el cristianismo fueron los medios para asegurar su dominio. El Ayuntamiento organiza unas visitas guiadas que recorrer¨¢n los rincones de la ciudad relacionados con el reinado de la conquistadora cristiana a partir de octubre. Una de ellas perseguir¨¢ los vestigios de su pol¨ªtica de defensa e imposici¨®n cultural.
Juan Antonio Vilar, gu¨ªa tur¨ªstico e historiador que acaba de publicar el libro 1492-1502 Una d¨¦cada fraudulenta, comienza la ruta en Torres Bermejas, la fortificaci¨®n ¨¢rabe colocada en la colina del Mauror, junto al hotel Alhambra Palace. Este torre¨®n vig¨ªa del siglo IX, desde el que se divisa la cara sur de la Alhambra y toda la ciudad y la vega de Granada, es ejemplo de c¨®mo los Reyes Cat¨®licos mejoraron las defensas de la ciudad. "La llegada de la artiller¨ªa convirti¨® las torres cuadradas de los ¨¢rabes en un juguete", cuenta Vilar. Por eso, siete meses despu¨¦s de la conquista, los cristianos construyeron baluartes circulares, mucho menos vulnerables, tanto en Torres Bermejas como en la Alhambra.
Esos refuerzos se explican tambi¨¦n, seg¨²n Vilar, "por el miedo a la rebeli¨®n de los mud¨¦jares". El historiador pone el ejemplo del castillo de Bibataub¨ªn, otra de las fortalezas de la ciudad, junto a Puerta Real, donde se levantaron dos de estas torres circulares. La primera, que aun se conserva, pretend¨ªa evitar invasiones; la segunda, intramuros, serv¨ªa para repeler revueltas.
Desde Torres Bermejas, la excursi¨®n prosigue por el callej¨®n de la Cruz de Piedra hasta la plaza de la Puerta del Sol, en el coraz¨®n del Realejo. Donde hoy se conserva un lavadero de piedra, se levantaba hasta 1501 la puerta de Bib al Mauror, entrada de la Mellah, el barrio de los jud¨ªos, que fueron forzados a abandonar Granada el 1 de agosto de 1492. "Los cristianos dejaron entonces de ser ocupantes para instalarse en las casas de los expulsados", cuenta Vilar. El Realejo pas¨® a ser el sitio preferido por los nuevos pobladores.
All¨ª se construyeron las primeras iglesias, como la antigua catedral de Santa Mar¨ªa la Mayor (plaza San Juan de la Cruz) hasta donde el gu¨ªa se deja caer. En este edificio, reconvertido en cuartel, se casaron por poderes las infantas Mar¨ªa y Catalina con Manuel I de Portugal y el pr¨ªncipe Arturo de Inglaterra s¨®lo ocho a?os despu¨¦s de la conquista.
La cristianizaci¨®n de la ciudad mora durante los primeros a?os de reinado continu¨® con el convento dominico de Santa Cruz la Real (plaza de Santo Domingo) mandado construir en 1492 y hoy en d¨ªa Colegio Mayor de esa orden. Nueve a?os despu¨¦s se abri¨® el de las Comendadoras de Santiago (calle Santiago) donde la reina encerr¨® a 12 damas nobles de su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo y se conservan la mitra y la estola de Hernando de Talavera, el primer arzobispo de Granada.
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