La gran revoluci¨®n turca
Sin pa?uelo en la cabeza, una ministra islamista y una alcaldesa kurda caminaban hace un par de semanas por un sendero de la Universidad del B¨®sforo, en el campus de las afueras de Estambul donde se forman las ¨¦lites turcas entre c¨¦sped reci¨¦n cortado. Acud¨ªan a participar en uno de los debates sobre la incorporaci¨®n a la Uni¨®n Europea que ¨²ltimamente proliferan en Turqu¨ªa. Hace diez, incluso cinco a?os, ambas podr¨ªan haber sido encarceladas por defender sus ideas en un pa¨ªs donde se han sucedido los golpes militares y el laicismo pol¨ªtico y el centralismo territorial son dogmas de fe. Pero en su larga marcha hacia Europa, las reformas legales no han cesado de mudar la piel autoritaria del Estado fundado hace 80 a?os por Mustaf¨¢ Kemal, Atat¨¹rk, entre las cenizas del Imperio Otomano. En apenas tres a?os, Turqu¨ªa ha abolido la pena de muerte. La Constituci¨®n ha roto con el mito de que los turcos son un pueblo con una sola lengua y ha autorizado la ense?anza del kurdo y su uso en los medios de comunicaci¨®n. El exorbitante poder del Ej¨¦rcito -guardi¨¢n ¨²ltimo del kemalismo, la ideolog¨ªa nacional-autoritaria que a¨²n impregna la vida cotidiana de la Turqu¨ªa moderna- ha sido dr¨¢sticamente recortado... El mi¨¦rcoles, Ankara va a superar con previsible ¨¦xito su primer examen de ingreso en la UE. La Comisi¨®n tiene previsto hacer p¨²blico el d¨ªa 6 en Bruselas un informe que ser¨¢ clave para evaluar los progresos pol¨ªticos, sociales y econ¨®micos de Turqu¨ªa despu¨¦s de la revisi¨®n de 40 art¨ªculos de su Constituci¨®n y de haber puesto patas arriba su legislaci¨®n interna.
El viaje de Turqu¨ªa hacia Europa no ser¨¢ f¨¢cil para un pa¨ªs musulm¨¢n, aunque laico, y donde los militares intentan marcar el paso a unos gobernantes con ra¨ªces en el islamismo
Las autoridades de Bruselas deber¨¢n formular tambi¨¦n una recomendaci¨®n para que los jefes de Estado y de Gobierno de Los 25 puedan fijar una fecha para el inicio de las negociaciones de adhesi¨®n en su pr¨®xima cumbre, el 17 de diciembre. A pesar de las cr¨ªticas surgidas en varios pa¨ªses europeos contra el acercamiento a Turqu¨ªa, nadie duda de que, a partir de ese momento, los turcos deber¨¢n recorrer un penoso v¨ªa crucis de reformas pol¨ªticas y ajustes econ¨®micos durante no menos de una d¨¦cada antes de llegar a ser ciudadanos de pleno derecho de la Uni¨®n.
Ankara recibi¨® esta promesa hace dos a?os: "Si Turqu¨ªa cumple los criterios pol¨ªticos de Copenhague [es homologable a cualquier Estado miembro], la UE abrir¨¢ sin dilaci¨®n las negociaciones de adhesi¨®n". Turqu¨ªa parece haber cumplido a grandes rasgos su parte del trato. Pero a¨²n tiene asignaturas pendientes. Bruselas plantear¨¢ a su vez duras cl¨¢usulas de salvaguarda tras cumplir su palabra con Ankara.
"Soy la ¨²nica alcaldesa en una zona donde la pol¨ªtica sigue siendo muy dura". A punto de cumplir los 40 a?os, Song¨¹l Erol Abdil est¨¢ al frente del Ayuntamiento de Tunceli, en el sureste de Anatolia, desde el pasado mes de marzo. Es una de las mujeres que m¨¢s lejos ha llegado en pol¨ªtica dentro de la comunidad kurda, que agrupa a unos 15 millones de los m¨¢s de 70 millones de habitantes de Turqu¨ªa. El Kurdist¨¢n turco ha sido escenario de una guerra civil no declarada entre la guerrilla independentista y el Ej¨¦rcito (650.000 militares, el segundo m¨¢s numeroso de la OTAN) desde 1984 hasta 1999 y que se ha cobrado m¨¢s de 35.000 muertos.
Rocambolesca operaci¨®n
Pero tras la detenci¨®n del l¨ªder del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK), Abdul¨¢ Ocalan, en una rocambolesca operaci¨®n de los servicios secretos turcos en Nairobi, la guerrilla qued¨® descabezada. Juzgado y condenado a muerte en Turqu¨ªa, la reforma constitucional que aboli¨® la pena capital salv¨® de la horca a Ocalan, que permanece encarcelado a perpetuidad en una isla del mar de M¨¢rmara.
El Kurdist¨¢n tambi¨¦n ha cambiado; el estado de excepci¨®n decretado en las provincias del sureste y controlado con mano de hierro por autoridades militares estuvo vigente hasta finales de 2002, a la llegada de los islamistas al poder en Ankara. Aldeas enteras quedaron arrasadas por una pol¨ªtica de tierra quemada de las unidades militares para impedir que la guerrilla del PKK contara con apoyos sobre el terreno.
Song¨¹l fue elegida en la lista de un partido de izquierdas turco, aunque en realidad milita en el movimiento nacionalista kurdo Dehap, repetidamente ilegalizado por la justicia turca. "S¨®lo puedo decir que despu¨¦s de la desaparici¨®n de la legislaci¨®n de excepci¨®n, a¨²n hay que trabajar muy duro para que se recupere nuestro territorio", reconoce la alcaldesa de Tunceli.
Tras la desaparici¨®n de los tribunales especiales antiterrorista, en un cap¨ªtulo m¨¢s de las reformas impuestas a Turqu¨ªa por la UE, una mujer que simboliza el nacionalismo kurdo en Turqu¨ªa, la ex diputada Leyla Zana, de 43 a?os, fue puesta en libertad despu¨¦s de haber permanecido en prisi¨®n durante 10 a?os. Fue excarcelada el pasado mes de junio, una vez que un tribunal ordinario acept¨® revisar su condena por "atentado contra la unidad de la patria" por haber intervenido en lengua kurda ante el Parlamento de Ankara.
Zana, cuyo regreso a Diyarbakir, la capital del Kurdist¨¢n turco, fue celebrado por decenas de miles de personas, tiene previsto recoger en el Parlamento Europeo, el pr¨®ximo d¨ªa 14, el Premio Saj¨¢rov a los Derechos Humanos, que le esperaba en la Euroc¨¢mara desde 1995. Poco antes de que Turqu¨ªa reformase su legislaci¨®n para liberar a la ex diputada kurda, un portavoz de la Comisi¨®n advirti¨® de que un pa¨ªs con "prisioneros pol¨ªticos, detenidos s¨®lo por expresar sus ideas pac¨ªficamente, no pod¨ªa aspirar a considerarse miembro de la UE".
"Las televisiones p¨²blicas y privadas pueden emitir utilizando la lengua tradicional y los dialectos usados por el pueblo de Turqu¨ªa en su vida cotidiana", reza el nuevo art¨ªculo 4? del estatuto del Consejo Superior de Radio y Televisi¨®n de Turqu¨ªa. La libertad de expresi¨®n est¨¢ recogidas, al menos sobre el papel. Pero ese mismo organismo ha sancionado al canal local de televisi¨®n ATV por violar "los principios generales de la Constituci¨®n turca" por presentar un programa musical en kurdo.
El viaje de Turqu¨ªa hacia Europa no ser¨¢ f¨¢cil para un pa¨ªs musulm¨¢n, aunque laico, y donde los militares a¨²n intentan marcar el paso a unos gobernantes civiles y laicos, pero con profundas ra¨ªces en el islamismo pol¨ªtico. Los democristianos alemanes cuestionan abiertamente que la Uni¨®n Europea, hasta ahora un club cristiano, pueda aceptar en su seno a un Estado isl¨¢mico que lleva camino de tener el mismo peso demogr¨¢fico que Alemania. Y en Francia, dos ministros acaban de reclamar la convocatoria de un refer¨¦ndum para que los ciudadanos franceses se pronuncien sobre una eventual adhesi¨®n turca a la UE. Turqu¨ªa es ahora un pa¨ªs m¨¢s uniforme. Con un 99% de musulmanes (sun¨ªes ortodoxos en su mayor¨ªa, si bien una cuarta parte practica el rito alevi), Turqu¨ªa ha ido perdiendo poco a poco a las minor¨ªas que poblaban el coraz¨®n del antiguo Imperio Otomano. Unos 60.000 armenios siguen viviendo en territorio turco, despu¨¦s del genocidio que sufri¨® esta comunidad antes de la I Guerra Mundial. Apenas unos 3.000 griegos ortodoxos siguen dependiendo del patriarca de Constantinopla; decenas de miles tuvieron que abandonar el pa¨ªs. La comunidad jud¨ªa de Estambul, Esmirna y la costa del Mediterr¨¢neo, con una gran e importante presencia de sefard¨ªes, comenz¨® a trasladarse a Israel despu¨¦s de la II Guerra Mundial. En la actualidad se estima que viven unos 25.000 jud¨ªos en Turqu¨ªa. En la ola de atentados que golpe¨® a Estambul el pasado mes de noviembre, dos sinagogas quedaron destruidas por la explosi¨®n de sendos coches bomba. Otras minor¨ªas, como la cristiana asiria, de rito arameo, se han visto afectadas por el conflicto interno en el sureste de Turqu¨ªa, cerca de la frontera de Irak.
Reformas
El Gobierno turco decidi¨® suprimir el pasado mes de marzo la llamada Comisi¨®n Provisional de Minor¨ªas, creada casi en secreto en 1962 para investigar las actividades de grupos que pod¨ªan "constituir un peligro para la seguridad nacional". Esta comisi¨®n estaba formada por miembros del Consejo de Seguridad Nacional y de la Organizaci¨®n Nacional de Inteligencia, la temible MIT. La Administraci¨®n turca va a tener que afrontar el pago de compensaciones por las propiedades que los miembros de las minor¨ªas han abandonado en Turqu¨ªa. El antiguo barrio griego de Estambul pr¨®ximo al distrito de Taksim, en el coraz¨®n de la parte europea, se ha convertido con el tiempo en un gueto de casas abandonadas ocupadas por reci¨¦n llegados.
En una naci¨®n muy apegada a tradiciones y ceremonias, G¨¹ldal Aksit, la ministra de Asuntos de la Mujer de Turqu¨ªa que participaba en Estambul en el debate europeo con la alcaldesa kurda de Tunceli, ha tenido que hacer frente a las crecientes cr¨ªticas de los sectores laicos turcos y de la opini¨®n p¨²blica europea ante la reforma del C¨®digo Penal, en la que su Gobierno ha intentado mantener hasta el final el castigo del adulterio como delito. "No podemos hacer una reforma para contentar a todas las capas de la sociedad", reconoc¨ªa Aksit ante un auditorio mayoritariamente proeuropeo en la Universidad del B¨®sforo de Estambul.
El primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, ha tenido que viajar a Bruselas para despejar las dudas de la Comisi¨®n Europea sobre su voluntad de reforma y garantizar que el C¨®digo Penal no iba a tipificar el adulterio, una conducta privada que en los pa¨ªses de la UE s¨®lo acarrea consecuencias en el C¨®digo Civil. Despu¨¦s de pilotar el largo y complejo proceso de reformas legislativas de Turqu¨ªa y de vencer la resistencia del Ej¨¦rcito y del aparato kemalista del Estado, Erdogan se ha encontrado en los ¨²ltimos metros de su recorrido, a pocas semanas del primer examen de entrada en la UE, con un escollo surgido en su propio bando pol¨ªtico. El Partido de la Justicia y el Desarrollo, el movimiento conservador de base islamista que le sustenta, vot¨® finalmente el pasado domingo la reforma del C¨®digo Penal de acuerdo con las recomendaciones de Bruselas. Pero el ala m¨¢s radical de su partido ha abierto una profunda crisis en sus filas, al insistir en imponer la pena de c¨¢rcel para el adulterio tras la supresi¨®n de los llamados cr¨ªmenes de honor. En 1996, el Tribunal Constitucional turco ya hab¨ªa anulado el delito de adulterio por ser discriminatorio para las mujeres, ya que los hombres s¨®lo eran condenados a pena de c¨¢rcel cuando se trataba de una relaci¨®n ad¨²ltera continuada y p¨²blica. Una situaci¨®n que, por lo dem¨¢s, tambi¨¦n se daba en Espa?a hasta 1977. La disputa interna en el partido de Erdogan sirve para ilustrar la gran divisi¨®n social que existe en la Turqu¨ªa del siglo XXI entre los ciudadanos europeos de las grandes ciudades y las regiones costeras y los asi¨¢ticos de la Anatolia m¨¢s profunda.
En su casa con vistas a los puentes que unen Europa y Asia sobre el estrecho del B¨®sforo, el m¨²sico y escritor turco Omer Z¨¹lfu Livaneli recordaba hace tiempo su pelea pol¨ªtica con el actual primer ministro. Livaneli, hoy diputado socialdem¨®crata encuadrado en el Partido Republicano del Pueblo, fue el candidato laico que perdi¨® frente a Erdogan las elecciones municipales de 1994, que le catapultaron a la alcald¨ªa de Estambul. "Han cambiado [los islamistas], y tienen voluntad de integrar a Turqu¨ªa en Europa, pero... sigue habiendo dudas sobre sus intenciones". Como muchos turcos laicos y proeuropeos, el autor de la novela El eunuco de Constantinopla teme que, pese a su apariencia de moderaci¨®n, los islamistas mantengan una agenda oculta para transformar la sociedad. Livaneli, de 58 a?os, ha compartido su m¨²sica con el compositor griego Mikis Teodorakis y con la cantante espa?ola Maria del Mar Bonet. Ahora parece m¨¢s preocupado por la falta de liderazgo en el amplio movimiento laico de Turqu¨ªa para afrontar el creciente auge del islamismo. "Casi todas las empresas de comunicaci¨®n turcas tienen deudas fiscales y con el Gobierno, as¨ª que Erdogan parece hallarse a salvo de las cr¨ªticas period¨ªsticas", advierte. Entre los a?os ochenta y noventa estall¨® en Turqu¨ªa un verdadero boom medi¨¢tico, con decenas de canales de televisi¨®n privados de orientaci¨®n laica casi en su totalidad, que hasta la victoria electoral de noviembre de 2002 censuraban con crudeza a Erdogan y los islamistas.
Esta misma opini¨®n de que la excesiva concentraci¨®n de los medios en Turqu¨ªa -un pa¨ªs de grandes conglomerados empresariales- en manos de dos o tres grupos altamente endeudados favorece su control por parte del poder pol¨ªtico es compartida por Turgut Erylmaz, de 57 a?os, editorialista del diario Radikal, de orientaci¨®n laica. "No creo que vayamos a sufrir un choque de civilizaciones en el interior de Turqu¨ªa; seguiremos siendo un puente entre Oriente y Occidente", asegura Erylmaz, que, al igual que Livaneli, procede de la izquierda turca que pag¨® con la c¨¢rcel su enfrentamiento con el Ej¨¦rcito tras el golpe militar de 1980.
Los cambios legislativos para desmontar el aparato de poder construido por los militares en la Constituci¨®n de 1982 han sido impresionantes en Turqu¨ªa, aunque gran parte del edificio autoritario levantado por los generales sigue en pie. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos -Turqu¨ªa es miembro fundador del Consejo de Europa- ha condenado de forma reiterada al Gobierno de Ankara por no respetar la libertad de expresi¨®n y no garantizar un juicio justo a miles de detenidos por el simple hecho de ejercer una actividad pol¨ªtica. Hasta hace apenas tres meses, la mayor parte de estos casos eran juzgados por los llamados Tribunales de Seguridad del Estado, uno de cuyos integrantes era militar.
Abusos y malos tratos
Pero al margen de la represi¨®n de las actividades pol¨ªticas, que se ha concentrado sobre todo en el nacionalismo kurdo y la izquierda radical, el fantasma de los abusos y los malos tratos policiales han planeado sobre todos los ciudadanos. Un incidente menor de tr¨¢fico, una disputa por un coche mal aparcado pod¨ªa acabar con una paliza en comisar¨ªa. Amnist¨ªa Internacional considera en su ¨²ltimo informe que la situaci¨®n de los derechos humanos en Turqu¨ªa ha mejorado a consecuencia de su proceso de acercamiento a la UE, aunque debe esforzarse para que las nuevas leyes aprobadas, como la reforma del C¨®digo Penal, se apliquen de forma efectiva por las fuerzas de seguridad y la Administraci¨®n de Justicia.
La Asociaci¨®n de Defensa de los Derechos Humanos, una organizaci¨®n pr¨®xima al nacionalismo kurdo, asegura, sin embargo, en una carta abierta dirigida al primer ministro, Erdogan, que ha recibido unas 700 denuncias sobre la existencia de casos de tortura en Turqu¨ªa durante los seis primeros meses de 2004. En la reciente reforma del C¨®digo Penal turco se han elevado las penas para los autores de malos tratos hasta los 15 a?os de c¨¢rcel.
El alcalde de Estambul, el islamista Kadir Topbas, se suele prodigar en actos p¨²blicos en una de las ciudades m¨¢s din¨¢micas y ca¨®ticas ( 12 millones de habitantes) del Mediterr¨¢neo. Tras una reuni¨®n con directivos y jugadores del club de f¨²tbol Galatasaray, uno de los emblemas deportivos de Turqu¨ªa, reafirma la voluntad de modernidad e integraci¨®n en Europa del partido en el poder: "He sido responsable del distrito de Beyoglu durante 10 a?os [donde se concentran los restaurantes y locales de ocio junto al antiguo barrio de embajadas de Estambul] y quiero que la ciudad sea una ciudad abierta 24 horas al d¨ªa".
En una rara coexistencia pac¨ªfica, la impresionante animaci¨®n nocturna del coraz¨®n del Estambul laico convive casi en el mismo espacio f¨ªsico con la masa de abstemios seguidores del Partido de la Justicia y el Desarrollo, que se concentra frente a mezquitas como las del santo Ey¨¹p, un lugar de pregrinaci¨®n donde los turcos acuden a formular votos y buenos deseos.
En Turqu¨ªa, los cambios tardan pero llegan con la fuerza de un terremoto. Despu¨¦s de haber estado a punto de entrar en guerra por las islas del mar Egeo o la dividida isla de Chipre, el Gobierno de Atenas se ha convertido en uno de los m¨¢s firmes abogados de la causa turca en Bruselas.
La lira turca pierde seis ceros para acercarse al euro
ANTIGUO VICEPRESIDENTE del Banco Mundial, el economista turco Kemal Dervis se muestra optimista ante la recuperaci¨®n de su pa¨ªs. "La perspectiva del inicio de las negociaciones con la Uni¨®n Europea hace pensar que Turqu¨ªa va a crecer este a?o m¨¢s de un 8%, seg¨²n los datos de septiembre, mientras que la inflaci¨®n puede estar contenida por debajo del 10%", explica el ex ministro de Econom¨ªa socialdem¨®crata que negoci¨® un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional para salvar a su pa¨ªs de la crisis de 2001, en un episodio internacional de recesi¨®n en el que a¨²n sigue sumida Argentina.
"Empezamos a ver la salida del t¨²nel, el Gobierno islamista sigue a rajatabla la pol¨ªtica que iniciamos nosotros", reconoce con sinceridad Dervis, diputado del Partido Republicano del Pueblo, que conserva las siglas (CHP) del hist¨®rico partido ¨²nico fundado por Atat¨¹rk. Los socialdem¨®cratas de Dervis representan hoy por hoy la ¨²nica oposici¨®n laica que planta cara al Gobierno del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan.
Si las optimistas previsiones econ¨®micas se cumplen, la lira turca perder¨¢ seis ceros el pr¨®ximo 1 de enero para que desaparezcan de la circulaci¨®n los billetes millonarios heredados de dos d¨¦cadas de inflaci¨®n galopante. Un mill¨®n de liras turcas (0,65 c¨¦ntimos de euro) es el precio de una taza de t¨¦ en un caf¨¦ popular de Estambul. En la crisis de febrero de 2001, la lira turca se devalu¨® un 50% respecto al d¨®lar en menos de 48 horas. El crash se desencaden¨® en medio del clima de corrupci¨®n en el sistema bancario que acab¨® con todo el abanico pol¨ªtico anterior. Excepto el CHP de Dervis, todos los partidos fueron barridos del Parlamento ante el imparable empuje de Erdogan. Las siglas en turco de su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AK) se traducen al castellano como "partido limpio".
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