La polic¨ªa teme una acci¨®n de venganza de Al Qaeda por los suicidas de Legan¨¦s
Los seis huidos del 11-M lograron salir del pa¨ªs y est¨¢n protegidos por otras c¨¦lulas europeas
Los seis presuntos terroristas del 11-M que lograron romper el cerco policial levantado en Madrid tras los atentados de Atocha han logrado salir de Espa?a y se han refugiado en varios pa¨ªses europeos, seg¨²n se?alan informes de la Guardia Civil y la polic¨ªa. Cuando se van a cumplir siete meses de la matanza, responsables policiales reconocen que han perdido su pista y apuntan a Holanda, B¨¦lgica, Francia e Italia como los pa¨ªses en los que han podido lograr el cobijo de otros islamistas radicales. La polic¨ªa cree que los fugados preparan un atentado para vengar la muerte de los suicidas en Legan¨¦s.
A la detenci¨®n de otros 'comandos' en Europa se ha respondido siempre con atentados
En medios islamistas radicales se ha iniciado una campa?a para convertirlos en h¨¦roes
Los informes policiales coinciden en que la venganza de estas muertes no es s¨®lo una tarea pendiente de los fugados sino de otras c¨¦lulas de terroristas islamistas de "dentro o fuera" de Espa?a que consideran a los autores del 11-M como los primeros "m¨¢rtires" de Europa. En varios correos electr¨®nicos intervenidos por servicios de inteligencia a radicales islamistas de distintos pa¨ªses se les presenta como h¨¦roes que demostraron que el continente europeo tambi¨¦n es vulnerable para Al Qaeda. "Estamos seguros de que pretenden vengarlos, pero no sabemos d¨®nde ni cu¨¢ndo", se?ala uno de los responsables de la investigaci¨®n. Y recuerda que Essid Sami Ben Khemais, Saber, un tunecino que dirig¨ªa una c¨¦lula de salafistas en Mil¨¢n (Italia), fue detenido en ese pa¨ªs en 2001 cuando preparaba un atentado para vengar la detenci¨®n del comando Meliani en Hamburgo (Alemania). "Reb¨¦late y golpea", dec¨ªa Ben Khemais una y otra vez en sus conversaciones telef¨®nicas.
Informes confidenciales de ambos cuerpos alertan acerca de la posibilidad de que huidos como los marroqu¨ªes Said Berraj y Mohamed Haddad, 32 y 37 a?os, y el argelino Daoud Uohnane, de 34 a?os, presuntos autores materiales del 11-M, planifiquen nuevos ataques terroristas para "vengar" la muerte de los siete terroristas que se suicidaron en un piso de Legan¨¦s cuando fueron cercados por la polic¨ªa.
En estos planes de reorganizar una nueva c¨¦lula se sit¨²a tambi¨¦n al marroqu¨ª Amer El Azizi. Permanece huido desde noviembre de 2001, cuando logr¨® escapar de la redada contra la c¨¦lula de Imad Eddin Barakat, Abu Dahdad, presunto jefe de Al Qaeda en Espa?a, y su sombra planea como uno de los dirigentes ideol¨®gicos del grupo. "En estos momentos los huidos del 11-M son las personas m¨¢s buscadas de Europa", se?ala un funcionario espa?ol de Interpol en la sede de Ly¨®n (Francia)
El juez Juan del Olmo, instructor de la causa, ya advirti¨® el pasado julio de que nuevas c¨¦lulas pueden sustituir a la del 11-M. "Podr¨ªa generarse una actitud de sustituci¨®n por parte de esas iniciales c¨¦lulas de apoyo ante la ca¨ªda de la c¨¦lula operativa cubriendo as¨ª el vac¨ªo creado temporalmente, pero generando, a su vez, un mayor nivel de clandestinidad por lo que es m¨¢s dificultosa la actuaci¨®n policial de investigaci¨®n y la eventual desarticulaci¨®n de dichos elementos", se?al¨® en un auto.
Berraj es un buen actor. El d¨ªa 12 de marzo confes¨® a un com- pa?ero de trabajo su consternaci¨®n por el atentado y anunci¨® a su jefe una tr¨¢gica noticia: "Tengo que viajar a Marruecos porque ha muerto mi hermana. Voy al funeral y regresar¨¦ el lunes". Pero este tipo de cara afilada y aspecto europeo no tiene hermanas ni viaj¨® al pa¨ªs magreb¨ª. Estaba refugiado con el resto del comando en la casa de Chinch¨®n (Madrid) donde preparaban nuevos ataques terroristas.
El n¨²mero de tel¨¦fono que dej¨® en su empresa para que contactaran con ¨¦l- 645658495- le delat¨® r¨¢pido. Estaba vinculado a las tarjetas investigadas en el locutorio de Jamal Zougam y adem¨¢s era un viejo conocido de la polic¨ªa. Su tel¨¦fono estaba intervenido desde diciembre de 2003 por orden del juez Baltasar Garz¨®n. En esas fechas los agentes hab¨ªan descubierto que tras el nombre de Said el mensajero que hab¨ªan escuchado en las intervenciones telef¨®nicas a miembros de la c¨¦lula de Abu Dahdah se ocultaba este personaje detenido en octubre de 2001 en Estambul y expulsado de ese pa¨ªs cuando buscaba junto a Azizi nuevas rutas para enviar muyahidin a Afganist¨¢n.
Un informe de la Unidad Central de Inteligencia de la polic¨ªa destaca la uni¨®n de Berraj con Sarhane Ben Abdelmajid, El Tunecino, presunto jefe del comando y Jamal Ahmidan, El Chino, el traficante marroqu¨ª de hach¨ªs que logr¨® los explosivos, ambos muertos en Legan¨¦s.
La polic¨ªa le atribuye un importante papel en el comando terrorista hasta el punto de que pudiera ser uno de los emires de la c¨¦lula. ?stas suelen tener varios jefes en previsi¨®n de que mueran o sean detenidos los primeros como ocurri¨® en el 11-M. "Said Berraj pudiera haberse encargado de aglutinar a todos aquellos islamistas radicales asentados en Espa?a pr¨®ximos a la organizaci¨®n liderada por Osama Bin Laden, m¨¢xime tras los encarcelamientos del l¨ªder de la c¨¦lula dirigida por Imad Eddin Barakat, Abu Dahdah, y del destacado activista Mustaf¨¢ El Maymouny", dice un informe policial. Este ¨²ltimo fue detenido en Marruecos por su implicaci¨®n en los atentados de Casablanca.
Tras Berraj, la polic¨ªa cree que el m¨¢s peligroso de los fugados es el argelino Daoud Ouhnane. Dos de sus huellas aparecieron en la bolsa de basura de color azul hallada debajo del asiento delantero de la furgoneta Renault Kangoo que abandonaron los terroristas junto a la estaci¨®n de Alcal¨¢ de Henares (Madrid). En el piso de Legan¨¦s se encontr¨® una mochila con una libreta de La Caixa a su nombre, abierta en Cambrils (Tarragona) en diciembre de 2003. Su tarjeta telef¨®nica Movistar revela que habl¨® varias veces con Jamal Ahmidan, El Chino, y Mohamed Oulad, dos de los suicidas. Varios testigos lo vieron en Corella (Navarra) semanas despu¨¦s del atentado. Acud¨ªa todas las ma?anas al mismo bar, tomaba y un t¨¦ y devoraba la prensa nacional. El d¨ªa que apareci¨® su foto, se esfum¨®.
El marroqu¨ª Mohamed Haddah fue reconocido por varios testigos como uno de los terroristas que deposit¨® las mochilas bomba en los trenes de Atocha, pero su identificaci¨®n tard¨® varias semanas y el presunto terrorista las aprovech¨® para su fuga.
A un nivel inferior al argelino se sit¨²a a Abdelmajid Bouchar, 21 a?os. Huy¨® del piso de la calle de Carmen Mart¨ªn Gaite en Legan¨¦s (Madrid), cuando la polic¨ªa inici¨® el cerco a la vivienda en la que se refugi¨® el n¨²cleo duro del comando terrorista. Hab¨ªa ido all¨ª para llevarles comida y tuvo tiempo de dar la voz de alarma. Los agentes le vieron correr en chandal y con una gorra deportiva. Se refugi¨® en la mezquita San Nicasio y all¨ª confes¨® a Ibrahim Alfalah, hermano de otro huido, que no sab¨ªa d¨®nde esconderse. A partir de ese instante se perdi¨® su pista.
La polic¨ªa identific¨® a Bouchar pocas horas despu¨¦s del suicidio colectivo de sus compa?eros. Entre los escombros encontraron su pasaporte y su DNI lo que evidencia que resid¨ªa en el piso franco de forma continuada. Un informe policial se?ala que su colaboraci¨®n no se limit¨® a llevar comida a los terroristas "sino que incluso podr¨ªa haber intervenido en la preparaci¨®n y ejecuci¨®n de los atentados". Cuando los investigadores bucearon en su pasado descubrieron que pertenec¨ªa al Club de Atletismo Zarzaquemada y era un excelente atleta en medio fondo, una cualidad que demostr¨® a los agentes que rodeaban el piso de Legan¨¦s cuando se dio a la fuga.
El marroqu¨ª Mohamed Belhadj, de 25 a?os, alquil¨® el piso de Legan¨¦s a su nombre y sali¨® de Espa?a el mismo 11 de marzo por causas que se desconocen. Pero regres¨® y volvi¨® a huir el d¨ªa 31. Su rastro se perdi¨® en Barcelona adonde viaj¨® ese mismo d¨ªa desde Madrid en compa?ia de Mohamed Afalah. Lo hicieron en un Volkswagen de color rojo propiedad de Ibrahim, hermano de este ¨²ltimo. All¨ª se entrevistaron con varios familiares a los que pidieron tel¨¦fonos y direcciones de varios contactos en Holanda y B¨¦lgica.
El control sobre los familiares de los seis huidos no ha aportado hasta ahora ning¨²n resultado salv¨® su posible salida de Espa?a.
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