Fallos r¨¢pidos para el maltrato dom¨¦stico
La violencia familiar acapar¨® el 24% de las 7.200 vistas celebradas hasta ahora
Un tercio de los juicios r¨¢pidos celebrados hasta ahora en Madrid es por temas de violencia dom¨¦stica, seg¨²n un informe de los juzgados de Madrid. De los 7.200 juicios c¨¦leres por delitos tramitados desde que ¨¦stos entraron en vigor el 28 de abril de 2004 y hasta el pasado 15 de septiembre, 1.713 de ellos fueron por violencia familiar (el 24%). Los jueces de instrucci¨®n de Madrid est¨¢n tramitando la mayor¨ªa de los casos de violencia dom¨¦stica en tiempo r¨¦cord, bien a trav¨¦s de juicios r¨¢pidos o como diligencias urgentes.
Si la denuncia tiene visos de estar fundada, en las siguientes 48 horas queda tramitada y resuelta la eventual solicitud de medida de protecci¨®n. "Llegan denuncias de todo tipo, algunas totalmente cre¨ªbles y otras menos, pero todas se est¨¢n resolviendo muy r¨¢pido", explica un juez. Casi todas las denuncias van acompa?adas de una petici¨®n de medidas de protecci¨®n. La orden de protecci¨®n se est¨¢ otorgando en un 60% de las solicitudes. Todos los d¨ªas, seg¨²n un informe judicial, una media de seis personas (pr¨¢cticamente todas ellas mujeres) presentan una solicitud para que se les otorgue protecci¨®n.
Entre el 2 de agosto del a?o pasado, fecha en que legalmente se pusieron en marcha las solicitudes de protecci¨®n, y hasta el pasado 15 de septiembre, se han registrado en la capital 2.445 solicitudes de este tipo (m¨¢s de 180 al mes). En 926 casos, los jueces accedieron a otorgar la medida de protecci¨®n penal (generalmente, el alejamiento del agresor); en 39 casos, acordaron exclusivamente una medida de naturaleza civil, y en 487 casos el juez adopt¨®, a la vez, medidas civiles y penales. Del total de 2.445 peticiones de protecci¨®n, los jueces rechazaron 993, seg¨²n datos de los juzgados de Madrid.
A continuaci¨®n se describe c¨®mo y en qu¨¦ tiempos se han tramitado en los juzgados de Madrid dos denuncias por maltrato. En una de ellas, el juez acuerda la protecci¨®n de la v¨ªctima, y en la otra, la desestima.
PROTECCI?N ACORDADA Sorprendido con 'la otra' en la cama y desnudos
A. M. R., de 41 a?os, fue detenido el 15 de junio. La polic¨ªa fue a buscarle justo despu¨¦s de que su esposa, J. M. R., sobre las 19.45 de ese d¨ªa, alertase a los agentes por tel¨¦fono de que hab¨ªa sido maltratada por su marido. Cuando los agentes llegaron, ella les esperaba a la puerta de casa. Estaba muy alterada y presentaba lesiones en su rostro. Todo hab¨ªa ocurrido muy r¨¢pido. Ella y su marido se llevaban mal, pero segu¨ªan viviendo en el mismo piso. Esa tarde, la mujer lleg¨® a casa y encontr¨® echada la cadena de seguridad de la puerta. Introdujo las manos entre la cadena y la puerta y logr¨® abrirla. Y para su disgusto, se top¨® con lo que se tem¨ªa. Fue directa al dormitorio y all¨ª, desnudos, estaban su marido y una mujer. Encoraginada, comenz¨® a insultarles. Agarr¨® con rabia a la chica y la tir¨® de la cama al suelo. El marido respondi¨® d¨¢ndole patadas y arrastr¨¢ndola del pelo. "T¨² aqu¨ª ya no vives", le espet¨®, al tiempo que le quitaba el bolso, en cuyo interior estaban las llaves de la casa, sita en Carabanchel.
Tras el altercado, ¨¦l se march¨® de casa junto a la chica. Y su esposa sali¨® detr¨¢s a la calle y llam¨® a la polic¨ªa. Llevaban viviendo juntos 22 a?os y ten¨ªan un hijo en com¨²n. Los agentes la llevaron a un ambulatorio para que la asistiesen de las heridas (presentaba "contusiones en brazos y ara?azos y arrancamiento de una u?a") y luego a la comisar¨ªa para redactar la denuncia.
Los agentes le informaron de que pod¨ªa ponerse en contacto con el Servicio de Asistencia Familiar de la Polic¨ªa (SAF), en la calle del Doctor Federico Rubio y Gali, 55, tel¨¦fono 91 322 35 35, o con el servicio de asistencia familiar del Ayuntamiento de Madrid (tel¨¦fono 900 222 100). Y le preguntaron d¨®nde pod¨ªan localizar al agresor. La mujer les indic¨® la direcci¨®n de un bar. Le detuvieron apenas una hora despu¨¦s y lo trasladaron a comisar¨ªa para interrogarle. Se hizo todo eso en la noche del 15 de junio. Tomadas ambas declaraciones, les facilitaron la fecha del juicio: el 17 de junio (dos d¨ªas despu¨¦s) deb¨ªan estar ambos por la ma?ana en el Juzgado 38 de Instrucci¨®n. Y as¨ª fue.
Ante el juez, ella se ratific¨® en lo dicho ante la polic¨ªa y, paralelamente, pidi¨® una medida de protecci¨®n. ?l coment¨® al juez: "No tengo relaci¨®n con ella desde hace un a?o", dijo, y a?adi¨®: "En casa hab¨ªa una mujer, es cierto; pero ella se abalanz¨® sobre la chica y comenz¨® a golpearla, y lo que yo hice fue separarla". La mujer pidi¨® al juez que alejase a su marido de ella. Ambas declaraciones las tom¨® el juez delante del fiscal y los respectivos abogados. Tras o¨ªr a ambos, el fiscal formul¨® su escrito de acusaci¨®n, con relato de hechos incluido, y, bas¨¢ndose en el parte de lesiones, pidi¨® para el acusado siete meses de c¨¢rcel por un delito de violencia dom¨¦stica.
Seguidamente, el juez, Juan Antonio S¨¢enz, llam¨® al abogado del acusado y le comunic¨® que hab¨ªa decidido abrir juicio oral contra su cliente y que ¨¦ste se desarrollar¨ªa en el Juzgado de lo Penal 16. Y dio fecha: el 28 de junio, a las once de la ma?ana. No obstante, y al ser un juicio r¨¢pido, el juez coment¨® que si el reo se conformaba con la pena que ped¨ªa el fiscal, ¨¦sta se reducir¨ªa en un tercio; es decir, podr¨ªa quedar en algo m¨¢s de cuatro meses.
El abogado del reo acept¨® y su cliente sali¨® del juzgado con la condena ya firme. Y con una medida de seguridad: no deb¨ªa acercarse a menos de 150 metros ni a la v¨ªctima ni al domicilio conyugal. Seg¨²n fuentes conocedoras del caso, el hombre pidi¨® al juez que redujese esa distancia de 150 metros, ya que, dijo, su lugar de trabajo est¨¢ a unos 100 metros de la casa. El juez acept¨®. Es decir, 48 horas despu¨¦s, el asunto estaba resuelto.
PROTECCI?N DENEGADA La mujer supuestamente atropellada por su esposo
Sobre la 1.30 del pasado 5 de junio se recibi¨® una llamada en la comisar¨ªa de Ciudad Lineal. Una mujer dec¨ªa que su marido le hab¨ªa atropellado con un coche. Al llegar al lugar los agentes, la mujer les esperaba en la calle. R. M. B., de 49 a?os, cont¨® que hab¨ªa acudido a esa zona, los aleda?os de la madrile?a calle de Mar¨ªa Zambrano, porque sospechaba que su marido estaba en ella dentro de un coche con una mujer. Relat¨® que sus sospechas se hab¨ªan confirmado y que, efectivamente, le hab¨ªa sorprendido dentro del veh¨ªculo besando a una mujer. Seg¨²n su versi¨®n, se acerc¨® a ellos y grit¨® a su marido a trav¨¦s de los cristales de la ventanilla: "?As¨ª se juega al parch¨ªs, eh!", le espet¨®. Seg¨²n ella, la mujer de dentro del coche, al verla dar gritos, solt¨®: "V¨¢monos de aqu¨ª y qu¨ªtala de enmedio". A?adi¨® que su marido ech¨® de inmediato el seguro y que ella, dado que tiene llaves, intent¨® abrir la puerta trasera. A?adi¨® que al no lograrlo intent¨® abrir la puerta del conductor, momento en que ¨¦ste -su marido- puso el coche en marcha a gran velocidad y se la llev¨® a ella "por delante", pues estaba "apoyada en la puerta". La denunciante narr¨® tambi¨¦n a los agentes que no era la primera vez que su marido la maltrataba, y que en una ocasi¨®n ella hab¨ªa querido llamar a la polic¨ªa y que ¨¦l, con un palo en la mano, le dijo: "O cuelgas o te doy...".
La polic¨ªa la llev¨® a un centro asistencial para que le curasen las leves heridas que presentaba. Este asunto se tramit¨® como diligencias urgentes; 48 horas despu¨¦s, el 9 de junio, el marido, M. G., de 51 a?os, se present¨® "voluntariamente" en la comisar¨ªa para declarar. Fue a ponerle una denuncia a su esposa y a comunicar a la polic¨ªa que hab¨ªa decidido marcharse de casa. Los agentes le comentaron que su mujer le hab¨ªa puesto antes una denuncia a ¨¦l. El hombre coment¨® que su esposa "llevaba dos meses" amenaz¨¢ndole con denunciarle por maltrato. "Me viene diciendo que, si me denuncia, se quedar¨¢ con la casa... Y lleva meses persigui¨¦ndome y acos¨¢ndome, sin dejarme hacer una vida normal", coment¨® el denunciado, quien neg¨® haberla atropellado. Se?al¨® que en una ocasi¨®n anterior, tras decirle a su esposa que quer¨ªa separarse, ¨¦sta se colg¨® del parabrisas del coche para que no se marchase.
Centr¨¢ndose en los hechos, el hombre coment¨® que, a la vez que se desped¨ªa en su coche de una mujer, apareci¨® su esposa con un palo y empez¨® a golpear la ventanilla. "La vi muy violenta y cerr¨¦ el seguro. Como ella tiene llaves, intent¨® abrir la puerta del conductor, y al no lograrlo fue hacia la puerta trasera para abrirla, momento que aprovech¨¦ para huir lentamente con el coche, pero sin causarle da?os; no quer¨ªa l¨ªos. Por el retrovisor", seg¨²n el denunciado, "vi que ella se tiraba al suelo. De hecho, 20 minutos despu¨¦s me llam¨® y me dijo que, si volv¨ªa a casa, no ir¨ªa al hospital ni me denunciar¨ªa".
El hombre a?adi¨® que en vista de la situaci¨®n creada hab¨ªa optado por irse de casa definitivamente. Una hija del matrimonio hab¨ªa acudido antes que el padre a la comisar¨ªa. ?sta coment¨® que no ve¨ªa a su padre capaz de atropellar a la madre y que jam¨¢s ¨¦ste, que es un "hombre cari?oso", hab¨ªa agredido a la madre.
El asunto lleg¨® a las manos del juez el d¨ªa 10 de junio. El Juzgado de Instrucci¨®n 6 lo resolvi¨® el mismo d¨ªa. Cit¨® a las partes y las interrog¨®. Marido y mujer dijeron lo mismo que en la comisar¨ªa, si bien ella pidi¨® en ese momento al juez una medida de protecci¨®n frente al marido. Dijo que era la tercera vez que le denunciaba, aunque las dos primeras denuncias las hab¨ªa retirado despu¨¦s de que ¨¦l la prometiera que iba a cambiar.
En su comparecencia ante el juez, ella se contradijo. Se?al¨® que hab¨ªa visto a su esposo y a la otra mujer en el coche "por casualidad", pese a que ante la polic¨ªa, el primer d¨ªa, declar¨® que hab¨ªa ido a la zona al sospechar que su marido estaba all¨ª. Adem¨¢s, neg¨® haberle telefoneado ofreci¨¦ndole perd¨®n si volv¨ªa. Respecto al testimonio de la hija a favor del padre, la mujer se?al¨® que la hija actu¨® as¨ª presionada por el padre, por miedo a que fuese a la c¨¢rcel. Tras o¨ªrla, el juez resolvi¨® desestimar la medida de protecci¨®n; de todas formas, ¨¦l ya se hab¨ªa ido voluntariamente de la casa. El juez entendi¨® que en el fondo del asunto no hab¨ªa un maltrato dom¨¦stico, sino que subyac¨ªa el hecho de que la mujer "no admit¨ªa la relaci¨®n de su esposo con otra mujer".
El marido, la esposa y la polic¨ªa
La supuesta denuncia de Gina M. G., de 24 a?os, por supuesto maltrato contra su marido, Wilson L., de de 33, termin¨® como el rosario de la aurora. Gina avis¨® a la polic¨ªa de que su marido le estaba pegando. Al llegar los agentes a casa de la pareja, ecuatoriana, la pelea hab¨ªa terminado. Gina ten¨ªa signos de violencia. Wilson admiti¨® la agresi¨®n, pero dijo que era algo "normal entre un marido y su mujer". Los agentes le dijeron entonces que deb¨ªa acompa?arles como detenido. Pero Wilson se puso violento y se neg¨®. Entonces le condujeron por la fuerza hasta el veh¨ªculo policial, mientras ¨¦l lanzaba patadas a todo lo que se cruzaba en su camino. Su esposa, al verle tan enfadado, dijo a los agentes que le soltaran, que no iba a presentar ninguna denuncia contra ¨¦l.
Al ver la mujer que no le hac¨ªan caso, tambi¨¦n se enfrent¨® a los agentes. "Como os lo llev¨¦is, voy a decir que sois vosotros los que me hab¨¦is agredido", advirti¨®. Los polic¨ªas le pidieron los papeles y, como no ten¨ªa, tambi¨¦n a ella se la llevaron detenida. Luego abrieron al matrimonio un expediente de expulsi¨®n de Espa?a por no tener ninguno de ellos papeles. Los agentes han tenido que buscar a vecinos como testigos para aclarar que los agresores no fueron ellos.
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