Crispaci¨®n en la Real

Ech¨® a rodar el primer bal¨®n de esta Liga y ya se oyeron los primeros pitidos en las gradas de Anoeta. Mal s¨ªntoma; cosa rara en San Sebasti¨¢n. La protesta no iba dirigida contra los jugadores, aunque despu¨¦s alguno se dio por aludido y se ofendi¨®, sino contra el palco del estadio, cuyo asiento principal ocupa desde marzo de 2001 el presidente de la Real Sociedad, Jos¨¦ Luis Astiazaran. Aflor¨® ese d¨ªa un estado general de desilusi¨®n que la afici¨®n txuriurdin fue incubando desde el tramo final de la pasada temporada y se agrav¨® durante el verano.

Ese espont¨¢neo brote de desencanto, impropio por las fechas que corr¨ªan, estall¨® en el comienzo liguero tras la marcha de jugadores emblem¨¢ticos (Xabi Alonso, De Pedro y Aranzabal), los fichajes fallidos de Cruchaga, Pablo y Perea, la controvertida cesi¨®n de Westerveld y Lee Chun-Soo y las dudas sobre la gesti¨®n econ¨®mica. El ambiente se ha envenenado a¨²n m¨¢s al verse confirmados los peores presagios deportivos: se han perdido 15 de los 18 puntos en juego.

En Anoeta cuelgan pancartas que dicen "Astiazar¨¢n dimisi¨®n o Segunda Divisi¨®n"

Los aficionados m¨¢s furiosos han marcado la diana de Astiazaran y Roberto Olabe, director deportivo y responsable de la venta y contrataci¨®n de jugadores. Contra ambos van dirigidos casi todos los reproches. Hasta el punto de que orquestaron una campa?a similar a la que desencaden¨® la protesta popular frente a la sede del PP en Madrid el pasado 14-M. Un reducido n¨²mero de socios intent¨® colapsar el pasado jueves el foro de la p¨¢gina web de la Real con el siguiente mensaje: "Olabe, vete ya".

La directiva del club reaccion¨® al instante y adopt¨® una decisi¨®n tan dr¨¢stica como salom¨®nica. Ese mismo d¨ªa cerr¨® el foro porque "un reducido grupo de usuarios, amparados en el anonimato, insultan de forma grave a empleados de la Real o a familiares" e incitan "a cometer actos violentos".

No hay precedentes semejentes en la historia de la entidad, que en 2009 cumplir¨¢ cien a?os. ?Qu¨¦ ha pasado para que la Real se haya visto en la obligaci¨®n de clausurar temporalmente el foro de su p¨¢gina de Internet? Ha ocurrido que un sector de la afici¨®n est¨¢ muy enfurecido con el proceder de los dirigentes. El consejo de administraci¨®n sostiene que no hay ning¨²n motivo para la queja. Los rectores del club presentan un expediente sin tacha: exquisito en los n¨²meros, solvente en las contrataciones, transparente en su gesti¨®n y excelente en el aspecto mercadot¨¦cnico.

Sin embargo, en la grada de Anoeta cuelgan pancartas -se pudieron ver este pasado s¨¢bado- con el mensaje "Astiazaran dimisi¨®n o Segunda Divisi¨®n". Pero sigue siendo Internet el mayor muro de las lamentaciones para los socios. Aquellos que frecuentaban, hasta su clausura, el foro de la Real se han pasado ahora a otros similares para evacuar su rabia contra Astiazar¨¢n y Olabe. "Lo hac¨¦is rematadamente mal"; "Esta cuadrilla -en alusi¨®n al consejo- nos har¨¢ creer que la Real es una, grande y libre y que estamos donde estamos por un complot judeomas¨®nico contra la Real", son algunos de los comentarios m¨¢s amables. La palabra dimisi¨®n es recurrente. Y avisan: "No nos van a callar".

El presidente se defiende y observa en este aluvi¨®n de cr¨ªticas una campa?a contra la identidad del club: "Hemos detectado ciertos movimientos que van contra la naturalidad del sentimiento de la Real. Hay un movimiento para desprestigiar cualquier actividad que est¨¦ relacionada con la instituci¨®n de la Real Sociedad y, asimismo, con el sentimiento que tenemos de este pa¨ªs, relacionado con el euskera y con otras cuestiones".

Astiazaran hizo estas declaraciones pocos d¨ªas despu¨¦s de superar, mal que bien, la junta general de accionistas m¨¢s convulsa de la historia del club. El consejo necesit¨® seis horas para aprobar las cuentas del pasado ejercicio (12.000 euros de beneficio), el presupuesto de este curso (41,6 millones, que incluyen una partida de 462.779 euros para pagar la n¨®mina de Astiazaran y sus consejeros) y la subida de las cuotas de los socios (un 3,4%).

Ese d¨ªa, el presidente y su equipo tuvo que escuchar muchas muestras de desaprobaci¨®n, imputaciones de irregularidades, amenazas de verse envuelto en responsabilidades penales y m¨¢s de una petici¨®n de dimisi¨®n. Uno de los momentos m¨¢s tensos de la asamblea lleg¨® cuando un accionista acus¨® a Astiazaran de estar envuelto en irregularidades en la compra de la antigua librer¨ªa Internacional, que en breve se abrir¨¢ como una tienda del club, aunque el club aclar¨® d¨ªas despu¨¦s c¨®mo hizo esta operaci¨®n. El acta de esta junta no fue firmada por uno de los dos interventores ante la posibilidad de incurrir en un delito de falsedad.