Al menos una d¨¦cada para cerrar m¨¢s de 30 cap¨ªtulos
Las negociaciones entre Turqu¨ªa y la UE se iniciar¨¢n el pr¨®ximo a?o, pero se prolongar¨¢n al menos durante una d¨¦cada. Antes que Ankara, se incorporar¨¢n al club Bulgaria y Rumania (en teor¨ªa en 2007) y varios de los pa¨ªses integrados en su d¨ªa en Yugoslavia, con Croacia como pa¨ªs m¨¢s pr¨®ximo a iniciar unas negociaciones que ya culminaron con ¨¦xito sus vecinos del norte los eslovenos. En esas negociaciones, el Gobierno turco tendr¨¢ que demostrar que cumple las condiciones requeridas en casi 40 cap¨ªtulos econ¨®micos, pol¨ªticos y sociales para equipararse al resto de integrantes del club.
Las negociaciones se dividen en cinco grandes ¨¢reas: capacidad administrativa y judicial del candidato, nivel de su administraci¨®n p¨²blica, capacidad judicial, medidas antico-rrupci¨®n y transposici¨®n de la legislaci¨®n comunitaria a la del pa¨ªs candidato. Es este ¨²ltimo aspecto el que, a su vez, se divide en una treintena de cap¨ªtulos que van desde la libre circulaci¨®n de bienes y personas hasta la fiscalidad y el medio ambiente, pasando por la pol¨ªtica de competencia, la agricultura, la investigaci¨®n, las aduanas, la pol¨ªtica exterior o la pol¨ªtica social y de empleo.
Diferencias de opini¨®n
Hasta ahora, el marco negociador ha sido id¨¦ntico para todos los aspirantes. Al iniciar las conversaciones, todos sab¨ªan que el final del camino era la entrada en el club. Eso es lo que ahora no queda claro con Turqu¨ªa, ese gran pa¨ªs de 70 millones de musulmanes cuya aproximaci¨®n al club europeo se inici¨® hace 41 a?os.
Por encima de los problemas t¨¦cnicos que esas negociaciones conlleven, la adhesi¨®n de Turqu¨ªa ha sido hist¨®ricamente alentada por EE UU. En Europa, ning¨²n Gobierno ha rechazado esa opci¨®n, pero las diferencias entre unos y otros, y especialmente entre las opiniones p¨²blicas de cada pa¨ªs, son notables.
En el Reino Unido, Gobierno y ciudadanos apoyan la entrada. El caso opuesto es el franc¨¦s: el Gobierno es muy reticente, la opini¨®n p¨²blica es contraria, y el presidente, Jacques Chirac, ha querido tranquilizar a todos prometiendo un refer¨¦ndum que ha levantado ampollas en Ankara. Como ayer dijo un eurodiputado portugu¨¦s, a¨²n no habr¨ªa entrado Portugal en la UE si hubiera habido referendos. En Alemania, el Gobierno est¨¢ a favor y la ciudadan¨ªa, como la oposici¨®n, en contra. En Espa?a, el PSOE como el PP apoyan la adhesi¨®n y no hay debate al respecto.
Otros pa¨ªses tienen una peculiar posici¨®n. El Gobierno de Grecia, el secular enemigo de Turqu¨ªa, prefiere la adhesi¨®n porque as¨ª su vecino adoptar¨¢ unas reglas democr¨¢ticas para solventar sus diferencias.
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