La oposici¨®n afgana acusa a Karzai de manipular la campa?a
Candidatos a la presidencia consideran la posibilidad de boicotear las elecciones
"La comunidad internacional ha estado trabajando a favor de Hamid Karzai", se queja Abdul Hafez Mansur, uno de los otros 17 candidatos a la presidencia de Afganist¨¢n. "Nadie ha dicho ni una palabra de que el presidente haya usado el dinero y los medios p¨²blicos en su favor". No es el ¨²nico en denunciar la situaci¨®n. Abdul Satar Sirat revel¨® ayer que los contendientes de la oposici¨®n consideran la posibilidad de boicotear las elecciones como protesta.
"Es demasiado tarde para amenazar con un boicoteo; ya no tendr¨ªa ning¨²n efecto pr¨¢ctico", apunta por su parte un diplom¨¢tico europeo, que, sin embargo, admite que los candidatos tienen motivos para quejarse. Es un secreto a voces que la campa?a electoral est¨¢ lejos de ser perfecta. La propia misi¨®n de Naciones Unidas para Afganist¨¢n reconoc¨ªa en un informe publicado el pasado fin de semana que "funcionarios, oficiales y jefes militares, que como servidores p¨²blicos tienen prohibida su participaci¨®n en la campa?a, se han implicado de forma notable".
La violencia y la intimidaci¨®n no se han limitado a las zonas bajo influencia de los talib¨¢n, donde se han confiscado las tarjetas de votaci¨®n de pueblos enteros y se ha amenazado de muerte a quienes participen en las elecciones del pr¨®ximo s¨¢bado. "En la localidad de Jost, un terzay advirti¨® a los miembros de su tribu que si no votan por Karzai, arder¨¢n sus casas", afirma el informe de la ONU. Para evitar que pueda identificarse el sentido del voto, el recuento va a realizarse de forma global en las capitales de provincia, pero hay muchas formas de influir. Y todo el mundo da por hecho que Hamid Karzai ser¨¢ el ganador. "Es el candidato de Estados Unidos", justifica un observador.
"La campa?a no ha sido justa", reconoce Sirat a preguntas de EL PA?S. "Los 17 candidatos de la oposici¨®n hemos tenido un mes para hacer campa?a cuando hubi¨¦ramos necesitado un mes en cada una de las provincias", asegura. La falta de infraestructuras viarias dificulta el acceso a la mayor¨ªa de las 34 provincias afganas, a algunas de cuyas comarcas s¨®lo es posible llegar tras viajes de varias horas a caballo. "Karzai ha tenido tres a?os para hacer campa?a", se?ala Sirat frente a la generalizada idea de que el presidente provisional no ha hecho campa?a.
Cobertura televisiva
No la ha hecho si lo que se entiende por campa?a electoral son grandes m¨ªtines y continuos desplazamientos por el pa¨ªs. Su ¨²nico intento fue abortado por el disparo de mortero contra el helic¨®ptero en el que se desplazaba el mes pasado a Gardez, en el irredento sureste del pa¨ªs. Los responsables de su seguridad, una empresa privada estadounidense, aconsejaron entonces su inmediato regreso a Kabul, un gesto dif¨ªcil de entender por una poblaci¨®n que ha sufrido 23 a?os de guerras y que vive incidentes similares con cierta regularidad.
"Le basta con viajar al extranjero y que se vean sus im¨¢genes en la televisi¨®n", asegura un observador, reforzando la idea de que el apoyo internacional es su principal valedor. No es una mera apreciaci¨®n. El citado informe de Naciones Unidas, elaborado en colaboraci¨®n con la Asociaci¨®n Afgana de Derechos Humanos, se?ala que el presidente Karzai recibe el 31% de la cobertura televisiva sobre los candidatos y el 34% del espacio en la prensa escrita (donde lleg¨® a alcanzar el 55% al principio de la campa?a).
Todo lo cual no garantiza que Karzai vaya a obtener una mayor¨ªa del 51% el pr¨®ximo s¨¢bado y que no haya que recurrir a una segunda vuelta. Hay variables pendientes: el descontento de la poblaci¨®n, con tres a?os de promesas sin resultados tangibles; el verdadero peso de Yunus Qanuni, el ministro de Educaci¨®n y ¨²nico candidato con capacidad de hacer sombra a Karzai, y, sobre todo, la participaci¨®n electoral en las diversas regiones del pa¨ªs. Aunque se ha conseguido un registro r¨¦cord de votantes -cerca de 11 millones-, los rumores de dobles inscripciones y el fichaje a domicilio de las mujeres en el cintur¨®n past¨²n arrojan dudas sobre cu¨¢ntos afganos y afganas acudir¨¢n a las urnas.
El reto viene despu¨¦s de las elecciones
"Las elecciones no ser¨¢n justas", recela el candidato Abdul Satar Sirat. Sin embargo, tanto el informe de la ONU como sus portavoces insisten en que la votaci¨®n ser¨¢ "libre y justa". Nadie quiere abrir la caja de los truenos antes de tiempo. "Lo que importa es el resultado final, por eso no hay demasiado inter¨¦s en que se escrute el proceso", explica Andrew Wilder, de AREU, un grupo de investigaci¨®n independiente. En su opini¨®n, salvo que se produzca alg¨²n incidente muy grave el d¨ªa de la votaci¨®n, las irregularidades no importar¨¢n tanto como su impacto.
"Si Karzai pone en pie un Gobierno exactamente igual al actual, si se mantiene el statu quo, como ya pas¨® con los Acuerdos de Bonn [en diciembre de 2001] y con la Loya Jirga [Gran Asamblea nacional de junio de 2002se habr¨¢ arruinado no s¨®lo la legitimidad de las elecciones, sino, lo que es m¨¢s grave, la legitimidad a largo plazo del proceso electoral y el Gobierno democr¨¢tico en Afganist¨¢n", concluye Wilder. En la calle, incluso los afganos que se pronuncian a favor del presidente insisten en ese punto: hay que sacar del Gobierno a los se?ores de la guerra, verdaderos se?ores feudales que parecen haber negociado su supervivencia pol¨ªtica a cambio de silenciar moment¨¢neamente sus armas.
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