Segunda impresi¨®n
Tuve la oportunidad de coincidir con Richard Axel en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) hace ya muchos a?os. A partir de las 8 de la noche, en nuestro edificio s¨®lo qued¨¢bamos ¨¦l, un posdoctoral japon¨¦s y yo. Dado que el posdoctoral japon¨¦s no se comunicaba con el exterior, a Richard s¨®lo le quedaba yo para poder hablar. Lo bueno es que no s¨®lo hablaba, sino que ayudaba, pues no s¨®lo era mejor su mente, sino tambi¨¦n sus manos. Gracias a este conocimiento mutuo, cuando estableci¨® su primer grupo, le suger¨ª que incorporara en el equipo a un prometedor cient¨ªfico espa?ol: ?ngel Pellicer. Juntos desarrollaron un m¨¦todo para introducir ADN en cultivos de c¨¦lulas. Este m¨¦todo, que ha sido de gran utilidad para los investigadores en biolog¨ªa molecular y celular, se patent¨® e hizo ricos a Richard Axel y a la Universidad de Columbia.
Axel ha trabajado en oncolog¨ªa, en la estructura de la cromatina y en algunos aspectos de la inmunolog¨ªa, pero acab¨® en la neurobiolog¨ªa. No es de extra?ar, pues siempre fue buscando los retos m¨¢s desafiantes, quiz¨¢ debido a su fuerte personalidad (recuerdo, por ejemplo, una discusi¨®n con la polic¨ªa de los NIH, por un problema de aparcamiento en el que Richard cre¨ªa tener la raz¨®n, que acab¨® en la c¨¢rcel del condado).
Entre los galardonados con el premio Nobel hay dos tipos: el extravertido (modelo Francis Crick) y el t¨ªmido (modelo Fred Sanger). Richard Axel pertenece al primer tipo. Es un brillante conversador en cualquier tema, y muy r¨¢pido para percibir y entender, con todos sus matices, cualquier nuevo concepto.
Sentidos
La percepci¨®n se basa en los sentidos y, curiosamente, por uno de estos sentidos, el olfato, es por lo que le acaban de premiar. Nunca tuve claro por qu¨¦ eligi¨® ese sentido (tampoco llegu¨¦ a saber por qu¨¦ el posdoctoral japon¨¦s no utilizaba ninguno), pero s¨ª s¨¦ que sin apenas conocimientos de neurobiolog¨ªa realiz¨® uno de los mejores trabajos en el ¨¢rea, que se public¨® en la revista Cell. Desde entonces Richard Axel pr¨¢cticamente s¨®lo ha publicado en dicha revista, que es como si un torero s¨®lo torease en Las Ventas. Este trabajo lo realiz¨® con su postdoctoral Linda Buck, con la que ha compartido el premio.
La primera impresi¨®n que da Richard Axel es la de una persona engre¨ªda, altiva y elitista, pero en su caso es m¨¢s justa la segunda impresi¨®n: brillante, bueno y generoso. As¨ª pues, no s¨®lo por el aspecto cient¨ªfico, sino tambi¨¦n por el humano, creo que la Academia Sueca ha vuelto a acertar eligi¨¦ndole para el premio Nobel de Fisiolog¨ªa y Medicina de este a?o.
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