Gordon Cooper, astronauta
Leroy Gordon Cooper, alias Gordo, uno de los astronautas m¨¢s pintorescos de las misiones Mercury, cuyas haza?as y puntos d¨¦biles se hicieron famosos en el libro y la pel¨ªcula Elegidos para la gloria, falleci¨® el lunes en su casa de Ventura, California, a los 77 a?os.
Gordon Cooper "fue uno de los rostros del incipiente programa espacial estadounidense", ha declarado Sean O'Keefe, directivo de la NASA. "Realmente daba la imagen". No siempre se pens¨® as¨ª. Iconoclasta y dado a decir lo que pensaba sin preocuparse mucho por la impecable imagen p¨²blica que el Gobierno intentaba fomentar de los primeros astronautas, Cooper, nacido en Shawnee, Oklahoma, estuvo a punto de perderse el hist¨®rico despegue de la c¨¢psula Faith 7, la ¨²ltima de las misiones Mercury. Se manten¨ªa tan sereno en situaciones de presi¨®n que se ech¨® unas cabezadas mientras esperaba el lanzamiento, el 15 de mayo de 1963. Y era tan bueno con los mandos que super¨® importantes problemas en el aterrizaje e hizo descender la c¨¢psula manualmente y tan cerca del portaaviones enviado a rescatarlo que no necesitaron el helic¨®ptero para recogerlo.
El programa Mercury fue la primera misi¨®n espacial tripulada de Estados Unidos, y el primer paso en el avance del pa¨ªs hacia la Luna. Todos los vuelos eran individuales. Cooper, que era de complexi¨®n delgada y por lo tanto encajaba bien en las c¨¢psulas espaciales, fue el ¨²ltimo estadounidense que vol¨® solo al espacio.
Su segundo vuelo espacial lo realiz¨® con Charles Conrad, Pete, en la G¨¦minis, una misi¨®n de ocho d¨ªas llena de expectaci¨®n y a¨²n m¨¢s problem¨¢tica, llevada a cabo en agosto de 1965. Pero se mantuvo en ¨®rbita durante 191 horas y recorri¨® 4,1 millones de kil¨®metros, entonces un r¨¦cord de permanencia en el espacio.
La NASA declar¨® que los ex miembros del programa espacial recordaban a Cooper como un hombre que "siempre ten¨ªa una sonrisa en el rostro". En Elegidos para la gloria, el actor Dennis Quaid interpret¨® al arrogante astronauta. "Nunca dec¨ªa 'no puedo hacerlo'. Era entusiasta en todo", afirm¨® Norris Gray, oficial de preparaci¨®n de la NASA durante el programa Mercury, a comienzos de los sesenta. Seg¨²n O'Keefe, los esfuerzos de Cooper y de los dem¨¢s astronautas de las naves Mercury -Alan Shepard, Virgil Grissom (Gus), John Glenn, Scott Carpenter, Walter Schirra Jr. y Donald Slayton (Deke)- "nos recuerdan qu¨¦ es lo que nos lleva a explorar". De los siete originales, s¨®lo Glenn, Schirra y Carpenter siguen vivos.
Gordon Cooper naci¨® el 6 de marzo de 1927, hijo ¨²nico de un coronel de las Fuerzas A¨¦reas. Cooper, admirador del personaje de ciencia ficci¨®n Buck Rogers, ya sujetaba solo los controles cuando ten¨ªa 7 a?os. Sirvi¨® en el Cuerpo de Infanter¨ªa de Marina, y tras de la Segunda Guerra Mundial pas¨® a ser piloto de aviones de combate.
A final de los a?os cincuenta era piloto de pruebas en la Base A¨¦rea de Edwards, en el desierto del Mojave, antes de ser seleccionado entre 110 voluntarios para unirse al nuevo programa espacial en 1959, dos a?os despu¨¦s de que EE UU fuera humillado por el lanzamiento sovi¨¦tico del sat¨¦lite Sputnik. Firm¨® por "pura curiosidad", dir¨ªa despu¨¦s.
Para su decepci¨®n, el vuelo G¨¦minis fue la ¨²ltima aventura espacial de Cooper. Fue piloto de mando de reserva para la Apolo X en mayo de 1969, pero no viaj¨® a la Luna. Dej¨® la NASA y se retir¨® de las Fuerzas A¨¦reas en 1970.
En su autobiograf¨ªa, Leap of faith: an astronaut's journey into the unknown, del a?o 2000, recuerda, con su estilo t¨ªpicamente desenfadado, una visita al presidente Kennedy en el Despacho Oval. Despu¨¦s de o¨ªr a algunos compa?eros de Cooper bromear sobre sus relaciones con las mujeres, Kennedy se levant¨® de su mecedora y se le acerc¨®. "Usted y yo tenemos el mismo problema", comenta Cooper que le susurr¨® JFK.
En el libro, Cooper tambi¨¦n abochorn¨® a algunos de sus antiguos compa?eros de la NASA con an¨¦cdotas sobre encuentros con ovnis y teor¨ªas de conspiraci¨®n. Afirmando que la pel¨ªcula que ¨¦l rod¨® desde la G¨¦minis 5 hab¨ªa sido confiscada, comentaba que el presidente Lyndon B. Johnson le hab¨ªa dicho: "Hijo, he ordenado que la clasifiquen como secreta". En 1978 pidi¨® a un grupo de expertos de la ONU que coordinaran datos sobre encuentros con ovnis "para determinar cu¨¢l es la mejor forma de interrelacionarse con estos visitantes de manera amistosa".
Ten¨ªa intereses muy variados. Seg¨²n informes de la NASA, era aficionado a la b¨²squeda de tesoros, la arqueolog¨ªa, las carreras de caballos, y a volar, esquiar, navegar, cazar y pescar. En a?os posteriores, Cooper dise?¨® y prob¨® aviones y prototipos de motores en California del Sur, trabajando en una oficina del aeropuerto Van Nuys. Incluso muchos a?os despu¨¦s de abandonar la NASA, Cooper nunca olvid¨® su amor por el espacio exterior. Sigui¨® sosteniendo que Estados Unidos deb¨ªa volver a la Luna y seguir m¨¢s lejos, hasta Marte.
Entre sus numerosas condecoraciones se encuentra la Legi¨®n del M¨¦rito de las Fuerzas Armadas, la Cruz de Vuelo Distinguido, la Medalla al Servicio Excepcional de la NASA, el Trofeo Collier y el Trofeo Harmon.-
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