Buenas maneras en las aulas

Soy un profesor de Ense?anza Secundaria. Doy clases desde hace 20 a?os. Quiero contar algo que me ha sucedido hace unos d¨ªas en el centro IES Fernando de Herrera, donde trabajo este curso.

Ese d¨ªa empiezo mi jornada a las 9.15 horas. Justo cuando estoy entrando por la puerta del centro, toca la campana del cambio de hora. Voy a mi departamento a recoger los libros. Est¨¢ en la primera planta y la clase est¨¢ en la planta baja, as¨ª que subo, recojo el material y bajo: tres minutos.

Al llegar a mi aula, la directora est¨¢ en la puerta para que los alumnos no formen ruido. Inmediatamente me pregunta, con un tono irritad¨ªsimo y crispado, gritando delante de los alumnos, que por qu¨¦ llego tarde. Me quedo tan estupefacto por la violencia verbal que no puedo decir una palabra.

Es la primera vez en mi vida profesional que me sucede esto. Es el desfase entre lo que realmente sucedi¨® (tres minutos de retraso) y el tono agresivo, desmedido, brutal, con que se dirigieron a m¨ª, lo que me hace escribir esta carta.

Uno de los valores m¨¢s necesarios en la ense?anza es la amabilidad, hacia los alumnos, entre los compa?eros y de parte de la direcci¨®n. Sin ella, contribuimos al aumento de la crispaci¨®n que ya se observa en las relaciones entre profesores, alumnos y direcciones.

Por favor, seamos amables, seamos pacientes, dominemos nuestra violencia verbal.