Roberto Fontanarrosa muestra su iron¨ªa sobre la realidad argentina en 'Cuentos reunidos II'
"Podr¨ªa escribir libros de autoayuda, de esos que est¨¢n tan de moda ahora, pero lo que me sale son otro tipo de cosas m¨¢s vinculadas a la iron¨ªa y a la cr¨ªtica relacionado con Argentina, el pa¨ªs que m¨¢s conozco". Lo dice Roberto Fontanarrosa (Rosario, Argentina, 1944), quien acaba de publicar en Espa?a Cuentos reunidos II (Alfaguara), una serie de narraciones que abarcan todos los g¨¦neros literarios, desde el relato policial a la ciencia-ficci¨®n, y todas ellas impregnadas de ternura, iron¨ªa y humor. Fontanarrosa, que proviene del mundo del dibujo -en el peri¨®dico Clar¨ªn publica una vi?eta en las p¨¢ginas de Opini¨®n-, no puede separar su faceta de humorista gr¨¢fico con la de escritor. "Hay ideas que se han acercado a mis pensamientos, que han terminado siendo historias como cuentos. Otras, sin embargo, nacieron ya como relatos".
En este segundo volumen re¨²ne cuatro libros de relatos publicados entre 1993 y 2001: Uno nunca sabe (1993), La mesa de los galanes (1995), Una lecci¨®n de vida (1998) y Te digo m¨¢s... (2001). El primer volumen de Cuentos reunidos fue editado el pasado a?o por la misma editorial.
En sus textos hay reflexi¨®n, cr¨ªtica pol¨ªtica y social, pero tambi¨¦n espacio para hablar de lo que m¨¢s le gusta al escritor mientras disfruta en su tiempo de ocio: el f¨²tbol. "La capacidad que tiene ese deporte para entretener y para abstraerse es infinita. Una vez que se termina el trabajo hay que conseguir una burbuja en la que no se haga absolutamente nada. Defiendo el ocio recreativo porque lo que cansa es prestar atenci¨®n. Es agotador".
Fontanarrosa critica y adora al individuo, protagonista de muchas de las piezas que escribe. "Hay muchas cosas para horrorizarse del individuo. Sin ser fil¨®sofo, uno no puede dejar de pensar que el ser humano est¨¢ muy cercano a su fase primitiva. Somos depredadores, si no no se entiende esa cultura b¨¦lica que nos lleva a participar una y otra vez en contiendas, en luchas de unos contra otros. Asusta la proximidad con el salvajismo, pero no deja de sorprender la otra faceta en la que aflora la solidaridad, la ternura y los actos de altruismo del ser humano".
El escritor sostiene que la ra¨ªz de la acidez y la iron¨ªa de sus textos y vi?etas puede encontrarse en su timidez. "De ni?o yo era un tipo extremadamente, dolorosamente, t¨ªmido, y en ese rasgo puede estar la raz¨®n principal de mi iron¨ªa. El resto viene de la mezcla de lecturas y de una visi¨®n muy particular de la vida", apunta Fontanarrosa.
Babelia
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