Poco aire para tantas ideas

Basta con conocer el tama?o de la Feria de Francfort para saber de sus ambiciones: 170.000 metros cuadrados, un gigantesco espacio con incontables escaleras y cintas transportadoras. Entre las 6.648 editoriales y empresas que proceden de 111 pa¨ªses circula un mar de gente. Un promedio de 50.000 personas visita cada d¨ªa la feria. Estas cifras no son abstractas, se sienten. Pero los mil y un debates en los m¨¢s variados espacios -el foro, la carpa, el sof¨¢ azul, etc¨¦tera- afectan m¨¢s que cualquier otra cosa al clima ferial. Dejan sin aliento. Se habla de islamismo, de terrorismo, de feminismo, de todos los ismos relacionados con el mundo ¨¢rabe, y tambi¨¦n de otros temas como la globalizaci¨®n, el poder de los medios y los conflictos de identidad. ?Pero d¨®nde est¨¢n los grandes nombres de la literatura internacional?

La visita de Omar Sharif result¨® conmovedora. El poeta sirio Adonis impact¨® con su poes¨ªa. El escritor ruso-alem¨¢n Wlad¨ªmir Kaminer, el autor de M¨²sica militar (RBA) y de La disco rusa, fue de los pocos escritores que consiguieron refrescar el aire de la feria. Atrajo como un im¨¢n al p¨²blico joven, y se sent¨® en el sof¨¢ azul, la plataforma literaria de Die Zeit, para presentar su libro m¨¢s reciente, tr¨¢gico y a la vez c¨®mico, que se titula Estoy preocupado, mam¨¢, donde trata de las tribulaciones de un ruso reci¨¦n llegado a Berl¨ªn. "Ten¨ªa un diccionario de m¨ª madre del a?o 1957, pero no me serv¨ªa de nada porque lo primero que hab¨ªa que aprender era c¨®mo preguntar en alem¨¢n c¨®mo se llega a la embajada sovi¨¦tica", cont¨® el autor.