Vence la Australia conservadora
Los laboristas se preparan para una dif¨ªcil traves¨ªa del desierto tras perder las dos C¨¢maras del Parlamento
Los australianos se despertaron ayer mucho m¨¢s conservadores de lo que hab¨ªan imaginado. Mientras los comentaristas de radio y televisi¨®n no dejaban de calificar de "hist¨®rica" la cuarta victoria consecutiva de John Howard, en la calle muchos se mostraban extra?ados por el vuelco electoral. Fueron la bonanza econ¨®mica y el miedo a que el laborista Mark Latham, de 43 a?os, no estuviera preparado -como le espetaba Howard- para afrontar la seguridad de Australia en un momento de crisis internacional los que propiciaron la arrolladora victoria. El grueso de los indecisos se decant¨® por reelegir al pol¨ªtico experimentado por casi nueve a?os de gobierno y 65, de edad.
Lo m¨¢s curioso es que el voto federal choca con el control que tiene el Partido Laborista de los Parlamentos y Gobiernos de los seis Estados y dos territorios, que conforman la divisi¨®n geopol¨ªtica de Australia. Esto significa que buena parte de la poblaci¨®n que confiri¨® los asuntos de casa a los laboristas ha optado por votar a los conservadores para dirigir el Estado. Numerosos observadores coinciden en que la falta de experiencia de Latham ha sido definitiva a la hora de hacer frente a Howard en un tema tan delicado como la seguridad nacional.
Todo apunta, aunque faltan varios esca?os por adjudicar, a que la coalici¨®n gobernante, integrada por los liberales de Howard y el ultraconservador Partido Nacional, se har¨¢ con el control de las dos c¨¢maras, algo que no suced¨ªa desde 1981. La coalici¨®n tiene ya adjudicados oficialmente 84 esca?os de los 150 de la C¨¢mara baja. En el Senado tiene 38, justo la mitad de los 76 esca?os que hay, pero si no consigue otro de los seis que a¨²n est¨¢n en disputa, contar¨¢ con el apoyo de La Familia Primero, un grupo fundamentalista cristiano, que se estrena en el Senado.
"En los tiempos que corren s¨®lo las campa?as sucias como la de Howard pueden triunfar. Latham se empe?¨® en centrarse en los valores de la sociedad, mientras Howard se dedicaba a destrozarle. No quiso entrar en ese juego y ahora paga las consecuencias", afirma con rabia un diputado laborista.
Con la p¨¦rdida de votos en el Senado, la oposici¨®n laborista se ver¨¢ atada de pies y manos. En la legislatura pasada logr¨® bloquear varios proyectos conservadores, como la modificaci¨®n de la ley sobre el control de los medios de comunicaci¨®n que habr¨ªa permitido al magnate conservador Rupert Murdoch extender su ya tremendo poder. Distintos comentaristas televisivos vaticinaron ayer que Howard no tardar¨¢ en presentar proyectos controvertidos como la privatizaci¨®n del gigante de las telecomunicaciones Telstra o la ley que reduce la influencia de los sindicatos.
El diario conservador The Sun-Herald se?ala que Howard ha dado a Latham un "golpe demoledor", pero no se espera que tire la toalla. Latham se hizo con el liderazgo del Partido Laborista en diciembre pasado. Lo llev¨® al centro, defendi¨® los valores de la econom¨ªa de mercado y la educaci¨®n y coloc¨® sobre la mesa el debate sobre la guerra de Irak, apostando por retirar a los soldados australianos "antes de Navidad". El laborismo parec¨ªa despertar del letargo y las encuestas le dieron por ganador durante el verano.
"Australia es un importante aliado en la guerra contra el terrorismo y John Howard es el mejor para dirigir el pa¨ªs", dijo el presidente estadounidense, George Bush, al felicitarle por el triunfo. En esa frase parece encontrarse buena parte de la explicaci¨®n a la debacle laborista. Los australianos tradicionalmente pro-norteamericanos temieron que Latham amenazara la alianza con EE UU y que Australia se quedara aislada entre sus vecinos de mayor¨ªa isl¨¢mica. Adem¨¢s, los conservadores utilizaron ampliamente la incontinencia verbal de Latham, quien dijo p¨²blicamente de Bush que es el presidente de EE UU "m¨¢s incompetente y peligroso que se recuerda", para meter miedo a la poblaci¨®n sobre el aislamiento.
Howard, que no pidi¨® perd¨®n ni reconoci¨® que en Irak no hab¨ªa armas de destrucci¨®n masiva, declar¨® ayer que los 850 soldados australianos destacados en ese pa¨ªs se quedar¨¢n "todo el tiempo que haga falta". Fuentes diplom¨¢ticas indican que el hecho de que no haya habido bajas australianas en Irak permiti¨® a los 13 millones de votantes alejarse del conflicto. Por el contrario, aument¨® la preocupaci¨®n por el terrorismo internacional tras el atentado en Yakarta contra la Embajada de Australia.
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