"Una vida no se escribe, se vive"
Tristano muere es el nuevo libro de Antonio Tabucchi (Vecchiano, Italia, 1943). Su historia es la de los ¨²ltimos d¨ªas de vida de un h¨¦roe -Tristano- que quiere dejar las cosas claras antes de morir y se confiesa a un escritor para revelarle el sentido y la complejidad de hechos que hab¨ªan sido descritos antes de manera maniquea. Es tambi¨¦n una nueva investigaci¨®n sobre las formas del relato. Tabucchi fue galardonado la semana pasada con el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, convocado por la Asociaci¨®n de Periodistas Europeos. Su nuevo libro acaba de salir a la venta en Espa?a publicado por Anagrama, en castellano, y en catal¨¢n, por Edicions 62.
Pregunta. Usted desconf¨ªa de la novela como g¨¦nero, de las obligaciones que comporta.
"Los espa?oles demostraron c¨®mo se comportan los pueblos cuando se les quiere hacer felices a la fuerza"
"Tristano sabe que Italia no ha conocido una catarsis respecto a su pasado"
"La sociedad es muy hip¨®crita. Hoy nadie dice haber votado a Berlusconi, pero gan¨® las elecciones"
"Puede que el testimonio sea una convenci¨®n, pero sin ¨¦l no hay transmisi¨®n ni hay cultura"
Respuesta. El libro lleva como subt¨ªtulo Una vida y no "novela". Hace ya muchos a?os que mantengo una relaci¨®n dif¨ªcil con la novela, no s¨¦ si es ella la que me esquiva o si soy yo el que no quiere encontrarla. En cualquier caso, "una vida" no sigue un orden l¨®gico, sino que es una serie de acontecimientos. Para el narrador, lo importante es comprender la significaci¨®n de los mismos, pero no quiere perder el tiempo hilvan¨¢ndolos. Al escritor al que le cuenta su vida se la ofrece como el material rodado de una pel¨ªcula y se desentiende del trabajo de montaje, que deja en sus manos. Para Tristano, una vida no puede contarse y ve al escritor como un tipo arrogante, como alguien que cree poder capturar a esa bestia selv¨¢tica que es la vida y encerrarla en unas p¨¢ginas. Una vida no se escribe, se vive.
P. Tristano muere parece un libro pensado m¨¢s para ser escuchado que le¨ªdo.
R. Hay una voz que habla y un escritor que escucha y que no soy yo sino un personaje. He privilegiado la oralidad, quer¨ªa reproducir ese flujo verbal... He escrito tres versiones del libro, la ¨²ltima despu¨¦s de haberlo dado por acabado, y sobre esa ¨²ltima versi¨®n escrita a¨²n hay cambios que los fil¨®logos no encontrar¨¢n nunca porque son modificaciones surgidas de decir el texto en voz alta. Me lo sab¨ªa de memoria. Para Tristano, la voz ha de tener un estatuto superior al de la palabra escrita. En los mitos antiguos siempre es la voz la que tiene el poder, ya sea en el mito de Orfeo, en las referencias a los or¨¢culos o en la idea de que "al principio fue el verbo". La voz est¨¢ viva, se dice de viva voz cuando alguien quiere que le escuchen, ya sea el Papa o un presidente de la Rep¨²blica. La voz es fisiol¨®gica y biol¨®gica, la escritura es mineral.
P. La vida de Tristano es un repaso cr¨ªtico y desenga?ado de m¨¢s de 50 a?os de historia.
R. Pero el desenga?o o des¨¢nimo no est¨¢ en el origen: cuando ¨¦l lucha como partisano no sabe que todo va a acabar desembocando en Berlusconi. ?l combate por un mundo ideal, cree en la democracia, pero luego ¨¦sta resulta que no es tan ideal como la so?aba. Y Tristano, en la medida en que agoniza, en que habla a menudo bajo los efectos de la morfina, es alguien que ya no tiene por qu¨¦ mentir. No es como esos escritores que, una vez muertos, a¨²n quisieran corregir ciertos detalles de su vida o de la l¨¢pida de su tumba. Tristano sabe que Italia no ha conocido una catarsis respecto a su pasado, que es un pa¨ªs que ha vivido en la ficci¨®n de que el fascismo era minoritario, cuando la realidad es que todo el pa¨ªs estaba detr¨¢s de Mussolini, exceptuada una aristocracia obrera e intelectual. En Espa?a, la Rep¨²blica se enfrent¨® al fascismo y ese enfrentamiento desemboc¨® en una guerra civil. La Rep¨²blica fue derrotada, pero nunca se entreg¨® de cuerpo y alma al fascismo. En Italia, la sociedad es muy hip¨®crita, vive de espejismos. Hoy nadie dice haber votado a Berlusconi, pero gan¨® las elecciones. Italia sigue presentando el periodo 1943-1945 como una sublevaci¨®n antifascista sin arrepentirse de lo que antes hizo en Libia, Abisinia, Albania o Grecia. El caso de Grecia es especial porque nuestra invasi¨®n es una doble violaci¨®n, puesto que al mero hecho de agredir a un pa¨ªs, se le suma el hecho de que Grecia sea la madre de nuestra civilizaci¨®n.
P. Usted cita a Paul Celan y a Adorno para referirse a la dificultad de escribir en el siglo del holocausto.
R. Hay alemanes que han vivido con el peso de la verg¨¹enza de lo que hizo su pa¨ªs pero han seguido escribiendo en alem¨¢n. Paul Celan sufri¨® persecuci¨®n, vio c¨®mo mataban a su familia, pero ¨¦l sigui¨® escribiendo en alem¨¢n, se sirvi¨® del idioma como veh¨ªculo de cultura. Mi lengua es mi patria y yo hablo en italiano, como Mussolini, pero lo ¨²nico que comparto con ¨¦l es el idioma. Las banderas o los himnos no me interesan, s¨®lo me identifico con el idioma. Uno puede sentirse a gusto manejando otras lenguas, considerar que son hospitalarias, pero no por ello te sientes en casa. Respecto a la posibilidad de escribir poes¨ªa despu¨¦s de Auschwitz, creo que Primo Levi ya ha demostrado que s¨ª es posible una vez se ha escrito con tanta exactitud sobre Auschwitz.
P. El des¨¢nimo de Tristano sobre el mundo va acompa?ado de un cierto escepticismo sobre el papel de los escritores.
R. Claro. De entrada, quiere corregir la biograf¨ªa novelada que el escritor escribiera a?os antes sobre ¨¦l en tanto que h¨¦roe. Quiere mostrarse bajo otra luz, dejar un universo de buenos y malos, demostrar que el mismo h¨¦roe puede ser un bellaco. Eso es dif¨ªcil en el mundo de Berlusconi o de Blair y Aznar, de gente que miente continuamente, que declaran una guerra por unas razones que luego olvidan y cambian por otras, que dicen querer acabar con unas armas de destrucci¨®n masiva que, al revelarse inexistentes, se trocan en una misi¨®n de exportaci¨®n de la democracia. Es dif¨ªcil entender a los Estados Unidos, antes tan empe?ados en imponer por la fuerza una dictadura en Chile y ahora dispuestos a acabar con quien sea para que Irak sea libre. Ustedes los espa?oles ofrecieron ya un buen ejemplo de c¨®mo se comportan los pueblos cuando se les quiere hacer felices a la fuerza. Napole¨®n les invadi¨® en nombre de la "Libertad, igualdad y fraternidad" y el resultado es conocido. En Portugal existe un dicho que afirma que "cuando la caridad es excesiva, el pobre desconf¨ªa". Los espa?oles desconfiaron de la generosidad de Napole¨®n como ahora los iraqu¨ªes lo hacen de la de Bush. Volviendo a los escritores, Tristano se r¨ªe un poco de ellos, les considera unos falsarios y nos ridiculiza cuando hablamos de "obra abierta" para ocultar nuestra cobard¨ªa a la hora de elegir un final, por ejemplo.
P. El libro tiene como portada la foto de un hombre andando por la playa...
R. ?Un hombre vestido de una manera sorprendentemente elegante! Es una foto que encontr¨¦ y he decidido que es la del padre de Tristano que acude a su propia boda. La foto es una forma de expresi¨®n que me interesa mucho porque tiene una relaci¨®n muy fuerte con lo real. Tiene que ver con la pregunta del inicio, ?qui¨¦n testimonia por el testigo? Puede que el testimonio sea una convenci¨®n social, que todo se basa en nuestra aceptaci¨®n de su veracidad, aunque a veces haya razones m¨¢s que suficientes para dudar de ella pero... pero sin testimonio no hay transmisi¨®n, y sin transmisi¨®n no hay cultura.
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