El disidente
Hoy jueves comienzan en Pau (Francia) unas jornadas sobre Juan Gil-Albert. Se celebra el centenario del escritor alcoyano y, pese al humo levantado y los esfuerzos en pro de su memoria, no es todav¨ªa un escritor de culto ni un poeta que inspire mayor veneraci¨®n. Muchos ignoran que nos hallamos ante un vitalista cuya lecci¨®n invita a vencer el pesimismo y a vivir contra corriente, contra lo multitudinario, contra todo cuanto constri?e la libertad del hombre.
Puede que estemos ante el escritor sin g¨¦nero, ante el poeta desubicado de toda generaci¨®n, ante el hombre desplazado tambi¨¦n por su falso narcisismo, por su hedonismo y su impudor, por "su modo de ser", pero su discurso se asienta en algo tan imperecedero como los posos de la sensibilidad y de la conciencia, en las grandes experiencias colectivas y en las minucias de la vida cotidiana. Que a nadie extra?e que el reconocimiento le llegara en la vejez. En 1972, Jaime Gil de Biedma conoce su obra y descubre a un autor personal¨ªsimo. ?l influye decisivamente para que editoriales como Seix Barral, Tusquets y la Gaya Ciencia publiquen el resto de sus libros. As¨ª se dio a conocer en 1974 Cr¨®nica general, Los d¨ªas est¨¢n contados, Valent¨ªn y La Meta-F¨ªsica. Tambi¨¦n en Valencia se publica ese a?o una reedici¨®n de Contra el cine y Mesa revuelta. Despu¨¦s vendr¨ªa una veintena de libros nuevos. En 1982 recibi¨® el Premio de las Letras Valencianas y fue declarado hijo adoptivo de Valencia.
La obra m¨¢s genuina de Juan Gil-Albert es, como dec¨ªa Gil de Biedma, una "meditaci¨®n autobiogr¨¢fica". Exponer aquel vitalismo humanista en la Espa?a de entonces (aquellos a?os 50) era como predicar en el desierto. Se llevaba la angustia y lo social, la literatura marxista y el existencialismo. Su gran lecci¨®n no fue escuchada hasta unas d¨¦cadas m¨¢s tarde, cuando las nuevas generaciones descubrieron en sus libros un mensaje precursor. Pese ello, pese a la ecuaci¨®n de sabio que nos dej¨® resuelta, ¨¦l sab¨ªa que quien no es como los otros corre el riesgo de ser tomado por disidente. Tambi¨¦n sab¨ªa que la tragedia, la gran tragedia del mundo, es ser distinto.
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