Poco m¨¢s que un desfile
Si las fiestas nacionales significaran algo, deber¨ªamos deducir que Espa?a est¨¢ por construir. Entre el rancio nacionalismo del d¨ªa de la raza, el patriotismo constitucional, la Espa?a plural y las pulsiones centr¨ªfugas de la periferia, este pa¨ªs no sabe c¨®mo ni cu¨¢ndo celebrar que existe. La fiesta de la Hispanidad es poco m¨¢s que un desfile y mucho menos que una fiesta nacional. No hay un consenso ni sobre la fecha ni sobre qu¨¦ se celebra, lo cual simplemente confirma el car¨¢cter heterog¨¦neo de Espa?a. Con el d¨ªa de la Constituci¨®n deber¨ªa bastar como celebraci¨®n pol¨ªtica com¨²n. ?O no es la Constituci¨®n -reformada o no- lo que compartimos?
El Estado asienta su autoridad sobre la coacci¨®n. Y el ej¨¦rcito simboliza esta capacidad. Pero a estas alturas en que el proceso de construcci¨®n europea permite empezar a superar la asociaci¨®n naci¨®n-ej¨¦rcito y en que la despolitizaci¨®n del ej¨¦rcito ha sido uno de los ¨¦xitos de la democracia, montar una fiesta nacional sobre un desfile no parece muy acorde con la sensibilidad de la ciudadan¨ªa.
Desde que empez¨® la transici¨®n se viene arrastrando una misma confusi¨®n: del principio de amnist¨ªa general pol¨ªtica se ha hecho derivar un principio de amnesia hist¨®rica y de suspensi¨®n de juicio. As¨ª, la democracia espa?ola se ha construido sin memoria. En los primeros tiempos pod¨ªa resultar comprensible en un pa¨ªs en que la ciudadan¨ªa estaba dispuesta a olvidar lo que fuera con tal de no reavivar viejas confrontaciones. M¨¢s tarde, cuando la derecha acab¨® su traves¨ªa del desierto, se intent¨® aprovechar la amnesia para blanquear al franquismo. Y ahora el Gobierno, bajo el viejo lema de la reconciliaci¨®n, parece apuntarse a la moda de los discursos pospol¨ªticos que menosprecian la importancia de la verdad y colocan los juicios morales bajo el signo del relativismo. Ahora resulta que, pasados los a?os, da lo mismo un soldado de la divisi¨®n Leclerc que liber¨® Par¨ªs que un soldado de la Divisi¨®n Azul que se fue a luchar en defensa del totalitarismo nazi. Todos son espa?oles, lo dem¨¢s, seg¨²n parece, ser¨ªa anecd¨®tico. ?Esta es la pedagog¨ªa democr¨¢tica que hace el Gobierno?
Azar Nafisi, escritora iran¨ª que profesa en universidades de Estados Unidos, lo dice de un modo muy pl¨¢stico: la primera lecci¨®n de la democracia es "que todos los individuos, sin que importe lo despreciables que puedan ser, tienen derecho a la vida, la libertad y la b¨²squeda de felicidad". La democracia s¨®lo les pone un l¨ªmite: las leyes. Desde el punto de vista del Estado democr¨¢tico la buena fe o la mala fe de los ciudadanos carece de significaci¨®n, como carece de relevancia lo que cada uno quiera hacer con su vida, siempre que cumpla con sus obligaciones legales. Es m¨¢s, nadie puede estar marcado por su pasado como si de un pecado original se tratara. Hay ex etarras plenamente integrados en la vida civil, como hay ex miembros de la Divisi¨®n Azul que han hecho excelentes servicios al pa¨ªs. Lo que se critica no es a las personas, sino al reconocimiento a su actuaci¨®n en un momento determinado y en el marco de una organizaci¨®n concreta. El ex soldado de la Divisi¨®n Azul que acompa?¨® a los Reyes en la ofrenda a los muertos, no estaba en tanto que persona individual, sino por haber sido miembro de aquel batall¨®n. ?Qu¨¦ dir¨ªamos si dentro de unos cuantos a?os un Gobierno vasco invitara a un ex etarra, en tanto que antiguo miembro de ETA, a su fiesta nacional? La voluntad de reconciliaci¨®n no debe confundirse con el relativismo moral, como si, con el tiempo, las conductas perdieran significaci¨®n, todas fueran iguales.
"Fueron fieles a los ideales que abrazaron", ha hecho escribir el ministro Bono en el texto de homenaje a los que dieron la vida por Espa?a. Es el viejo mito de ra¨ªz religiosa de la coherencia y la autenticidad en la creencia. Como si la fidelidad a los ideales convirtiera en moralmente irreprochable cualquier acci¨®n que se hiciera en su nombre. Julio Caro Baroja tiene una clarificadora definici¨®n de ideales: "Simplificaci¨®n de las ideas conforme a una especie de esquema maniqueo seg¨²n el cual el Bien est¨¢ de su parte, y el Mal est¨¢ al otro lado y defendiendo el Bien se puede llegar a todo. Al robo, al secuestro y al asesinato". Cuidado con los ideales. Queman.
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