Iron¨ªas de la historia
Nunca ha sido convencional la relaci¨®n entre el cine de Eric Rohmer y la Historia. Retratado como un libro medieval (Perceval le gauloise), con g¨¦lida distancia cuando los rom¨¢nticos personajes se consumen de amor (La marquesa de O) o envuelto en una atm¨®sfera antinaturalista (La inglesa y el duque), el curso hist¨®rico pasa por los filmes del maestro m¨¢s como una coartada para sofisticados discursos sobre la representaci¨®n, las iron¨ªas del destino y la ambig¨¹edad moral que como estrictas propuestas de reconstrucci¨®n filol¨®gica o preciosista.
Todos estos ingredientes se dan tambi¨¦n en Triple agente, la continuaci¨®n, en otro momento hist¨®rico, de las obsesiones del realizador franc¨¦s. Hay una reflexi¨®n tan ir¨®nica como punzante sobre el realismo, en este caso pict¨®rico. Hay, igualmente, una visi¨®n desesperanzada sobre los costes que el amor paga cuando uno de los que aman no lo hace con la debida honestidad. Y cuando el filme concluye, queda una inmensa, irresoluble sospecha en el aire: ?qu¨¦ hay de cierto en todo lo que hemos visto? ?Existe una verdad hist¨®rica?
TRIPLE AGENTE
Director: Eric Rohmer. Int¨¦rpretes: Serge Renko, Katerina Didaskalou, Cyrielle Claire, Grigori Manoukov. G¨¦nero: drama hist¨®rico, Francia-Rusia-Espa?a-Grecia-Italia, 2003. Duraci¨®n: 115 minutos.
Todo este discurso relativista es mostrado en Triple agente: por un lado, desde la cotidianidad de sus protagonistas, el fascinante triple agente y su esposa pintora; por el otro, desde el bronco ulular de la Historia, que se abre paso entre titulares de peri¨®dicos, noticiarios y retransmisiones radiof¨®nicas. Un trasfondo necesario para mostrar la peripecia afectiva de la pareja y no la ocasi¨®n para un discurso ideol¨®gico sobre el pasado.
El resultado es una pel¨ªcula m¨¢s inteligente que afectiva, m¨¢s cerebral que arrebatadora. Tiene, si acaso, una caracter¨ªstica inesperada: un tono demasiado discursivo y farragoso. Y aunque este defecto se compensa con lo apasionante de la an¨¦cdota hist¨®rica, queda en pie como un ingrediente insoslayable de la forma que adopta la narraci¨®n, cerrada sobre s¨ª misma y necesitada de numerosas explicaciones orales, una mancha en un filme ir¨®nicamente moralista.
Babelia
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