Las met¨¢foras de Nekrosius
Dos de los espect¨¢culos m¨¢s sorprendentes de la temporada pasada vinieron de Lituania, pa¨ªs de apenas cuatro millones de habitantes, con una tradici¨®n teatral profunda. Uno, Ricardo III, interpretado por el Teatro Nacional de Lituania, compa?¨ªa compacta y flexible, y dirigido por Rimas Tuminas con imaginaci¨®n riqu¨ªsima, administrada sin excesos, estuvo entre los tres montajes de mayor pegada del Festival de Oto?o. El otro, Hamlet, descubri¨® al p¨²blico del Teatre Nacional de Catalunya a Meno Fortas, compa?¨ªa cuyo nombre se podr¨ªa traducir por "la fortaleza del arte", y a su director, Eimuntas Nekrosius (Vilnius, 1952). En la primera escena de la funci¨®n, Bernardo y Marcelo aguardan al fantasma envueltos en pieles espesas: la noche ha ca¨ªdo como una glaciaci¨®n, y combaten el mal tiempo entrechocando las puntas met¨¢licas de sus botas. Da fr¨ªo verles. En Lituania saben lo que es el invierno mejor que en Dinamarca. Despu¨¦s de ¨¦ste, cualquier Hamlet franc¨¦s o espa?ol parece meridional en exceso. El teatro de Nekrosius es f¨ªsico desde el primer minuto. Mientras los soldados matan la espera, una cortina de agua pulverizada cae sobre un tambor, en la boca de la escena, y se convierte de improviso en un gota a gota que percute la membrana: "tam-tam". Es el alma del padre de Hamlet, que se materializa para reclamar justicia. El director llena el montaje de met¨¢foras, de im¨¢genes que ampl¨ªan y reverberan el sentido ¨²ltimo del texto. Cuando el fantasma se encuentra con su hijo, le pone en las manos un bloque de hielo (as¨ª de pesada y de hiriente es su herencia), mientras narra c¨®mo Claudio le dio muerte cuando dorm¨ªa.
En este Hamlet, que lleva
ocho a?os represent¨¢ndose por toda Europa y por media Am¨¦rica, Nekrosius pone en escena un par de acontecimientos que en la obra de Shakespeare suceden fuera. Una es el encuentro con Hamlet que Ofelia narra a Polonio: el pr¨ªncipe y su enamorada, ella tendida sobre ¨¦l, juegan a comerse mutuamente, tapan con sus manos la boca del otro, se desmayan y se insuflan aire con un humor delicado y po¨¦tico. Los actores resuelven la situaci¨®n sin palabras, movi¨¦ndose como bailarines. El director lituano convierte en conjuro las instrucciones que el pr¨ªncipe da a los c¨®micos, y la muerte de Polonio, escondido en un ba¨²l, en un n¨²mero de magia brillante y divertido. En la escena en la que los c¨®micos act¨²an ante la corte, la reina, Ofelia y Claudio toman colorete de la cara de uno de ellos, lo ponen en las suyas, y se unen a la representaci¨®n para interpretarse a s¨ª mismos. Hamlet recita el "ser o no ser" bajo una l¨¢mpara de velas y de hielo: al derretirse, el agua deshace su camisa blanca, confeccionada en un papel que pasa por tela. Ofelia muere coreogr¨¢ficamente, con los ojos vendados, saltando como un pez fuera del agua, y, al final, Fortimbr¨¢s y el protagonista se baten entre el zumbido hiriente que producen el resto de los personajes al golpear el aire a comp¨¢s, con varas iguales a las suyas.
Eimuntas Nekrosius salt¨® a la popularidad, dentro de su pa¨ªs, en 1985, con un Romeo y Julieta en clave de ¨®pera rock. En T¨ªo Vania (1989), ofreci¨® una met¨¢fora del momento terminal que estaba viviendo la Uni¨®n Sovi¨¦tica. En 1994, la Uni¨®n de Teatros de Europa le concede el Premio a las Nuevas Realidades Teatrales, y, un a?o despu¨¦s, con Tres hermanas, el director confirma su habilidad para hacer lecturas imaginativas, pero ajustadas a la letra y el esp¨ªritu del original. Despu¨¦s monta un Macbeth en el que las brujas son tres mujeres bell¨ªsimas, un Otelo a mitad de camino entre ballet y melodrama, varios ch¨¦jov...
El cantar de los cantares, espect¨¢culo con el que visita Madrid por vez primera, es un estreno absoluto que la compa?¨ªa Meno Fortas ha estado ensayando en la Baltiski Dom, de San Petersburgo. El montaje est¨¢ libremente inspirado en el libro del Antiguo Testamento que los 72 rabinos de Alejandr¨ªa tradujeron al griego, san Jer¨®nimo al lat¨ªn, fray Luis de Le¨®n al castellano y Jacinto Verdaguer al catal¨¢n. Estos di¨¢logos cantados, en los que participan dos enamorados, o tres (seg¨²n ciertos ex¨¦getas el pastor y el rey son dos personajes distintos), y un coro similar al de la tragedia griega, se pueden leer literalmente como exaltaci¨®n del amor profano, o en clave m¨ªstica.
El cantar de los cantares. Teatro de Madrid. Del 21 al 24 de octubre.
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