Simbad y el 'cowboy'
F¨¢tima Mernisi ha conseguido en unos a?os convertirse en la intelectual por excelencia de su pa¨ªs. Imagen exportable de la mujer hecha a s¨ª misma, llevada quiz¨¢ hasta la caricatura en la solapilla de este Un libro para la paz: "Se educ¨® ¨ªntegramente en escuelas cor¨¢nicas y habl¨® s¨®lo ¨¢rabe hasta los 20 a?os. De madre analfabeta...". En la construcci¨®n de un producto cultural, en la fabricaci¨®n de un perfil de autor(a), se mezclan ingredientes descontextualizados que venden una imagen que a veces poco concuerda con la realidad.
Nada de esto impide que F¨¢tima Mernisi sea un verdadero animal literario o intelectual, una escritora de raza para entendernos, que ha creado una escuela de antrop¨®logos en su pa¨ªs y que no siempre es all¨ª valorada en medios intelectuales donde la envidia o la mediocridad dominan.
UN LIBRO PARA LA PAZ
Fatema Mernissi
Traducci¨®n de In¨¦s Belaustegui
El Alef. Barcelona, 2004
90 p¨¢ginas. 10,90 euros
Un libro para la paz no es una obra que d¨¦ la talla de lo que es capaz. Se trata de una conferencia larga bien anotada en la que invita a no escapar de la globalizaci¨®n, sino a prepararse para ella a trav¨¦s de la cultura del di¨¢logo. Todo en esta obrita gira en torno a las virtudes del di¨¢logo y la comunicaci¨®n entre pueblos, a la aceptaci¨®n de lo extranjero como enriquecedor frente a la cultura de la violencia. Para ello recuerda dos v¨ªas, dos maneras de afrontar el mundo, encarnadas en dos personajes de ficci¨®n que expresan, de manera opuesta, los sentimientos hacia los extra?os y la manera de abordarlos. Esos dos h¨¦roes son, por un lado, Simbad, el personaje de Las mil y una noches, importado por los cuentistas de Bagdad de la tradici¨®n india en la ¨¦poca de los primeros abbas¨ªes, all¨¢ por el siglo IX, que encarna al que busca y aprende de los extranjeros; por otro, el cowboy de los filmes del Oeste, enfrentado siempre al forastero que representa todos los peligros.
Est¨¢ a punto la autora marroqu¨ª de inducir al lector a una interpretaci¨®n maniquea y simplista del mundo actual, tan fuerte es la evocaci¨®n del Bagdad de hoy y de la ocupaci¨®n americana. Felizmente nos aclara que tambi¨¦n hubo abbas¨ªes que actuaron como cowboys y que no hay una ¨²nica lectura de lo que este personaje representa para p¨²blicos tan dispares como los que contemplan el cine de Hollywood. Su par¨¢bola, que camina por terrenos del recordatorio de ¨¦pocas de esplendor de una cultura arabo-isl¨¢mica abierta a las dem¨¢s civilizaciones -recuerda que el islam supuso el "primer cataclismo globalizador" de la historia de la humanidad al rebasar las fronteras culturales conocidas, griega y persa-, no est¨¢ exenta de autocr¨ªtica al preguntarse qu¨¦ es lo que impide a los ¨¢rabes cultivar el di¨¢logo.
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