Tambi¨¦n en la electricidad: un nuevo talante
El autor considera que la elaboraci¨®n de un libro blanco sobre la electricidad puede ser un paso para un pacto nacional de la energ¨ªa.
La iniciativa del Ministerio de Industria con el anuncio de un libro blanco sobre la generaci¨®n o, lo que es lo mismo, de una reflexi¨®n regulatoria profunda sobre el mercado de la electricidad y sobre el papel que en ¨¦l corresponde al Estado y a sus diferentes actores, constituye una buena noticia.
La electricidad es un vector energ¨¦tico que invade todas las actividades de la sociedad, de las empresas y de los individuos, y las condiciones t¨¦cnicas, econ¨®micas y medioambientales de su suministro son de extraordinaria importancia para la competitividad de la econom¨ªa. Su regulaci¨®n es esencial para que el suministro se verifique en adecuadas condiciones de calidad y precio. La regulaci¨®n moldea la estructura sectorial y a las empresas mismas. Es decir, influye en su cultura y en el medio y largo plazo determina, en uno u otro sentido, las estructuras corporativas y las industriales.
La cultura monopolista de las empresas pervive y busca nuevas formas de integraci¨®n vertical
La legislaci¨®n vigente dio un giro copernicano a los criterios regulatorios que inspiraban la legislaci¨®n derogada en 1997 a pesar de ser (aquella legislaci¨®n) pionera de las reformas que ya estaban trayendo las directivas comunitarias sobre el mercado interior de la electricidad. Se trat¨® de un giro carente de la reflexi¨®n necesaria, como si hubiera sido realizado por personas poco expertas en la materia, proclives, por ello, a las recetas est¨¢ndares que se aplican a cualquier cosa.
Pero la electricidad no es cualquier cosa. La electricidad es muy rara. Se trata del suministro en red de un bien esencial que experimenta en su tr¨¢nsito por las redes transformaciones determinantes de calidad para que pueda ser consumido, y esto hasta el extremo de que resulta controvertido desde la reflexi¨®n jur¨ªdica y econ¨®mica determinar si estamos ante el suministro de un bien o ante la prestaci¨®n de un servicio. Se trata la electricidad de un bien que no puede ser almacenado y que su transporte se verifica a la velocidad de la luz (circunstancias que funden en un solo acto su consumo y su producci¨®n) y que adem¨¢s, para colmo de su especial¨ªsima rareza, es generado utilizando materias y fuentes energ¨¦ticas primarias muy diversas que arrastran el uso de tecnolog¨ªas igualmente diversas, siendo el resultado, no obstante, completamente homog¨¦neo y de origen indistinguible. Ninguna diferencia existe entre kW-h de diferentes procedencias. Tanto da un kW-h de Endesa como de Uni¨®n Fenosa como de Iberdrola como de no importa qu¨¦ otra empresa, del mismo modo que no existe diferencia alguna tampoco entre un kW-h de origen hidroel¨¦ctrico o termoel¨¦ctrico o nuclear o e¨®lico o con origen en cualquier otra tecnolog¨ªa.
Y en estas cuestiones radican, precisamente, las dificultades regulatorias de la electricidad. Sus caracter¨ªsticas exigen sobredimensionamiento para que el suministro pueda ser seguro. Exigen una fuerte y compleja coordinaci¨®n de contenido muy t¨¦cnico y sofisticado para que el sistema funcione de manera equilibrada en cada instante (el concepto de sistema es aplicable al sistema el¨¦ctrico en su acepci¨®n mas estricta). Exigen la presencia y el concurso de tecnolog¨ªas muy diversas que irremediablemente presentan costes fijos y variables igualmente diversos y tambi¨¦n impactos medioambientales de muy diferente naturaleza. Y todo esto se verifica con una demanda diaria, semanal y anual fuertemente estacional y en constante crecimiento.
Estas caracter¨ªsticas se encuentran en los fundamentos de un desarrollo secular de las empresas el¨¦ctricas de naturaleza monopolista con integraci¨®n vertical, desde la generaci¨®n (incluso desde el abastecimiento de materias primas) hasta la distribuci¨®n, comercializaci¨®n y venta de la electricidad, asentado en los mercados reservados de ¨¢mbito regional en los cuales los consumidores se encontraban cautivos. Pero ya no, las reformas han tra¨ªdo la separaci¨®n horizontal de las actividades (Espa?a fue pionera en el mundo con la creaci¨®n de Red El¨¦ctrica de Espa?a SA -REE- en 1985) y ya todos los consumidores pueden ser abastecidos desde el conjunto del sistema generaci¨®n-transporte y todas las centrales compiten por estar presentes en el abastecimiento del gran mercado. Pero la cultura monopolista de las empresas todav¨ªa pervive y busca nuevas formas de integraci¨®n vertical, y el mercado (el mercado sin m¨¢s, el que ha demostrado su eficacia para organizar las transacciones de cualquier cosa) se encuentra con dificultades para organizar el suministro de electricidad con eficiencia. El mercado sencillo, en el que los precios se igualan a los costes marginales y remuneran las actividades con una asignaci¨®n ¨®ptima de recursos y factores, se compadece mal con la electricidad. Porque la electricidad no es cualquier cosa.
Sin embargo el mercado s¨ª podr¨ªa ser un instrumento adecuado para organizar el suministro de la electricidad. El mercado s¨ª, pero no cualquier mercado. Tiene que ser un mercado cuyo dise?o no ignore las caracter¨ªsticas de la electricidad con objeto de introducir equilibrio y certidumbre en el Sector El¨¦ctrico. El Estado deber¨¢ fijar el alcance y los limites a su propia presencia y la regulaci¨®n extender la acci¨®n del mercado no m¨¢s all¨¢ de donde resulte eficaz. En esta direcci¨®n, el Estado y el mercado deber¨¢n dotarse con los instrumentos regulatorios e institucionales precisos de los que hoy carecen, para que el propio mercado pueda ser posible, para que el Estado pueda afrontar las responsabilidades que le son indeclinables y para que el suministro de electricidad no abandone la senda de las ganancias en eficiencia.
Un libro blanco para la electricidad podr¨ªa reflexionar sobre el mejor dise?o del mercado buscando, sin duda, allegar el consenso de la comunidad cient¨ªfica y de los actores del sector sobre las soluciones regulatorias m¨¢s eficaces. Porque ese consenso, si se alcanzase en torno a la electricidad, constituir¨ªa un importante paso hacia un pacto nacional sobre la energ¨ªa -formal o informal, expl¨ªcito o impl¨ªcito- necesario para afrontar el futuro energ¨¦tico y los retos econ¨®micos y medioambientales. Un nuevo talante, en definitiva, podr¨ªa estar abri¨¦ndose paso tambi¨¦n en la electricidad.
Jorge Fabra Utray es economista y doctor en Derecho en el Instituto Pascual Madoz de la Universidad Carlos III.
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