'Concierto para orquesta' de Bart¨®k
EL PA?S ofrece ma?ana, por 2,95 euros, dos obras del gran compositor, dirigidas por Karel Ancerl con la Filarm¨®nica Checa
"Cuando uno escucha un disco o lee un libro que le deslumbra, el impulso natural es buscar a qui¨¦n cont¨¢rselo", escrib¨ªa en un art¨ªculo de opini¨®n en este peri¨®dico en 1982 el escritor colombiano Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Y a?ad¨ªa a continuaci¨®n: "Esto me sucedi¨® cuando descubr¨ª por casualidad el Quinteto para cuarteto de cuerdas y piano, de B¨¦la Bart¨®k (Transilvania, 1881-Nueva York, 1945), que entonces no era muy conocido". Entonces y ahora, de ah¨ª la sorpresa y el impulso a compartirlo para alguien acostumbrado a vivir en compa?¨ªa musical de la maravillosa serie de los seis cuartetos de cuerda del compositor y cuya admiraci¨®n por Bart¨®k le llev¨® a solicitar a la Academia sueca que se pusiera alg¨²n fragmento del Concierto para orquesta como fondo musical en el acto de entrega de su Premio Nobel de Literatura. El autor de Cien a?os de soledad comparti¨® ese momento emotivo de su vida con un compositor al que admiraba por su m¨²sica, desde luego, pero tambi¨¦n por su honestidad moral.
B¨¦la Bart¨®k es uno de los compositores del siglo XX cuya memoria musical no solamente permanece, sino que se asienta cada d¨ªa con m¨¢s fuerza. Como Stravinski, Debussy, Sch?n-berg, Messiaen y pocos m¨¢s. Naci¨® en 1881 en una ciudad de medianas proporciones de Hungr¨ªa de entonces, en la que conviv¨ªan significativas comunidades de rumanos, serbios y alemanes adem¨¢s de h¨²ngaros. Era el a?o en que fallecieron, por ejemplo, Dostoievski y Mussorgski y el que vieron la luz por primera vez Picasso y Stefan Zweig. El cambio se present¨ªa. En literatura, en arte, en m¨²sica, en la propia sociedad. La propia vida de Bart¨®k es una muestra de los avatares de la historia, con los desgarros y heridas que acarrean dos guerras mundiales. Es un ejemplo de lo que cuesta la libertad. Bart¨®k muri¨® de leucemia en un hospital de Nueva York en 1945. All¨ª se hab¨ªa exiliado en 1940 a causa de la invasi¨®n nazi de su pa¨ªs.
El Concierto para orquesta pertenece a la etapa americana de Bart¨®k, siendo compuesto entre el 15 de agosto y el 8 de octubre de 1943 en el lago Saranac, al norte de Nueva York, lugar donde la Asociaci¨®n de Compositores Americanos hab¨ªa ofrecido alojamiento al m¨²sico europeo. La salud le hab¨ªa empezado a flaquear en 1942 y, de hecho, su ¨²ltimo concierto como pianista, al lado de su mujer, lo dio en enero de 1943, con la Sonata para dos pianos y percusi¨®n, una de sus obras maestras m¨¢s valoradas hoy junto a la M¨²sica para cuerda, percusi¨®n y celesta. Las condiciones econ¨®micas tampoco eran favorables para Bart¨®k durante la composici¨®n del Concierto para orquesta, y el reconocimiento americano no acababa de llegar en la dimensi¨®n que se esperaba. Todo cambi¨® a partir del estreno en el Carnegie Hall de Nueva York el 1 de diciembre de 1944 con la Sinf¨®nica de Boston dirigida por Sergu¨¦i Koussevitzky. El c¨¦lebre maestro lleg¨® a afirmar en un derroche de entusiasmo que era "la mejor composici¨®n orquestal de los ¨²ltimos 25 a?os". Fue un ¨¦xito y a partir de ese momento la popularidad del compositor creci¨® considerablemente, extendi¨¦ndose poco a poco a toda su producci¨®n. L¨¢stima que Bart¨®k ten¨ªa ya a esas alturas de su vida los d¨ªas contados. La fascinaci¨®n por el compositor no ha dejado de aumentar y se extiende a los campos m¨¢s variados. Dos ejemplos: Kubrick ha utilizado alg¨²n fragmento musical de Bart¨®k en su cine para resaltar las atm¨®sferas de misterio y nocturnidad; Amen¨¢bar ha mantenido conversaciones para ver la posibilidad de poner en escena la excelente ¨®pera El castillo de Barba Azul.
El Concierto para orquesta se basa en la idea de utilizar instrumentos o grupos de ellos como solistas en di¨¢logo con la orquesta, un poco al estilo del concerto grosso barroco. Ello favorece la brillantez virtuosista. Bart¨®k lo estructur¨® en cinco movimientos y cuid¨® al m¨¢ximo tanto el color y la expresi¨®n como los contrastes y la simetr¨ªa. Es una obra de s¨ªntesis que se ha convertido en la composici¨®n m¨¢s popular del autor. La obra es magn¨ªfica y no desmerece en absoluto de las otras piezas orquestales del autor. Incluso se distingue por su capacidad inmediata de comunicaci¨®n.
El peso de la historia
En el libro-disco dedicado a Bart¨®k est¨¢ incluido tambi¨¦n el Concierto para viol¨ªn n¨²mero dos, compuesto entre 1937 y 1938, y estrenado en Amsterdam el 23 de marzo de 1939, con William Mengelberg dirigiendo la Orquesta del Concertgebouw y Zolt¨¢n Sz¨¦kely como violinista. El compositor no pudo asistir al estreno, pero s¨ª lo escuch¨® en 1943 en Nueva York. Se hace cargo de la parte solista de la grabaci¨®n el gran violinista h¨²ngaro Andr¨¦ Gertler, amigo personal del compositor, del que ha grabado toda su obra para viol¨ªn. Karen Ancerl dirige la Filarm¨®nica Checa. En la comprensi¨®n de la obra tienen seguramente un lugar destacado sus estudios de viol¨ªn. En la identificaci¨®n emocional con Bart¨®k y los valores morales ante el peso de la historia cuenta, sin duda, su paso por varios campos de concentraci¨®n, de los que sali¨® con vida milagrosamente. Ello al margen de sus cualidades objetivas como director de gran lucidez anal¨ªtica. El Concierto para viol¨ªn se grab¨® en Praga en 1965, perteneciendo al volumen 22 de la Gold Edition dedicada a Ancerl del sello checo Supraphon; el Concierto para orquesta fue registrado en 1963 y pertenece al volumen 26 de la citada colecci¨®n. Si despu¨¦s de escucharlos le surge el impulso natural de buscar a alguien para cont¨¢rselo, es una se?al inequ¨ªvoca de que la experiencia ha merecido la pena.
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