Un hogar lejos de Cali

Si en los a?os sesenta y setenta era muy f¨¢cil que un vecino de Carabanchel dijera "soy de Almendralejo" o "de Jerez de los Caballeros", ambos en Extremadura, hoy lo m¨¢s probable es que respondan "soy de Barranquilla", "de Cali" o "de Bogot¨¢". En el distrito hay 6.201 residentes colombianos, la mayor parte de los 44.646 que viven en la capital.

Nidia Milena V¨¢squez, de 31 a?os, procedente de Calarc¨¢, se estableci¨® en Carabanchel Alto tan pronto como aterriz¨® en Espa?a, hace poco m¨¢s de cuatro a?os. Su marido, Gustavo Gallo, que hab¨ªa llegado un a?o antes a casa de una prima espa?ola, ya resid¨ªa all¨ª. La elecci¨®n les vino dada, pero ahora no tienen intenci¨®n de marcharse. "El barrio est¨¢ muy bien. S¨®lo le falta el metro", se queja Milena.

Milena cobra 5,10 euros por hora en su trabajo de contable, menos que limpiando casas

En Carabanchel se comen muchos platos t¨ªpicos de Colombia, como las bandejas paisas (filete de ternera con arroz, arepas y chile), pero tambi¨¦n peruanos, como los pucheros a la lime?a (caldo de carne y verduras) o el cus-c¨²s marroqu¨ª. Y es que en este distrito, donde viven 239.398 personas (el 18%, inmigrantes), hay cabida para todas las nacionalidades. Los ecuatorianos (14.683 personas), seguidos de colombianos (6.201), rumanos (3.317) y peruanos (2.930), han aventajado en n¨²mero a los marroqu¨ªes (2.405), que hace 10 a?os comenzaron a asentarse en este distrito obrero. Carabanchel, adem¨¢s, ha pasado de ser la zona de recreo de la corte de hace un siglo o el barrio de la c¨¢rcel, a convertirse en el futuro hogar de 11.300 familias del PAU.

Es uno de los distritos que m¨¢s poblaci¨®n inmigrante ha recibido en los ¨²ltimos a?os, en buena medida porque los precios de las viviendas eran y siguen siendo m¨¢s asequibles. A diferencia de otras zonas de Madrid, aqu¨ª no existen grandes concentraciones de extranjeros en determinados barrios, si bien Vista Alegre (19,2%) es el que m¨¢s inmigrantes re¨²ne. Ni siquiera los negocios como locutorios o colmados proliferan en el mismo entorno. Todo es mucho m¨¢s homog¨¦neo.

Milena y Gustavo viven en un piso de dos habitaciones con su hija Geraldyne, de siete a?os. Aunque en ocasiones han subarrendado uno de los cuartos para hacer frente a los 360 euros de alquiler, ahora priman la "calidad de vida" y prefieren no compartir. "La convivencia es muy dura. Si vives solo, no tienes que estar pendiente de si se dejan la luz encendida o el grifo abierto", explica Milena.

Muchos inmigrantes de Carabanchel, seg¨²n datos municipales, son familias que despu¨¦s de residir en otros distritos compartiendo viviendas se establecen en la zona. Los precios m¨¢s baratos de las casas ayudan, aunque, como en toda la capital, en los ¨²ltimos a?os se han disparado: en 2000 el metro cuadrado era de 1.436 euros, y hoy alcanza los 3.029 euros.

"Preferimos esperar hasta que nos den los papeles para decidir d¨®nde nos vamos a vivir definitivamente", cuenta Milena, quien antepone la estabilidad de su hija, que asiste al colegio Antonio Machado desde que lleg¨® a Madrid, a encontrar una vivienda en otro barrio. El colegio de Geraldyne, p¨²blico, con un 31,52% de ni?os extranjeros, no es uno de los m¨¢s ocupados por este colectivo. En el colegio Rep¨²blica de Ecuador la cifra asciende hasta el 74,41%, y en el centro concertado Con-Pe, de los 195 alumnos, el 70,77% es extranjero.

Para Milena es enriquecedor que su hija tenga compa?eros de muchas nacionalidades. Y pone un ejemplo: "Si dices que eres colombiano y no saben nada de ti, creen que eres narcotraficante o prostituta. Es mejor que te conozcan para ganarte su respeto", explica la mujer, que va por el barrio saludando a cada paso a decenas de personas.

Trabajar no ha sido nunca un problema para este matrimonio, a pesar de carecer de documentaci¨®n. Gustavo ha sido limpiador de piscinas y vigilante nocturno, y ahora trabaja en una empresa de complementos. Ella, despu¨¦s de limpiar bares, casas y hacer primeras limpiezas de viviendas, lleva nueve meses de contable, la misma profesi¨®n que desempe?aba en Bogot¨¢ antes de emigrar. "Me pagan 5,10 euros por hora, menos que limpiando, pero trabajo en lo m¨ªo y el horario me permite recoger a mi ni?a cuando sale del cole y ayudarle con las tareas", se?ala Milena, que relata c¨®mo se le ca¨ªan las l¨¢grimas el d¨ªa que pidi¨® un incremento de sueldo y se lo denegaron.

Cuando llega el fin de semana a esta familia le gusta reunirse con sus amigos "de todos sitios", ir a los centros comerciales o pasear en los parques del distrito. El de las Cruces, uno de los tres grandes de Carabanchel junto con el de la Emperatriz Mar¨ªa de Austria y el de San Isidro, es uno de sus favoritos. "As¨ª la ni?a est¨¢ bien, y nosotros tambi¨¦n salimos de casa".