Las razones del 'no'
Laurent Fabius, un respetado pol¨ªtico franc¨¦s que tiene fama de pragm¨¢tico y de persona excesivamente centrada para ser socialista, ha pedido el "no" en el refer¨¦ndum que se celebrar¨¢ en Francia sobre la Constituci¨®n europea. Sin duda, hay motivos estrat¨¦gicos que han pesado en la decisi¨®n de Fabius y, seguramente, algo habr¨¢ tenido que ver en este asunto la batalla que se est¨¢ librando actualmente por el control del Partido Socialista franc¨¦s. Pero, por otro lado, tambi¨¦n es cierto que el contenido del proyecto constitucional le ha facilitado mucho la tarea.
Lo primero que hay que dejar claro es que la Constituci¨®n desaf¨ªa cualquier concepci¨®n o modelo m¨ªnimamente aceptable de norma fundamental. Es cierto que los constitucionalistas llevan discutiendo siglos sobre cu¨¢l es el modelo de constituci¨®n ideal, sin lograr ponerse de acuerdo sobre la cuesti¨®n. Este debate se centra, esencialmente, en torno a dos concepciones, una "minimalista" y otra "realista". Para la minimalista, una constituci¨®n debe limitarse a establecer los elementos fundamentales, y solamente los fundamentales, del juego pol¨ªtico que se desarrollar¨¢ una vez entre en vigor, que son: la definici¨®n de la forma pol¨ªtica del Estado (o como se le quiera llamar en el ¨¢mbito europeo), una divisi¨®n horizontal y, en su caso, vertical del poder, y una carta de derechos fundamentales. Sin embargo, para el modelo realista una constituci¨®n debe incluir todo aquello que se acuerde en el proceso pol¨ªtico constituyente. Seg¨²n esta segunda concepci¨®n, no habr¨ªa l¨ªmites a priori sobre cu¨¢l deber¨ªa ser el contenido de una constituci¨®n, m¨¢s all¨¢ del sentido com¨²n. Bajo mi punto de vista, existen buenas razones para adoptar el primer modelo y rechazar el segundo; pero sin entrar en ellas en este momento, lo cierto es que la Constituci¨®n europea rebasa incluso los l¨ªmites de la concepci¨®n realista.
Desaf¨ªa cualquier modelo m¨ªnimamente aceptable de norma fundamental
En efecto, estamos hablando de un proyecto que ya para empezar es inmanejable. La Constituci¨®n europea est¨¢ formada por cuatro partes y tiene un total de 448 art¨ªculos, a los que hay que a?adir varios protocolos y declaraciones. Las dimensiones oce¨¢nicas del proyecto de Constituci¨®n europea se ponen m¨¢s claramente de manifiesto si lo comparamos con otros textos modernos. Por ejemplo, la Constituci¨®n espa?ola, de la que tan orgullosos nos sentimos, est¨¢ integrada por 169 art¨ªculos, cuatro disposiciones adicionales, nueve transitorias, una derogatoria y una final. Es decir, se trata de un texto m¨¢s sencillo de manejar, y eso que algunos constitucionalistas piensan que es ya excesivamente extenso. En cualquier caso, muchos de los art¨ªculos de la Constituci¨®n europea sobran claramente: no parece que est¨¦ justificada por su especial relevancia constitucional la disposici¨®n que especifica que el himno de la Uni¨®n se tomar¨¢ de la Novena sinfon¨ªa de Ludwig van Beethoven. Pero es que adem¨¢s la Constituci¨®n europea est¨¢ plagada de excepciones a la regla general, de ambig¨¹edades y hasta de contradicciones. Por ejemplo, existen numerosas excepciones a la tan tra¨ªda y llevada regla de la mayor¨ªa cualificada. Como sabemos, esta regla establece que las decisiones que se adopten por mayor¨ªa ser¨¢n aquellas que se aprueben por un 55% de Estados miembros, que incluya a 15 de ellos que representen un 65% de la poblaci¨®n europea. Dejando a un lado los numerosos casos en los que todav¨ªa se prev¨¦ la unanimidad, existen muchas excepciones a la regla antes mencionada (por ejemplo, en relaci¨®n con la suspensi¨®n a un Estado miembro de determinados derechos, o con la retirada voluntaria de la Uni¨®n). Con respecto a las ambig¨¹edades, muchas de ellas se refieren a aspectos fundamentales, como por ejemplo al proceso de revisi¨®n ordinaria de la propia Constituci¨®n. As¨ª, el art. IV-443 dice que si un n¨²mero determinado de Estados miembros encuentra dificultades para ratificar la revisi¨®n "el Consejo Europeo examinar¨¢ la cuesti¨®n". ?Qu¨¦ significado debemos darle a la expresi¨®n entrecomillada? Nadie lo sabe. Finalmente, en el cap¨ªtulo de las contradicciones, la Constituci¨®n se?ala (art. IV-437) que se derogan los Tratados anteriores, lo que implica, por tanto, que estamos ante una aut¨¦ntica refundaci¨®n de la Uni¨®n Europea: es como si, constitucionalmente hablando, el reloj se pusiera a cero a partir de la entrada en vigor de la Constituci¨®n. Sin embargo, inmediatamente despu¨¦s (art. IV-438) se habla de "sucesi¨®n" y "continuidad" jur¨ªdica entre la Constituci¨®n y el derecho derivado anterior a ella. La cosa tiene su importancia no solamente desde un punto de vista simb¨®lico (ya no se tratar¨ªa de una aut¨¦ntica refundaci¨®n pol¨ªtica, sino m¨¢s bien de una modificaci¨®n de lo que ya exist¨ªa), sino tambi¨¦n desde un punto de vista t¨¦cnico-jur¨ªdico, como sin duda se ver¨¢ en su momento.
Pero lo peor de esta Constituci¨®n es el sistema institucional que establece. Efectivamente, no solamente hace todav¨ªa m¨¢s complejo el sistema anterior a la Constituci¨®n, sino que adem¨¢s lo intergubernamentaliza en gran medida. Lo complica sobremanera porque, al sinf¨ªn de instituciones que ya exist¨ªan antes, le a?ade algunas otras que, en realidad, tienen su campo de juego natural en el ¨¢mbito dom¨¦stico. Pienso, por ejemplo, en los parlamentos nacionales, que irrumpen con fuerza en el entramado institucional comunitario, por ejemplo, en lo que al control del principio de subsidiariedad se refiere. Adem¨¢s, este complicad¨ªsimo sistema institucional se est¨¢ intergubernamentalizando a pasos de gigante. As¨ª, a partir de la entrada en vigor de la Constituci¨®n, tendremos un presidente del Consejo Europeo que ser¨¢ elegido por los jefes de Estado o de Gobierno de la UE. Hay que tener bien en cuenta que los problemas de legitimaci¨®n que padece la Uni¨®n desde hace tiempo no son la consecuencia de la falta de un demos europeo, ni de cosas parecidas, sino m¨¢s bien de la colusi¨®n de los gobiernos nacionales en la arena comunitaria, empleada por ellos para hacer all¨ª lo que ya no pueden hacer en el ¨¢mbito nacional, pero con menos control.
Todo esto significa que el Gobierno espa?ol, y los partidos pol¨ªticos que apoyan el "s¨ª" ante el refer¨¦ndum, se van a tener que emplear a fondo para explicar a los ciudadanos por qu¨¦ merece la pena votar "s¨ª" a la Constituci¨®n europea y evitar con ello un voto mayoritariamente negativo o, lo que quiz¨¢ ser¨ªa peor, la abstenci¨®n. Este esfuerzo tiene que estar centrado en dar razones que muestren de forma clara por qu¨¦ la mayor parte de los espa?oles estar¨ªamos mejor con Constituci¨®n que sin ella, y en especificar cu¨¢les son los mecanismos compensatorios que la misma establece a favor de los perdedores en este proceso constituyente. Es decir, esta vez, la mera apelaci¨®n al supuesto sentimiento europe¨ªsta de los espa?oles, o a extravagancias como que una Europa con Constituci¨®n nos hace fuertes frente a Estados Unidos (¨¦ste es el argumento que algunos socialistas est¨¢n actualmente empleando en Francia para movilizar frente a Fabius) no ser¨¢n suficientes para convencer a los espa?oles de que no se vayan de picnic el d¨ªa del refer¨¦ndum.
Antonio Estella es profesor titular de Derecho Administrativo de la Universidad Carlos III.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.