10.001
Ma?ana aparecer¨¢ el n¨²mero 10.001 de EL PA?S, un capic¨²a que nos ha costado casi 28 a?os y medio desde aquel 4 de mayo de 1976 en que apareci¨® el primer ejemplar de este peri¨®dico. Muchas de las cosas que hoy nos suceden eran imprevisibles entonces; a¨²n menos podemos anticipar c¨®mo ser¨¢ el mundo cuando EL PA?S alcance, como esperamos, su n¨²mero 20.000, en la d¨¦cada de los treinta. En 1976 hab¨ªa grandes expectativas de cambio en Espa?a y este peri¨®dico naci¨® con la voluntad de contribuir a que se hicieran realidad. Hoy nos encontramos con un pa¨ªs muy diferente, con problemas nuevos, y tambi¨¦n con una generaci¨®n nueva que empuja a la que ha crecido con el peri¨®dico.
EL PA?S tuvo ¨¦xito r¨¢pidamente porque se encontr¨® en el lugar adecuado en el momento oportuno. No es habitual que un peri¨®dico de los com¨²nmente catalogados como "de calidad" sea el de m¨¢s difusi¨®n de un pa¨ªs, condici¨®n que ostenta desde hace m¨¢s de dos decenios. En estos a?os es seguro que hemos cometido numerosos errores. Una encuesta interna realizada hace dos a?os revel¨® la existencia de una fuerte carga autocr¨ªtica, junto a un s¨®lido respaldo a las opciones fundamentales del peri¨®dico. Algunos de los mecanismos de control introducidos como novedad por EL PA?S, como el Estatuto de la Redacci¨®n o la figura del Defensor del Lector, han sido ¨²tiles para alertar sobre lo que est¨¢bamos haciendo mal. La defensa de la libertad de informaci¨®n frente a la tendencia del poder a condicionarla fue otra se?a de identidad fundacional que cada d¨ªa nos esforzamos por aplicar. Y tambi¨¦n el empe?o de hacer compatible la coherencia en los pronunciamientos editoriales con el pluralismo en la opini¨®n de los articulistas.
Lo m¨¢s dif¨ªcil es conectar simult¨¢neamente con lectores pertenecientes a distintas generaciones, que suman ya m¨¢s de dos millones cada d¨ªa.La que ahora empuja, y que ya est¨¢ representada en el Gobierno, reh¨²sa dar por establecido lo que la anterior considera indiscutible. Ello obliga a afinar y renovar los argumentos.
Los avances tecnol¨®gicos han modificado la forma de relaci¨®n del p¨²blico con la informaci¨®n. Internet, en particular, est¨¢ seguramente llamado a condicionar a todos los medios.
Hace decenios que, primero con la radio y luego con la televisi¨®n, se pronostic¨® la inminente agon¨ªa de la prensa escrita. No sabemos c¨®mo ser¨¢n los peri¨®dicos dentro de otros 28 a?os, incluso si habr¨¢ peri¨®dicos tal como hoy los conocemos. Pero sea cual sea su formato, estamos seguros de que seguir¨¢ siendo v¨¢lido para el ejercicio del periodismo el principio que EL PA?S inscribi¨® en su primer Libro de estilo: "Presentar una informaci¨®n veraz, lo m¨¢s completa posible, interesante, actual y de alta calidad, de manera que ayude al lector a entender la realidad y a formarse su propio criterio". ?se seguir¨¢ siendo nuestro compromiso con los lectores, los de primera hora y los que se han sumado con el discurrir de los a?os.
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