Afganist¨¢n descubre los culebrones
La primera televisi¨®n privada afgana comienza emisiones de prueba
Marwa Abidi repasa mentalmente su gui¨®n. En pocos minutos va a estar en antena para presentar la pel¨ªcula de esta noche, un telefilme iran¨ª titulado Chicas iran¨ªes. El gesto pasar¨ªa inadvertido en cualquier otra parte del mundo, pero en Afganist¨¢n la mera presencia en la pantalla de una mujer a cara descubierta ya es una revoluci¨®n. Tolo TV, la primera cadena privada, introduce adem¨¢s un estilo desenfadado y directo que rompe con la cadencia plana y oficialista de la televisi¨®n estatal.
"A diferencia de los presentadores de la televisi¨®n oficial, no leemos directamente del papel, sino en una pantalla frente a nosotros en la que va desfilando el texto, y miramos de frente a la c¨¢mara", explica Marwa, que a sus 24 a?os est¨¢ a punto de concluir la licenciatura de Literatura inglesa en la Universidad de Kabul. Esta joven, que vivi¨® los a?os del r¨¦gimen talib¨¢n exiliada en Pakist¨¢n, es una apasionada de la m¨²sica y lleva ocho meses trabajando como pinchadiscos en Radio Arman, la emisora hermana de Tolo TV. Ahora compatibiliza ese trabajo con el de presentadora, pero su sue?o es llegar a ser una gran reportera. "Quiero ser como Lyse Doucet", afirma en referencia a la veterana periodista de la BBC.
La mera presencia en la pantalla de una mujer a cara descubierta ya es una revoluci¨®n
"A¨²n estamos emitiendo de forma experimental, pero quer¨ªamos estar en el aire para las elecciones", explica Saad Mohseni, el promotor de Tolo TV, un proyecto financiado por USAID, la agencia de cooperaci¨®n internacional de EE UU. En total, cinco millones de d¨®lares (4,15 millones de euros)para construir un centro de radiotelevisi¨®n, cuyas instalaciones, en la carretera de Jalalabad, no estar¨¢n listas hasta mediados del a?o que viene.
De momento, Tolo (que significa amanecer) emite desde la misma casa del barrio de Wazir Akbar Jan que Radio Arman, una emisora de ¨¦xito entre los j¨®venes. El ¨²nico estudio es una peque?a habitaci¨®n con un fondo azul y verde, y una mesa con un ordenador. Son entre cuatro y seis horas diarias y s¨®lo para Kabul, pero el plan contempla extender la cobertura a todo el pa¨ªs.
"Ni siquiera nos hemos anunciado; est¨¢ funcionando el boca a boca", constata Wajma, la menor de los tres hermanos, en una sala de edici¨®n ca¨®tica en la que a¨²n trajinan los carpinteros. Desde el primer d¨ªa han recibido llamadas y mensajes electr¨®nicos. "La mayor¨ªa nos felicita, aunque tambi¨¦n hay quien se ha quejado porque en una de las primeras pel¨ªculas se vio alg¨²n trozo de piel de m¨¢s", admite esta joven educada a lo occidental, pero muy respetuosa de las tradiciones de su pa¨ªs.
En Afganist¨¢n, la m¨ªnima novedad puede despertar las suspicacias de los m¨¢s religiosos. Por eso, la programaci¨®n sigue siendo conservadora: noticias, deportes, pel¨ªculas iran¨ªes, indias y estadounidenses antiguas, y, poco a poco, tambi¨¦n programas de producci¨®n propia.
Wajma reconoce que el espect¨¢culo tiene un importante contenido educativo. No puede ser de otra manera en un pa¨ªs en el que el analfabetismo se acerca al 80% y la mayor¨ªa de la poblaci¨®n ha pasado dos d¨¦cadas completamente aislada del mundo. Pero no todos los ¨¦xitos de Radio Arman pueden trasladarse a la pantalla. El programa Los problemas de los j¨®venes, que ha causado sensaci¨®n entre los adolescentes de la capital, ser¨ªa impensable en televisi¨®n. "No creo que hubiera ninguno dispuesto a contar sus desamores ante las c¨¢maras", admite Wajma, "aunque tal vez podr¨ªamos leer sus cartas, como en la radio".
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