La negativa del ex presidente de la CDU a ser portavoz econ¨®mico agrava la crisis del partido
El rechazo de Sch?uble socava el liderazgo de Merkel al frente de la oposici¨®n alemana
La negativa del ex presidente de la Uni¨®n Dem¨®crata Cristiana (CDU), Wolfgang Sch?uble, de 62 a?os, a aceptar el puesto de portavoz de Econom¨ªa y Hacienda del grupo parlamentario en el Parlamento Federal (Bundestag) supone un nuevo traspi¨¦ para la presidenta del partido, Angela Merkel, de 50 a?os, cuyo liderazgo se encuentra cada d¨ªa m¨¢s en tela de juicio tras los recientes desastres electorales regionales, la ca¨ªda de la intenci¨®n de voto hacia el partido que dirige, tropiezos varios y su propia impopularidad personal entre los votantes alemanes.
Fuertes p¨¦rdidas en las elecciones a los Parlamentos de Sajonia, Brandeburgo y en las municipales de Renania del Norte-Westfalia; dram¨¢tico descenso en los sondeos sobre intenci¨®n de voto, un 10% desde el inicio del verano; ca¨ªda en la popularidad personal, por debajo del canciller socialdem¨®crata, Gerhard Schr?der (SPD), y del l¨ªder del partido hermano, la Uni¨®n Socialcristiana (CSU), el primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber; dimisi¨®n de su portavoz parlamentario de Econom¨ªa y Hacienda, Friedrich Merz; error y marcha atr¨¢s en la propuesta de recoger firmas contra la entrada de Turqu¨ªa a la Uni¨®n Europea (UE); disputas que no cesan con el partido hermano, la CSU, sobre el modelo de seguro de enfermedad. Los males de Merkel no concluyen en esa enumeraci¨®n y ayer Wolfgang Sch?uble le dio calabazas.
Malas relaciones
La presidenta de la CDU podr¨ªa haber pronunciado ayer con plena propiedad la castiza expresi¨®n espa?ola de "¨¦ramos pocos y pari¨® la abuela". Merkel estaba obligada a cubrir la baja de Merz como portavoz parlamentario de Econom¨ªa y Hacienda con un peso pesado, y recurri¨® a Sch?uble, su antecesor en la presidencia de la CDU. Se trata del mismo Sch?uble al que Angela Merkel trat¨® hace apenas cinco meses como una aut¨¦ntica basura y pieza de negociaci¨®n para escoger candidato de la oposici¨®n a la presidencia de Alemania.
Sch?uble, portavoz de Asuntos Exteriores en el Bundestag (Parlamento Federal), que se encontraba de viaje en Ucrania, pidi¨® un plazo hasta la noche del domingo para dar una respuesta, y ¨¦sta fue negativa. Merkel se ha quedado con las posaderas al aire y con su liderazgo a¨²n m¨¢s en entredicho. De nada sirve que Sch?uble haya declarado que quiere seguir en sus tareas de pol¨ªtica internacional y que le cost¨® mucho decir que no a Merkel.
La presidenta de la CDU atraviesa una fase cr¨ªtica un a?o despu¨¦s de su apote¨®sica reelecci¨®n al frente del partido en el congreso de Leipzig, cuando parec¨ªa que un camino de rosas la conduc¨ªa a recuperar el poder pol¨ªtico en Alemania. Ahora, Merkel se encuentra con una CDU insegura. Ayer no tuvo m¨¢s remedio que sacar de la chistera a dos diputados de segunda fila para suplir la renuncia de Merz y las calabazas de Sch?uble, y le espera a principios del pr¨®ximo mes de diciembre un congreso del partido en el que puede llegar a ocurrir cualquier cosa. Flota en Berl¨ªn el tufo de la conspiraci¨®n contra Angela Merkel.
Se dice que la CDU, un partido popular con corrientes que van desde la derecha pura y dura a los seguidores de la doctrina social cat¨®lica, no ha digerido del todo como l¨ªder a esta mujer divorciada, sin hijos, protestante y procedente de la desaparecida Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.
A Merkel le falta la tradici¨®n y haber adquirido las tablas de los que hicieron carrera en la CDU desde la organizaci¨®n estudiantil hasta el Bundestag o el poder ejecutivo. A Merkel la soportaron mientras la CDU ganaba y las encuestas iban viento en popa. Ahora el viento le sopla de cara.
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