Reflexiones a la vuelta de camino
La vuelta es dura. Y m¨¢s si esa vuelta se hace en mi oficina en Madrid, despu¨¦s de haberme sumergido unos d¨ªas en el Camino de Santiago. Y si encima, cuando conectas con Internet para ponerte al d¨ªa de lo que ha pasado en tu tierra, lo que lees es la noticia sobre la sentencia del Tribunal Superior de Justicia dando luz verde a la destrucci¨®n de El Cabanyal para prolongar la avenida de Blasco Ib¨¢?ez, entonces la reincorporaci¨®n a la mundanal rutina se hace casi menos que imposible.
De Logro?o a Castrogeriz, paso a paso, kil¨®metro a kil¨®metro (hasta 200) reflexionando y experimentando la importancia de los caminos, de las tradiciones, de la medida humana de las cosas y las personas, para desayunarse hoy con la noticia: el antiguo barrio de pescadores de Valencia desaparecer¨¢ bajo el imperio de las excavadoras y los intereses especuladores.
Despu¨¦s, clicando con mi rat¨®n, ansioso por retomar el ¨¢nimo y un viejo proyecto de hacer el Camino desde mi pueblo (la recuperada V¨ªa Augusta-Xacobea valenciana pasa por mi pueblo, Benifai¨°) consulto la p¨¢gina web de alguna asociaci¨®n de amigos del Camino en Valencia. Con una forzada sorpresa veo c¨®mo la p¨¢gina de la asociaci¨®n en cuesti¨®n aparece exclusivamente en castellano, la denominaci¨®n que ellos le dan es "Ruta de Levante" y como s¨ªmbolo adoptan una vieira gallega vestida de peregrino. Todo muy conectado con la tierra, las tradiciones y las ense?anzas del propio Camino de San Jaime.
Pienso entonces si lo que nos pasa a los valencianos es un problema de propia autoignorancia, de propio autoodio o de propia burricie.
Pienso en cu¨¢ntos caminos hemos de hacer por la tierra para conocerla, en cu¨¢ntos caminos ha de hacer la tierra por nuestras conciencias para amarla. Mientras eso ocurre, y al mismo tiempo que peregrinamos, pediremos a San Jaime que nos ampare. Am¨¦n.
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