Las recogepelotas
Hace unos meses, reapareci¨® en las pantallas de televisi¨®n el concurso Un, dos, tres, y la verdad es que no dur¨® mucho: los ¨ªndices de audiencia, que son como el despotismo ilustrado s¨®lo que al rev¨¦s, todo sin el pueblo pero para el pueblo, lo condenaron a una muerte s¨²bita a la que se me ocurre que podr¨ªa escrib¨ªrsele encima el mismo epitafio que, seg¨²n suele contar el escritor Alfredo Bryce Echenique, pusieron los familiares de un militar lime?o sobre su tumba: "Descanse en paz, ?es una orden!". Pero menos a¨²n que el programa duraron un par de actores enanos que trabajaban en uno de los n¨²meros c¨®micos, despu¨¦s de que algunas voces prestigiosas se?alasen la verg¨¹enza de exhibirlos en p¨²blico, haciendo el ganso cada semana -por otra parte, igual que lo hac¨ªa el resto del reparto de todas las alturas-, y promoviendo con ello una visi¨®n grotesca, insultante y ofensiva de su condici¨®n. El resultado fue que los dos actores fueron despedidos. Es que la correcci¨®n pol¨ªtica no s¨®lo produce h¨¦roes, tambi¨¦n tiene sus m¨¢rtires.
Ahora, la decisi¨®n de contratar a j¨®venes modelos como recogepelotas para el partido de cada tarde -s¨®lo para ¨¦se- del Masters Series de Madrid, ha vuelto a agitar mares de tinta y ondas de radio, y la cosa ha llegado al punto de que la secretaria general de Pol¨ªticas de Igualdad, Soledad Murillo, ha solicitado por escrito al director del torneo, Manuel Santana, que le haga a las modelos del Masters lo mismo que le hicieron a los actores del Un, dos, tres. Seg¨²n Murillo, la utilizaci¨®n de las chicas como recogepelotas "contribuye a fomentar una clara visi¨®n discriminatoria de las mujeres que aparecen como simples objetos de decoraci¨®n y divertimento". O sea, que nada de chicas guapas, s¨®lo se admiten ni?os recogepelotas, naturalmente siempre y cuando a alguien no se le ocurra considerar que eso es explotaci¨®n infantil, porque entonces van a tener que recoger las pelotas un par de cabras de la Legi¨®n bien entrenadas. Aunque, claro, si se mira bien, ?no ser¨ªa eso maltrato de animales...?
Santana, que siempre fue muy bueno devolviendo la pelota, ha contestado con una pregunta a la secretaria general, si la veda se abre: "?Habr¨¢ que suprimir tambi¨¦n a las animadoras del baloncesto, a las chicas que aparecen en las parrillas de salida del mundial de motociclismo, a las de la f¨®rmula 1, el boxeo y todos los dem¨¢s deportes?". Y, ya puestos, ?por qu¨¦ no tambi¨¦n las modelos de las pasarelas, las azafatas de congresos, las j¨®venes que cantan los n¨²meros de la Bono Loto y las actrices demasiado llamativas? ?Y las monjas? ?Por qu¨¦ no empezamos por las monjas, que ellas s¨ª que tienen m¨¢s pinta de estar un poquito, apenas dos mil a?os de nada, discriminadas en su profesi¨®n? ?Y qu¨¦ me dicen de las periodistas que presentan los informativos o los debates de las cadenas de televisi¨®n, siempre tan arregladas, tan elegantes? ?Y las ministras que posaron, todas bien guapas, cada una en su estilo, para una revista de moda? A este paso, o le ponemos un burka a todas las profesionales guapas del pa¨ªs, para que su belleza no les haga parecer "simples objetos de decoraci¨®n", o las colas del desempleo van a empezar en una oficina del Inem de M¨®stoles y van a acabar en el Cabo de Buena Esperanza.
A las recogepelotas del Masters Series de Madrid las viste y las paga una firma comercial, que aporta su financiaci¨®n para hacerse publicidad, como otros patrocinan a Beckham, Ra¨²l, Zidane y dem¨¢s. Y, de hecho, en la broma del tenista Andre Agassi, que ha dicho que su opini¨®n acerca de este asunto es que "quiz¨¢ las faldas de las chicas deber¨ªan ser un poco m¨¢s cortas", hay algo de verdad: esa firma comercial las viste, por lo que se ha visto hasta ahora, con todo el recato del mundo, y cualquiera que siga un poco el deporte del tenis habr¨¢ visto que las modelos recogepelotas van much¨ªsimo m¨¢s recatadas que las propias tenistas: d¨¦nle un vistazo a las hermanas Venus y Serena Williams o a Anna Kournikova, y ver¨¢n. ?Les prohibiremos, cuando vengan a Madrid, vestirse de ese modo?
Por cierto, casi lo olvid¨¢bamos: el Masters Series es todo un lujo para Madrid, en cuyas pistas hasta hace poco de segunda clase est¨¢n jugando algunos de los mejores tenistas del mundo, gente que tiene salas de trofeos con m¨¢s oro y plata que las minas del Rey Salom¨®n. La ciudad deber¨ªa estar de enhorabuena.
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