Los pesos pesados saltan a la arena electoral
Bill y Hillary Clinton, Gore y Schwarzenegger aparcan diferencias y desembarcan en la campa?a
A diez d¨ªas de las elecciones presidenciales, George W. Bush y John Kerry recurren a todas las ayudas posibles. La pareja que estuvo ocho a?os en la Casa Blanca -Bill Clinton y Al Gore- y el popular gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, dejan de lado sus diferencias con los candidatos y bajan a una arena cada d¨ªa m¨¢s disputada. Tanto que se extiende el temor de que en los Estados clave en los que hay empate se repita el caos de Florida en 2000. Veinte mil abogados han desenfundado sus portafolios, listos para recontar hasta el ¨²ltimo voto e impugnar toda sospecha.
Clinton, operado de coraz¨®n hace siete semanas, tiene previsto ir el lunes a Pensilvania y el martes a Florida, dos de los campos de batalla m¨¢s disputados, aunque su programa no es a¨²n definitivo. Su popularidad es a¨²n muy alta, y el objetivo es transferir a Kerry algo del carisma que a ¨¦l le sobra y del que escasea en el senador. Aunque los planes secretos de la pareja Clinton pasen probablemente por una derrota de Kerry para lanzar la candidatura presidencial de Hillary en 2008, el ex presidente no puede regatear su apoyo en unas elecciones tan importantes. El senador no pierde oportunidad de mencionar que est¨¢ en contacto continuo con Clinton, como hizo en Ohio: "La ¨²ltima vez que hablamos me dijo que est¨¢ claro qui¨¦n merece el voto, cuando un candidato intenta que la gente no reflexione y que est¨¦ asustada". Y Hillary, por su parte, al igual que el candidato a vicepresidente, John Edwards, estar¨¢n hoy en Florida.
El caso de Al Gore tambi¨¦n es particular: el ex vicepresidente apost¨® hace un a?o a caballo perdedor -Howard Dean, la antorcha que incendi¨® a los dem¨®cratas y se autochamusc¨®- y por eso ha brillado poco en la campa?a. Pero ahora, Kerry le ha pedido ayuda. Gore tambi¨¦n ir¨¢ este fin de semana a Florida, uno de los lugares en los que perdi¨® la presidencia en el 2000. Hombre religioso y con lazos con la comunidad afroamericana, Gore ir¨¢ a las iglesias para recordar que el voto negro fue ignorado en numerosos lugares del Estado en el que Bush gan¨® por 537 votos. "Tiene una energ¨ªa contagiosa y sigue estando enfadado por lo que ocurri¨®, con lo que puede ir a Florida y ser un s¨ªmbolo para los votantes; es una decisi¨®n inteligente mandarle all¨ª", valor¨® en la Fox David Gergen, ex asesor de presidentes republicanos y dem¨®cratas.
En el campo republicano, la aportaci¨®n de Schwarzenegger es m¨¢s imprecisa. El gobernador le ech¨® una mano muy eficaz a Bush en la convenci¨®n. Por eso se planea una visita al vital Ohio la pr¨®xima semana: "All¨ª present¨¦ a su padre en 1998 y en 1992, y es como mi segunda casa, as¨ª que hay razones para ir. Pero no voy a estar viajando, porque tengo que estar en California", declar¨® Schwarzenegger, que mantiene distancias con la Casa Blanca en varios asuntos, desde el aborto y la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre hasta el control de armas.
"Tiempo de guerra"
Bush insisti¨® ayer en Pensilvania en lo que ¨¦l cree que le puede hacer ganar: la seguridad. "Estamos en una guerra real, y la ¨²nica estrategia es la victoria (...) Mi adversario no entiende la batalla antiterrorista", afirm¨®, para remachar: "Hay cinco asuntos en estas elecciones: seguridad, presupuestos, calidad de vida, jubilaciones y valores morales. Pero, al final, todo depende de nuestra seguridad: vamos a ir a las urnas en un tiempo de guerra y de amenazas contra nuestro pa¨ªs". En Wisconsin, Kerry busc¨® un voto que est¨¢ recuperando, el de la mujer, y dijo que "el sue?o americano, para demasiadas mujeres, est¨¢ hoy a un mill¨®n de kil¨®metros". "Bush dice que la Casa Blanca es un sitio muy duro; se?or presidente, tengo el placer de decirle que estoy dispuesto a aliviar su trabajo".
El fragor de la campa?a no hace olvidar la posibilidad de que el cierre de las urnas el 2 de noviembre no signifique el final de las elecciones. Los dos partidos tienen desplegado un ej¨¦rcito de casi 20.000 abogados listo para disputar cualquier duda en la media docena de Estados en los que los sondeos son muy ajustados. En un sistema electoral en el que participan m¨¢s de 100 millones de votantes con reglas de juego diferentes -las normas dependen de Estados y condados- los riesgos son elevados. Aunque ha habido mejoras con respecto a hace cuatro a?os, no son suficientes ni homog¨¦neas. Si no hay diferencias claras en los resultados, lo que ocurri¨® en el 2000 en Florida podr¨ªa ser un juego de ni?os comparado con lo que podr¨ªa pasar este a?o.
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