The Three Caballeros en el cuarto de ba?o
Cuando ya s¨®lo faltan diez d¨ªas para que se celebren las elecciones a la presidencia de los Estados Unidos (y que el resto del mundo est¨¦ m¨¢s pendiente de ellas que nunca dice mucho contra la actual Administraci¨®n: ninguna nos hab¨ªa hecho temblar tanto), es seguro que los se?ores Bush Bis, Cheney, Rumsfeld y adl¨¢teres llevar¨¢n varios meses tir¨¢ndose de los pelos cuando est¨¦n a solas en sus respectivos cuartos de ba?o y nadie los vea, ni siquiera sus mujeres ni Condoleezza Rice.
Como no han transcurrido ni cuatro a?os del nuevo siglo, s¨¦ que no exagero si digo que esos tres individuos son los de mayor cinismo en el XXI (en Espa?a lo ser¨ªan Aznar y Rajoy). As¨ª que cuando no haya testigos y se miren de reojo al espejo, lo que prevalecer¨¢ en ellos, m¨¢s all¨¢ de las representaciones, ser¨¢ su visi¨®n c¨ªnica de sus propios intereses y de los de su pa¨ªs. En el cuarto de ba?o no podr¨¢n creerse la zarandaja de que Irak y los iraqu¨ªes est¨¢n mejor sin Sadam Husein. Aparte de que eso no est¨¦ del todo claro hoy, lo que sabr¨¢n a ciencia cierta es que a ellos no les importaba nada la libertad ni el bienestar de ese pueblo, entre otras razones porque Sadam llevaba decenios martiriz¨¢ndolo sin que nadie se hubiera inmutado, y tan nocivo era el tirano para los habitantes en 1991, cuando la Guerra del Golfo lo dej¨® intacto en el poder, como en 1992, 93, 94, 95, etc, hasta llegar a 2003, en que de pronto se decidi¨® acabar con ¨¦l. Todos sabemos que su derrocamiento no fue el motivo para la Guerra de Irak: ni siquiera lo esgrimieron ante el mundo, en su d¨ªa, los se?ores Bush Bis, Cheney y Rumsfeld. As¨ª que veamos cu¨¢l ser¨¢ la situaci¨®n verdadera con que esos Three Caballeros se encuentren cuando se est¨¦n afeitando, o sacando espinillas, o peinando, o en actividades a¨²n menos nobles que no pienso mencionar aqu¨ª, como si fuera una columnista espa?ola actual:
a) Hab¨ªa un pa¨ªs ¨¢rabe, Irak, regido por un cruel d¨¦spota, que sin embargo, tras doce a?os de sanciones internacionales, no representaba ninguna amenaza para el mundo occidental ni casi para sus vecinos. Hab¨ªa perdido las armas de destrucci¨®n masiva que antes de 1991 hab¨ªa pose¨ªdo y usado, facilitadas en buena medida por los propios Estados Unidos para que guerreara contra Ir¨¢n. Carec¨ªa de capacidad para fabricarlas y desarrollarlas de nuevo. Y esto era tan seguro que hasta yo -el ¨²ltimo mono- lo sab¨ªa o lo intu¨ªa.
b) El dictador manten¨ªa a su pueblo bajo la bota, pero, por eso mismo, tambi¨¦n manten¨ªa a raya a los terroristas islamistas (en un Estado policial no hay quien d¨¦ un paso sin control). Y como adem¨¢s su sanguinario r¨¦gimen era laico, no s¨®lo no apoyaba a gente como Osama Bin Laden, sino que lo detestaba tanto como ¨¦ste a ¨¦l. Esto era tan igualmente sabido que no escapaba ni a mis precarios conocimientos.
c) Irak era, por tanto, un pa¨ªs que a los Estados Unidos no s¨®lo no les planteaba ning¨²n problema acuciante ni real, sino que les alejaba unos cuantos. Ni hab¨ªa en ¨¦l terrorismo, ni pose¨ªa armas peligrosas, ni era islamista, ni planeaba atacar a nadie a corto plazo, por pura falta de medios.
d) Ahora, tras la guerra y la invasi¨®n, es en cambio uno de los lugares m¨¢s explosivos del globo. Est¨¢ plagado de terroristas venidos de fuera, que en ¨¦poca de Sadam no habr¨ªan ni logrado entrar. No hay d¨ªa en que, bien esos terroristas, bien los llamados insurgentes o resistentes, no se carguen a un mont¨®n de gente o no secuestren y decapiten a occidentales. Mueren all¨ª centenares de norteamericanos y brit¨¢nicos. El laicismo ha terminado, y los gerifaltes religiosos, fan¨¢ticos o no, que en tiempo de Sadam no pintaban nada o estaban perseguidos, son hoy fuerzas f¨¢cticas de enorme importancia. Y nadie puede asegurar que, si un d¨ªa se celebraran por fin elecciones all¨ª, no las ganaran los fundamentalistas y se pasara a padecer un r¨¦gimen m¨¢s parecido al de Ir¨¢n o Arabia Saud¨ª que al de Egipto o Marruecos. Es decir, uno que a¨²n odiara mucho m¨¢s todo lo occidental.
e) En contra de lo que anunciaron los responsables de la guerra (y aqu¨ª, con fr¨ªvola inmoralidad, la ex-Ministra Ana Palacio), el petr¨®leo no se ha abaratado tras la aventura, sino que est¨¢ m¨¢s caro que nunca. Y los "inmensos beneficios" de la reconstrucci¨®n han brillado por su ausencia, porque ¨¦sta ni ha podido iniciarse, en la mortal y ca¨®tica situaci¨®n actual. Es m¨¢s, el coste de la aventura es de los que no caben en calculadora alguna.
The Three Caballeros tendr¨¢n bien claro en sus cuartos de ba?o que, para su pa¨ªs, todo era mucho mejor, m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s seguro con Sadam Husein. Se tirar¨¢n de los pelos, se rasgar¨¢n el albornoz y aun se "autolesionar¨¢n" con gillettes, en pleno ataque de desesperaci¨®n. Y s¨®lo los salvar¨¢ preguntarse, tan perplejos como encantados ante la estupidez de demasiados compatriotas suyos: "?C¨®mo es posible que aun as¨ª podamos ser reelegidos y ganar?" Es lo que tambi¨¦n se pregunta el resto del mundo casi entero, esto es, cuantos no podemos ir a ese pa¨ªs a votar.
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