Nadie es responsable

Creo que uno de los primeros conceptos que deber¨ªamos obligar a implantar en las mentes de nuestros pol¨ªticos (aunque para ello fuese necesaria una implantaci¨®n quir¨²rgica) es el de "la responsabilidad" que toda persona tiene por el simple hecho de ejercer actividades (en este caso la pol¨ªtica).

El ex ministro Trillo se defend¨ªa el otro d¨ªa diciendo que a nivel pol¨ªtico no se hab¨ªa tenido ning¨²n conocimiento de quejas "anteriores, durante o posteriores" relativas al transporte de los militares desplazados en misiones fuera de nuestro pa¨ªs. Vamos a darle un voto de confianza y creer que eso es verdad. Lo ¨²nico que demuestra eso es que las informaciones en "su" ministerio no recorr¨ªan los caminos adecuados de una manera correcta, porque, desde luego, lo que eso no significa es que este desconocimiento lleve impl¨ªcita la exenci¨®n de responsabilidad.

Habr¨ªa que explicarle al se?or Trillo que una cosa es el dolo, otra la culpa y por ¨²ltimo est¨¢ la responsabilidad. Est¨¢ claro, al menos eso creo, que en este asunto no ha habido dolo porque ninguno de los que participaron de la contrataci¨®n del vuelo lo hac¨ªa queriendo que el accidente ocurriese. Culpa s¨ª que ha habido y ¨¦sta corresponde a las personas que directamente tomaron las decisiones, y como culpables deben responder por sus actos. Nos queda la responsabilidad, y en este caso, la responsabilidad ¨²ltima le corresponde al ministro como autoridad m¨¢xima del ministerio, independientemente de si conoc¨ªa o dejaba de conocer todos los detalles de la fat¨ªdica contrataci¨®n. Y esta responsabilidad es inexcusable y deber¨ªa haber sido asumida en su d¨ªa por el ministro (presentando la dimisi¨®n) o, en su defecto y dado que no la asumi¨® en su d¨ªa, deber¨ªa ser asumida ahora renunciando a su acta de diputado.

Efectivamente, algo debe de tener el poder cuando las personas se aferran a ¨¦l como aut¨¦nticas lapas, pasando por encima de cualquier valoraci¨®n ¨¦tica, moral o personal.