"Un negocio ha muerto y otro est¨¢ emergiendo"
El modelo tradicional del negocio musical ha quedado obsoleto en la era digital y pronto ser¨¢ reemplazado por un nuevo c¨®digo de alianzas entre artistas y compa?¨ªas discogr¨¢ficas. ?ste es el paisaje que describe Peter Gabriel sobre su propio sector y que le ha empujado a fundar una cooperativa de m¨²sicos que ofrece canciones en Internet. En una entrevista concedida en Londres, en v¨ªsperas del lanzamiento del DVD Play, una selecci¨®n personal de 25 videoclips de otros tantos temas de su carrera en solitario, el artista explica el origen y prop¨®sito de su revolucionaria aventura comercial, que ha bautizado MUDDA (Magnificent Union of Digitally Downloading Artists).
Pregunta. ?Con qu¨¦ objetivo nace MUDDA?
Respuesta. Es una cooperativa de artistas para distribuir m¨²sica electr¨®nicamente que esperamos lanzar en unas semanas. Cada m¨²sico decidir¨¢ el material que desea volcar en la Red, la periodicidad de las entregas y el grado de apertura en que quiere mostrarse al p¨²blico. Podr¨¢ facilitar material de dif¨ªcil distribuci¨®n en los canales habituales, como maquetas, distintas tomas o mezclas de un mismo tema, directos....
P. ?Es una declaraci¨®n de guerra a las discogr¨¢ficas?
R. ?stas ven la cooperativa como una amenaza, cuando puede ser una v¨ªa para trabajar juntos. Puede ser una declaraci¨®n de asociaci¨®n, no de guerra. Los artistas seguiremos necesitando los servicios que presta el personal de las discogr¨¢ficas en cuanto a financiaci¨®n, promoci¨®n o distribuci¨®n en algunos mercados. Pero la relaci¨®n cambiar¨¢. Para grabar un disco ahora debes vender parte de tu alma a la discogr¨¢fica, que se convierte en tu due?o y decide si le interesa trabajar contigo o no. As¨ª se exprime a muchos artistas. Si alteramos la situaci¨®n, y las discogr¨¢ficas se limitan a prestar un servicio, se acaba con la servidumbre y se establece una relaci¨®n entre adultos.
P. ?Qu¨¦ le ha empujado a financiar la cooperativa?.
R. En el fondo, soy un hippy. Las discogr¨¢ficas aprovechan cada avance tecnol¨®gico para mejorar su posici¨®n y ahora mismo los contratos son regresivos. Un artista cobra proporcionalmente menos por las ventas en Internet que por las tradicionales. Ya es hora de plantar cara. No quiero caer en la hipocres¨ªa, puesto que yo tambi¨¦n soy parte activa en el negocio a trav¨¦s de Real World Records, pero creo que existe la oportunidad para crear una plataforma en la que los m¨²sicos act¨²en desde una posici¨®n de fuerza.
P. ?C¨®mo explica la timidez de la industria frente a Internet?
R. Las discogr¨¢ficas no quisieron anticiparse al futuro y pensaron que pod¨ªan aferrarse a los viejos m¨¦todos. Pero el tejido del negocio ha quedado destruido porque la tecnolog¨ªa digital permite hacer 100 o 100.000 copias de un ejemplar con la misma calidad. La rapidez con la que el viejo negocio se ha hundido asust¨® y sorprendi¨® a muchos. Algunos comienzan a darse cuenta de que hay gente que no entra en una tienda de discos, pero quiere descubrir y comprar m¨²sica en Internet. Un negocio ha muerto y otro est¨¢ emergiendo.
P. ?Aprueba usted la pirater¨ªa digital?
R. Yo dir¨ªa al aficionado a la m¨²sica que mejor ser¨¢ para todos si cotiza por las canciones que descarga. Pero si fuera un estudiante sin un duro y enamorado de la m¨²sica intentar¨ªa hacerme con el mayor n¨²mero posible de canciones sin pagar nada. Mi actitud es que quien puede debe pagar. Tambi¨¦n pienso que los precios deber¨ªan bajar y estructurarse en distintos niveles en funci¨®n a la frecuencia de las escuchas, la descarga permanente de un tema o el acceso a la misma en formato f¨ªsico.
Babelia
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