De caj¨®n

De siempre se ha dicho que la mejor cualidad que debe tener un dirigente es saber distinguir, entre qui¨¦nes le rodean, entre el inteligente, el mediocre, el honesto y el traidor. Realmente, en el caso de Arenas, no se cu¨¢l de estos atributos habr¨¢ tenido en cuenta para llamar a sus filas al ex presidente del Monte, Isidoro Beneroso. Puede, incluso, que no sea por estos atributos sino por aquello de que, durante su presidencia, dej¨® de ser verdad ese refr¨¢n, tan de siempre, de que todo el monte no es or¨¦gano. A lo mejor no fue ni por el or¨¦gano. Fue por servicios prestados porque, vamos, eso de que con este personaje est¨¢ buscando el centro para la econom¨ªa andaluza est¨¢ muy lejos, salvo que el centro que busque sea el de atenci¨®n. Un centro que, a bien seguro, va a contar con ¨¦l, ya que si de algo sabe Beneroso es de econom¨ªa. Ah¨ª est¨¢ su historia, como tambi¨¦n el ojo cl¨ªnico de qui¨¦nes le colocaron el sill¨®n.

Por cierto que, en esto del ojo cl¨ªnico, me viene al recuerdo una historieta de las Facultades de Medicina. El profesor dec¨ªa a los reci¨¦n llegados, mientras explicaba la anatom¨ªa de un cad¨¢ver que, para ser m¨¦dico, hab¨ªa que tener ojo cl¨ªnico y est¨®mago. Introduc¨ªa uno de sus dedos en el ojo no cl¨ªnico del cad¨¢ver y, seguidamente, lo chupaba. Despu¨¦s exig¨ªa lo mismo. Los alumnos lo hac¨ªan. Aquel catedr¨¢tico, a continuaci¨®n, dec¨ªa "ustedes tienen est¨®mago, pero carecen de ojo cl¨ªnico; yo he introducido el ¨ªndice y me he chupado el medio". En fin, que el tiempo dir¨¢ si Arenas es un buen dirigente, si sabe distinguir las cualidades de qui¨¦nes le rodean, si las elige por alguna en particular, si tiene ojo cl¨ªnico o solo est¨®mago. El pasado ya ha hablado. Ahora, a esperar, aunque con estos espartos el resultado parece de caj¨®n.

Por cierto, que esto de caj¨®n hace presente los comentarios de un gran amigo. Ayer, junto con otros buenos amigos, almorz¨¢bamos en un restaurante de Sevilla. Discut¨ªamos sobre la petici¨®n de indulto a Vera. Si esta petici¨®n era, o no, de justicia. Al final, despu¨¦s de mucho hablar, llegamos a una conclusi¨®n. No sab¨ªamos si era o no de justicia, pero terminamos convencidos de que era de caj¨®n. Alg¨²n d¨ªa se abrir¨¢. Entonces puede que a algunos no les sirva de nada porque ya han sufrido y puede tambi¨¦n que a otros les haya prescrito por el cinismo, el miedo y el silencio de muchos.