La fiesta cultural m¨¢s importante del a?o

Son ya un hito estacional, como la irrupci¨®n de las fallas en primavera o de los estorninos en verano. Aqu¨ª en Valencia han ganado carta oto?al de naturaleza los Premis Octubre. Son una cita nacional e internacional que cada a?o -y van 33- se convoca con un motivo de relevancia ornado por un elenco ins¨®lito de personalidades -siempre hay excepciones, claro- que durante una semana se despliega por la ciudad y debate el lema que corresponde. Este a?o ha sido la transici¨®n pol¨ªtica a la democracia, analizada desde las distintas perspectivas que la protagonizaron, con la ventaja de que muchos de los intervinientes han sido agonistas destacados de aquel episodio que, para no pocos, sigue abierto.

Ser¨ªa descabellado intentar resumir en unas l¨ªneas qu¨¦ ha sido el evento -del que estas p¨¢ginas han dado cuenta- que concluy¨® esta madrugada con la entrega de los tradicionales galardones -el Joan Fuster, de Ensayo; el Vicent Andr¨¦s Estell¨¦s, de Poes¨ªa; o el Ramon Barnils, de Periodismo- adem¨¢s de los de Narrativa y Teatro. Mucho m¨¢s arduo resultar¨ªa dar noticia de los muy cualificados conferenciantes llamados a exponer su testimonio o reflexi¨®n. Han sido unos 150 y un buen n¨²mero de ellos del fuste de Santiago Carrillo, Jordi Pujol, Jos¨¦ Mar¨ªa Seti¨¦n, Narc¨ªs Serra, Xos¨¦ Manuel Beir¨¢s, Xavier Arzallus o Josep Fontana entre docenas de eminencias y motores de aquel tr¨¢nsito hist¨®rico. Basta, pues, una pincelada meramente indicativa.

Por lo aqu¨ª resumido y, sobre todo, por lo divulgado estos d¨ªas en muchos medios de comunicaci¨®n, nos parece que es un reduccionismo describir este acontecimiento como un fasto m¨¢s de los que se suceden en Valencia, cuando es obvio que no hay ninguno que, ni de lejos, pueda equipar¨¢rsele. Abundar en ese relativismo -todos son iguales o parecidos- es una injusticia o una desfachatez. M¨¢s a¨²n si se trata de apuntillarlo como una iniciativa del "catalanismo irredento". ?Pero acaso no participan por igual los valencianos no catalanistas que saben hacer la "o" con el canuto, es decir, que saben leer y escribir?

No cabe duda de que los Premis Octubre son -y han venido siendo- la gran fiesta cultural del Pa¨ªs Valenciano, por m¨¢s que pese a tanto estulto, y resulta rid¨ªculo el remilgo o la animadversi¨®n que le profesan las autoridades conservadoras que gobiernan. Tan rid¨ªculo y lamentable como lo ser¨ªa el boicot de la izquierda al Encuentro Mundial de las Artes o al Foro Valldigna para el Mediterr¨¢neo que promovi¨® el PP mediante la iniciativa de la ex secretaria de Cultura, Consuelo Ciscar. Si el Encuentro y el Foro se han diluido es porque esta derecha no tiene mimbres para tales empresas, que s¨®lo aguantan mientras las alienta alguien, pues cuando cesa su animador, la derecha pol¨ªtica se sacude el entuerto que no rinde votos.

Han transcurrido, como dec¨ªamos, 33 a?os y los Premis Octubre no han menguado lo m¨¢s m¨ªnimo, sino todo contrario. Se remozan y agrandan. Ante esta realidad, resulta deprimente -por la inmadurez pol¨ªtica que delata-, la inhibici¨®n, cuando no la hostilidad, de las instituciones p¨²blicas, como el Ayuntamiento, la Diputaci¨®n y, sobre todo, la Generalitat. Con su actitud, no abonan otra cosa que el divorcio social y un corolario anacr¨®nico de guerracivilismo que el presidente Francisco Camps podr¨ªa haber enmendado. Pero en este cap¨ªtulo, todo sigue igual. Ni el menor gesto por parte de la Administraci¨®n para salvar viejos y caducos enconos.

A este respecto, y como prenda de que en el Consell soplan otros aires (?ser¨¢ eso verdad?), esta edici¨®n de los premis hubiera podido tener otra cobertura -o simplemente una cobertura- de RTVV. La comparecencia de las personalidades arriba rese?adas y la enjundia de las mesas redondas celebradas eran material noticiable de alta val¨ªa y, por el m¨ªnimo respeto a la audiencia, debieron de emitirse los espacios pertinentes. Pero, una vez m¨¢s, el Gobierno y TVV han preferido dar la callada por respuesta, aunque con ello prolonguen la necedad autocr¨¢tica o franquista. Despu¨¦s se quejan de que, a la menor ocasi¨®n, hasta los blaveros sintonizan la TV catalana. Eso no pasar¨ªa si los gestores y mentores de la valenciana tuviesen verg¨¹enza torera. ?Habr¨¢ que repetir la misma homil¨ªa el pr¨®ximo oto?o?