El ox¨ªgeno que busca el PP
El debate de los presupuestos generales del Estado, que se inici¨® el pasado mi¨¦rcoles, no ha terminado de tranquilizar las aguas en el Partido Popular. La mayor¨ªa de los diputados populares alab¨® sin reservas la intervenci¨®n de su l¨ªder, Mariano Rajoy. Pero, aunque est¨¢n previstos otros debates "de primera fila" a lo largo de la discusi¨®n parlamentaria de las cuentas del Estado, no ha desaparecido por ahora la sensaci¨®n de "desdibujamiento" que algunos miembros destacados del partido reprochan a la direcci¨®n popular.
La "foto" de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Aut¨®nomas, y las serias desavenencias internas que sepusieron de manifiesto en el seno del PP, ha sido el elemento que m¨¢s ha ayudado a desconcertar a los cr¨ªticos dentro del PP. "Est¨¢n abiertos muchos frentes. ?ste no es un curso normal, en absoluto, no estamos en tiempos ordinarios, y nosotros nos comportamos como si lo fueran", lamenta un veterano diputado del PP con larga historia de cargos directivos. Un sector del PP, quiz¨¢ minoritario, pero con un peso cierto, considera que existen demasiadas dudas sobre "la orientaci¨®n" del partido. "Es verdad que existe todav¨ªa un cierto ambiente de perplejidad", reconoce otro dirigente popular. "Quiz¨¢ porque no sabemos bien cu¨¢l va a ser nuestra estrategia", explica.
Un sector del PP considera que existen demasiadas dudas sobre "la orientaci¨®n del partido" y que hay que darse m¨¢s prisa en fijar "la estrategia popular"
"?Perplejidad? S¨ª. Y mucha", coincide otro dirigente regional. "Hay mucha perplejidad en la base. Estamos como en un comp¨¢s de espera", asegura.
Ninguno de los cr¨ªticos aludidos pone en duda el liderazgo de Mariano Rajoy dentro del partido ("sabemos la importancia de la unidad", "ha sido elegido en el Congreso y no hay m¨¢s que hablar", "hay que darle tiempo para que consolide su liderazgo"), pero s¨ª la falta de "m¨²sculo" de la direcci¨®n en su conjunto. "Es como si hubi¨¦ramos perdido una estrategia centrada muy fuertemente en la lucha contra el terrorismo de ETA ocupando nosotros el Gobierno, y ahora nos resultara dif¨ªcil encontrar otros frentes de oposici¨®n", admite un diputado auton¨®mico que se considera a s¨ª mismo representante de ese "sector inc¨®modo".
Muchos dirigentes populares parecen a la espera de dos cosas: conocer el resultado de las elecciones norteamericanas y que se fijen las posiciones respecto a la reforma de los estatutos de autonom¨ªa que van a empezar a llegar al Congreso de los Diputados en pocos meses.
La mayor¨ªa de los dirigentes del PP no ocultan que desean vehementemente una victoria de George Bush, que interpretar¨ªan, casi, como una reivindicaci¨®n propia. Pero sobre todo creen que el debate auton¨®mico y constitucional deber¨¢ actuar como una importante bombona de ox¨ªgeno para el PP en su conjunto. Y si no fuera as¨ª, "entonces habr¨ªa que replantearse muchas cosas", asegura sin titubear el mismo diputado auton¨®mico "inc¨®modo".
Batalla de imagen
Desde el lado socialista se considera que el debate auton¨®mico ser¨¢, muy probablemente, la gran ocasi¨®n del PP para recuperar el pulso que consideran perdido. "Debe de ser cierto que est¨¢n desdibujados", admite con realismo un miembro de la direcci¨®n del PSOE, "porque no son capaces de abrir brecha con los errores que cometemos a veces por falta de rodaje o por ingenuidad". El PSOE est¨¢ muy satisfecho por la celebraci¨®n de la Conferencia de Presidentes de Comunidades Aut¨®nomas. Cree que, al margen de otros logros, tuvo uno muy importante para el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero: le permiti¨® ganar varios rounds al lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe en la batalla de imagen que est¨¢n librando los dos en el Pa¨ªs Vasco.
El lehendakari ha mantenido sin desmayo la imagen de alguien que quer¨ªa negociar (aunque su plan exige un di¨¢logo bilateral entre el Pa¨ªs Vasco y Espa?a, para llegar al final a un acuerdo por el que Euskadi se integrar¨ªa, de forma voluntaria y con caracter¨ªsticas especiales, en el Estado espa?ol). Ahora, Rodr¨ªguez Zapatero es quien reclama en el Pa¨ªs Vasco la misma propuesta: es el Gobierno el que est¨¢ empe?ado en negociar y el que ofrece varios foros para ello (aunque se trate siempre de dar un nuevo impulso auton¨®mico a varias bandas y nunca de una negociaci¨®n entre dos).
Dado que todos los expertos creen que la batalla del di¨¢logo puede tener una gran importancia en las pr¨®ximas, y decisivas, elecciones vascas, el lehendakari no ha podido resistir la invitaci¨®n de Rodr¨ªguez Zapatero. Pero su falta de entusiasmo qued¨® reflejada en las llamativas declaraciones sobre su negativa a que "Espa?a" tenga algo que decir sobre el futuro de Euskadi, realizadas antes de viajar a Madrid.
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