La oposici¨®n vecinal paraliza la ciudad deportiva del club de baloncesto de Lleida

El proyecto de ciudad deportiva que promueve la Fundaci¨®n Lleida B¨¤squet, club que milita en la ACB desde hace cuatro temporadas, permanece encallado desde hace siete meses debido a la tenaz oposici¨®n de un grupo de vecinos del barrio Nova Balafia de Lleida. Estos vecinos, propietarios de las viviendas m¨¢s pr¨®ximas al solar en el que inicialmente se pretend¨ªa construir un edificio de varias plantas y 22 metros de altura, rechazan el equipamiento al considerar que su desmesurado volumen les restar¨¢ tranquilidad y luz solar.

El conflicto vecinal ha salpicado tambi¨¦n al Ayuntamiento, anterior propietario de los terrenos,que tiene que hacer filigranas para conciliar los intereses de las dos partes. La oposici¨®n se mantiene a pesar de que en fechas recientes la Fundaci¨®n Lleida B¨¤squet ha presentado un nuevo proyecto de ciudad deportiva que incorpora muchas de las alegaciones de los vecinos y supone una reducci¨®n sustancial de sus dimensiones y del impacto visual. Las modificaciones afectan a la altura del edificio, que se rebaja de 22 a 13 metros, y la distancia de separaci¨®n con los inmuebles lindantes pasa a ser de 20 metros.

El proyecto modificado prev¨¦ ocupar el 72% de la parcela, lo que permitir¨¢ aumentar la zona ajardinada. Los cambios implican que la piscina cubierta ser¨¢ subterr¨¢nea y la parte dedicada a superficie comercial se mantiene en los 2.000 metros cuadrados previstos. Adem¨¢s, los promotores de la ciudad deportiva ceder¨¢n una pista de baloncesto para uso p¨²blico y renuncian a organizar en el pabell¨®n actos p¨²blicos multitudinarios, otra de las grandes preocupaciones de los vecinos.

El proyecto original de ciudad deportiva contaba con un pabell¨®n de baloncesto con tres pistas transversales, una sala polivalente para realizar actos culturales y sociales, una sala de estudio y biblioteca, un espacio de ocio, un museo y un restaurante. En una segunda fase el equipamiento se dotar¨ªa de una piscina cubierta, una sala de gimnasio-fitness y una residencia para los jugadores m¨¢s j¨®venes.

Los vecinos aducen que, cuando compraron los pisos en la zona, el consistorio les asegur¨® que el solar s¨®lo se destinar¨ªa en el futuro a usos exclusivos del barrio (piscina, polideportivo, escuela o iglesia). Pero todo cambi¨® cuando el equipo de baloncesto se consolid¨® en la m¨¢xima categor¨ªa y empez¨® a robarle protagonismo al equipo de f¨²tbol, la UE Lleida, actualmente en Segunda Divisi¨®n. El Ayuntamiento, que siempre hab¨ªa sido el principal mecenas del f¨²tbol, se volc¨® en atenciones al equipo de baloncesto.

El ex alcalde socialista Antoni Siurana no s¨®lo hizo construir en un tiempo r¨¦cord de cuatro meses el pabell¨®n Barris Nord, con capacidad para 5.300 espectadores, sino que tambi¨¦n le vendi¨® en la misma zona por 450.000 euros unos terrenos municipales para construir una ciudad deportiva de 5.833 metros cuadrados. El equipamiento estar¨ªa dedicado a centro social y a la pr¨¢ctica de los equipos de base del club. Posteriormente, en un pleno celebrado a finales del pasado mes de marzo, el Ayuntamiento aprob¨® -con el voto favorable de todos los grupos municipales y la abstenci¨®n de ICV- modificar la normativa urban¨ªstica para permitir a la entidad privada Fundaci¨®n Lleida B¨¤squet el uso comercial de los terrenos de la futura ciudad deportiva. Esta modificaci¨®n, considerada ilegal por los vecinos, implicaba un aumento del ¨ªndice de edificabilidad de 0,60 a 1,80, con lo que el edificio pasaba de 12 a 22 metros de altura y a tener cinco plantas, una de ellas subterr¨¢nea, y la autorizaci¨®n para instalar una superficie comercial de 2.000 metros cuadrados, que presuntamente ser¨ªa adjudicada a alguna de las firmas patrocinadoras del equipo de baloncesto.

Las concesiones realizadas ahora por la sociedad Lleida B¨¤squet tampoco colman plenamente las aspiraciones de los vecinos, cerrados en su postura de no aceptar el proyecto a ning¨²n precio.

El consejero delegado del club, Valent¨ª Junyent, asegura que la entidad ha realizado un gran esfuerzo para adaptar el proyecto a las exigencias vecinales, por lo que ¨¦ste dif¨ªcilmente admite m¨¢s retoques.

El conflicto amenaza con eternizarse. La plataforma vecinal que se opone al proyecto parece no tener prisa a la hora de comunicar si acepta las modificaciones y supedita esa decisi¨®n a lo que decida una asamblea de afectados. Todo lo contrario que el equipo de gobierno municipal tripartito, que quiere cerrar lo antes posible el conflicto de la ciudad deportiva del Lleida B¨¤squet para que no acabe siendo una patata caliente durante el resto de la legislatura.