Una adaptaci¨®n afortunada
?Qu¨¦ se puede a?adir a la temprana denuncia del origen de clase de las guerras que hizo Brecht en esta obra? Desde luego, no escandalizarse, ni repetirla tal como fue escrita, sino tomar distancia para ofrecerla desde otro ¨¢ngulo. Otro punto de vista. Un punto de vista que en nada puede ignorar tragedias m¨¢s recientes, como el eterno conflicto de Oriente Medio o la invasi¨®n de Irak, entre otros sucesos de muchas v¨ªctimas que asolan d¨ªa tras d¨ªa lo que queda de nuestra civilizaci¨®n.
La propuesta de Hern¨¢n Gen¨¦ para Teatro de la Abad¨ªa es tan desesperanzada como eficaz. Mostremos a un grupo desorientado de payasos que ser¨¢n a la vez v¨ªctimas y verdugos, que acaso maten o se hagan matar en nombre de un conflicto que se niegan a entender y en el que lo que importa es la escondida trastienda de las apariencias. Cu¨¢nto valen las cosas, cu¨¢l es su precio. Qu¨¦ cosa es un hombre, y cu¨¢l es su precio en el mercado.
Sobre Horacios y Curiacios
De Bertold Brecht, por Teatro de la Abad¨ªa. Int¨¦rpretes, Luis Bermejo, Julio Cort¨¢zar, David Luque, Markos Mar¨ªn, Daniel Moreno, Fernando Soto. Iluminaci¨®n, Manuel Fuster. Vestuario, Pepe Ur¨ªa. Espacio esc¨¦nico, Deborah Mac¨ªas. M¨²sica, Vladimir Wagener. Espacio sonoro, Javier Almela. Dramaturgia y direcci¨®n, Hern¨¢n Gen¨¦. Una producci¨®n de Teatro de la Abad¨ªa de Madrid. L?Altre Espai (antiguo Espai Moma). Valencia.
Todo esto, que puede parecer obvio, adquiere en este brillante montaje su personalidad propia mediante un tejido de recursos esc¨¦nicos que va desde el cabaret alem¨¢n de entreguerras hasta la tradici¨®n del circo europeo de mediados del siglo pasado, desde la tradici¨®n de payaso augusto (aqu¨ª autoridiculizado) hasta el pelanas al que ni siquiera la presunta obediencia debida le llevar¨¢ a cometer ninguna barbaridad contra sus semejantes. Una parodia de mucha altura est¨¦tica y de lenguaje muy eficaz, que llega a toda clase de p¨²blicos, y que supone, sin duda, una v¨ªa de muchos quilates para actualizar a un cl¨¢sico todav¨ªa reciente y alentar el coraje de un texto que denuncia la miseria oculta detr¨¢s de las llamadas al patriotismo guerrero. Es, adem¨¢s, un trabajo muy divertido, admirablemente conducido por unos actores que introducen la famosa distancia brechtiana mediante los trucos del clown. Una hora intensa del mejor teatro. Comprometido y veraz, astuto y exacto. Un humor que, de manera deliberada, pone los pelos de punta. Una iron¨ªa que desmonta como si nada la propensi¨®n guerrera que nos invade.
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