El Bar?a pone la ¨¦pica y la est¨¦tica

El Bar?a le puso por fin el pie en el cuello al Milan en un partido precioso, de palabras mayores, especialmente exigente, de una intensidad sobrecogedora, de los que s¨®lo se dan en la Copa de Europa. La actuaci¨®n azulgrana fue irreprochable desde el punto de vista de la ¨¦pica y de la est¨¦tica. No le qued¨® m¨¢s remedio al Milan que rendirse y aplaudir el ejercicio de madurez del Barcelona, que domin¨® todas las suertes del f¨²tbol, incluida la del remonte, circunstancia ins¨®lita frente a un equipo italiano, doblegado en el ¨²ltimo minuto, v¨ªctima de su propia medicina. Jugaron bien los azulgrana, maduraron mejor la contienda y la resolvieron con una acci¨®n deliciosa de Ronaldinho, que se reencontr¨® con el gol en un momento m¨¢gico, como ped¨ªa una contienda tan solemne, a gusto de la hinchada, temperamental como pocas, sufridora como ninguna.

Ronaldinho compareci¨® para marcar las diferencias despu¨¦s que Xavi llevara al equipo con grandeza frente a Dida, el mejor de los escenarios para el m¨¢s artista de los jugadores, necesitado de un gol terminal para firmar su reaparici¨®n futbol¨ªstica despu¨¦s de un mes pregunt¨¢ndose por su salud. No hab¨ªa mejor partido, hora ni rival para el regreso de Ronaldinho. Frente a la mejor versi¨®n del brasile?o no hay defensa que valga.

Equipo t¨¢ctico por excelencia, especialmente bien trabajado defensivamente y desequilibrante en ataque, el Milan sabe que le conviene en cada partido. Ancelotti oper¨® en la contienda con la precisi¨®n de un cirujano, espantado como qued¨® por el desaf¨ªo azulgrana en San Siro. Ambrosini y Gattuso se situaron como volantes de contenci¨®n, siempre dispuestos al corte ante Xavi y Deco, mientras Kaka y Serginho ejerc¨ªan de falsos interiores, prestos a coger la espalda de los laterales azulgrana, sorprendidos por su trabajo defensivo. El plan rossoneri era tan clarividente que el gol de Shevchenko se cant¨® desde los vestuarios del estadio.

Ambrosini abort¨® un cambio de orientaci¨®n de Deco, combin¨® con Serginho hasta encontrar a Pirlo y el medio centro profundiz¨® para Shevchenko, que arranc¨® como un velocista, se zaf¨® de la marca de Oleguer y cogi¨® a Vald¨¦s a mitad de camino. Ambrosini cort¨®, Serginho jug¨® con Pirlo y Sheva resolvi¨®. Puro dise?o italiano. El dominio esc¨¦nico rossoneri pon¨ªa los pelos de punta y el Bar?a pas¨® un mal rato hasta serenarse.

Acostumbrado a mandar, el Barcelona se encontr¨® atado, con la pelota a pies de los centrales y un gol en contra frente al Milan, un dato sobrecogedor si se atiende a que los italianos acumulaban cinco partidos sin recibir un tanto. Le costaba al Bar?a tirar la l¨ªnea de pase y alcanzar el ¨¢rea. La ¨²nica jugada que durante media hora alter¨® al conjunto de Ancelotti fue inesperada: el diestro Belletti se arrim¨® al c¨®rner para centrar con la zurda a la cabeza del peque?o Deco.

Al Milan hab¨ªa que jugarle con paciencia e inteligencia, muy concentrado, y pillarle de improviso, y el Barcelona tiene los jugadores precisos para atacar el sistema neurol¨®gico rossoneri. El empate as¨ª lo expres¨®. Xavi profundiz¨® de primera para Eto'o, que abati¨® a Dida con un punterazo tremendo. Los azulgrana trabajaron bien los espacios y la velocidad de ejecuci¨®n de la jugada fue incontestable. No hay receta defensiva contra el talento atacante. Imposible combatir a toda hora la sapiencia de Xavi y el instinto de Eto'o. El gol anim¨® a la hinchada, especialmente espantada, y seren¨® al equipo, que reanud¨® el partido con una entereza sobresaliente. No hace falta vestirse de Milan para batir al Milan. No se traicion¨® el Bar?a, empe?ado en demostrar que, en caso de duda, es mejor tener un buen juego de ataque que de defensa.

El Bar?a siempre quiso la pelota y la jug¨® de manera reiterada y valiente. A falta de f¨²tbol por las bandas, exigidos como estaban en su campo los laterales azulgrana, el equipo busc¨® el balc¨®n del ¨¢rea con Ronaldinho siempre presto para forzar la falta t¨¢ctica. Los barcelonistas se procuraron el mismo escenario que en Milan. De forma perseverante, tocaban y tocaban, abanicaban el frente de ataque, ante un rival obligado a defenderse con hasta nueve futbolistas. Aunque la profundidad de banquillo de Ancelotti no tiene l¨ªmites, Rijkaard respondi¨® con atrevimiento, anunciando que, aunque le val¨ªa, no firmaba el empate, y retir¨® al medio centro (M¨¢rquez) para jugar con un ariete (Larsson).

A la pareja Xavi-Eto'o se uni¨® el duo Iniesta-Larsson. Un punto de calma por una parte y por otra de agresividad. Una mezcla que convirti¨® en circunstanciales las maniobras del Milan, parapetado en su campo, consciente de que el Bar?a es tan disuasorio con la pelota en movimiento como incapaz a bal¨®n parado. No dejaron los azulgrana de darle la murga al Milan hasta que se present¨® Ronaldinho. El brasile?o recibi¨® de Eto'o, se cambi¨® el bal¨®n de pie con un regate y emboc¨® con la zurda a la derecha de Dida. Un gol que no admit¨ªa r¨¦plica y que, por el contrario, era el mejor el punto final a una actuaci¨®n azulgrana tan impecable como la camiseta blanca del Milan.

La defensa del Milan, equipo legendario por su concepto defensivo del f¨²tbol, agrand¨® el ¨¦xito del Barcelona, un equipo inspirado en el juego de ataque, feliz finalmente por un remonte que le coloca de nuevo en el escaparate europeo con todos los honores.