Arafat abandona la zona
Un Arafat d¨¦bil y enfermo sale de Ramala en un helic¨®ptero jordano. Incluso aquellos que se oponen a ¨¦l sienten cierto respeto ante el simbolismo de ese momento, de esos instantes en que Arafat se marcha del lugar de su vida, la tierra de Palestina. Por esa tierra ha luchado durante a?os y a?os y ha logrado convertir los avatares de Palestina en una realidad pol¨ªtica a la que el mundo entero no deja de mirar y en un potente s¨ªmbolo universal de la lucha por la libertad y el derecho a retornar a la patria. Arafat, que hace 10 a?os y 3 meses regres¨® a Gaza como un h¨¦roe gracias a los acuerdos de Oslo, se marcha de Palestina abatido, pero no derrotado.
?Qui¨¦n es este hombre? Es un h¨¦roe para la mayor¨ªa de los palestinos y un terrorista para la mayor¨ªa de los israel¨ªes. Es un hombre enigm¨¢tico, dif¨ªcil. Incluso los m¨¢s pr¨®ximos a ¨¦l reconocen que no le entienden y que en ocasiones les cuesta comprender el porqu¨¦ de sus actos. Es un hombre que se considera a s¨ª mismo "casado con Palestina", a la que ha consagrado su vida renunciando por ello a los placeres del mundo, si bien eso no le ha impedido ingresar en su cuenta privada de Suiza millones de d¨®lares que pertenec¨ªan a la Autoridad Palestina. Es un hombre con una ¨²nica idea: establecer un Estado palestino independiente. Y para ello no ha descartado ning¨²n medio: durante la guerra de 1948 mat¨® ¨¦l mismo a un palestino al que equivocadamente consideraba un traidor, ha liderado a sus combatientes para luchar contra la ocupaci¨®n, aunque tambi¨¦n ha enviado a terroristas a cometer atentados contra gente inocente. Es un hombre que ha logrado hechizar -a veces con gran genialidad- a pol¨ªticos y a Estados. Es un hombre que con absoluta frialdad ha roto acuerdos firmados. Es un hombre que ha conseguido para su pueblo grandes logros y en cierto sentido ha creado y modelado a los palestinos como pueblo, pero, por otra parte, los ha arrastrado a la cat¨¢strofe debido a sus graves errores y los ha llevado a la terrible situaci¨®n en la que est¨¢n actualmente.
Israel puede darse cuenta ahora de que ha perdido una gran oportunidad al ignorar a Arafat y despreciarle
En Occidente despierta en muchos una mezcla de sentimientos: desde respeto por su tenaz lucha hasta recelo por su modo de actuar voluble y radical. Los palestinos lo han visto de otra forma. Por ejemplo, durante la firma de uno de los acuerdos que luego fracasaron, Arafat apareci¨® en escena en El Cairo entre l¨ªderes israel¨ªes, pol¨ªticos occidentales y ¨¢rabes vestidos con sus buenos trajes, irradiando seguridad y cierta arrogancia, y en medio de ellos Arafat destacaba por su peculiaridad, su aspecto desali?ado, sus gestos extra?os e incluso por su penosa presencia f¨ªsica. Y por eso mismo los palestinos le quer¨ªan, pues all¨ª, entre los se?ores del mundo, entre esos que lo tienen todo: Estado, Ej¨¦rcito, dinero, se encontraba un refugiado, sin nada, un astuto mendigo que con un c¨¦ntimo en la mano logra embaucar al resto a fin de conseguir para su pueblo oprimido lo que es vital para su existencia.
?Qu¨¦ va a pasar ahora en la Autoridad Nacional Palestina? Una de las posibilidades es que la anarqu¨ªa, que a duras penas ha podido ser controlada gracias al simb¨®lico poder de Arafat, estalle y se inicie una guerra civil entre las distintas facciones, especialmente entre Al Fatah y las organizaciones islamistas radicales. Esta posibilidad es bastante probable, a la luz de las tensiones entre grupos opuestos y dado que ya ahora hay ciudades y aldeas palestinas dominadas por bandas armadas criminales que tratan de aprovecharse del debilitamiento del poder central.
Otra posibilidad es que precisamente el miedo a la anarqu¨ªa haga que el pueblo se una -aunque sea por un tiempo-, y en ese caso se elegir¨ªa un sucesor de Arafat que intentase conciliar tambi¨¦n a los distintos grupos, se enfrentase a las presiones de la ocupaci¨®n israel¨ª y que tarde o temprano entrase en negociaciones con Israel.
Cuesta envidiar al sucesor de Arafat. Recibir¨¢ un pueblo herido y fragmentado al que cuatro a?os de revuelta y 37 de ocupaci¨®n han dejado da?ado en todos los sentidos. Resulta curioso que los palestinos no hayan acabado desquiciados a estas alturas.
Algunos palestinos fueron a decirle adi¨®s cuando el helic¨®ptero se dispon¨ªa a volar hacia Amm¨¢n para luego partir hacia Par¨ªs. Hablando con ellos uno percibe la apat¨ªa, el fatalismo y la desesperaci¨®n de unas personas acostumbradas ya a que cualquier cambio que se produzca sea para peor.
Israel est¨¢ en estos momentos perpleja: hasta ahora Arafat era para Sharon el principal pretexto para no negociar con los palestinos. "No hay partner" es el eslogan que Sharon ha logrado h¨¢bilmente meter en la cabeza de la mayor¨ªa de los israel¨ªes y de George W. Bush, si bien con la ayuda nada despreciable de Arafat y su pol¨ªtica terrorista. Pero si Arafat desaparece de la escena pol¨ªtica, ?qu¨¦ excusa va a dar ahora Sharon?
En realidad, Israel deber¨ªa pensar todo lo contrario: s¨®lo cuando Arafat estaba en el poder ten¨ªa un partner con quien llegar a un verdadero acuerdo. Ahora qui¨¦n sabe cu¨¢nto tiempo ha de pasar hasta que el sucesor de Arafat logre estabilizar la situaci¨®n en la Autoridad Palestina y se gane el respeto y la confianza de su pueblo para sentirse lo bastante seguro para poder hacer las dif¨ªciles concesiones que implica un aut¨¦ntico acuerdo de paz. Puede ocurrir que precisamente la inseguridad del nuevo l¨ªder haga que durante mucho tiempo se aferre a las posiciones m¨¢s inflexibles de Arafat con el fin de "demostrar" su fidelidad a la causa palestina y al s¨ªmbolo de su lucha: Arafat.
Israel puede darse cuenta ahora, cuando ya es demasiado tarde, de que ha perdido una gran oportunidad al ignorar a Arafat y despreciarle en estos a?os tan cr¨ªticos. Hazte un s¨ªmbolo y destr¨²yelo. Un ejemplo estupendo de ello es Sharon: la persona m¨¢s identificada en Israel con la ideolog¨ªa de la creaci¨®n de asentamientos es la que promueve su desaparici¨®n. Del mismo modo, Arafat, el s¨ªmbolo m¨¢s destacado de la lucha y la tragedia de Palestina, quiz¨¢ pod¨ªa ser quien aceptase renunciar a cuestiones como Jerusal¨¦n y el derecho al retorno.
En todo caso, digo que "quiz¨¢ pod¨ªa ser", ya que Arafat, como es sabido, se neg¨® en rotundo a ceder lo m¨¢s m¨ªnimo en estas dos cuestiones y su negativa fue, entre otras cosas, un motivo importante para que fracasasen las negociaciones de Camp David en julio de 2000. Este fracaso llev¨® al estallido de la segunda Intifada. Nadie puede responder con certeza a la pregunta de qu¨¦ parte de culpa tuvo realmente Arafat en el fracaso de esas negociaciones. Ehud Barak y Shlomo Ben Ami, que fueron quienes negociaron por la parte israel¨ª, est¨¢n convencidos de que esas negociaciones descubrieron el aut¨¦ntico rostro de Arafat, un Arafat preso de una visi¨®n del mundo m¨ªtica, cargada de s¨ªmbolos, y que le impide por completo ser flexible y hacer cesi¨®n alguna. No obstante, se podr¨ªa objetar que si las negociaciones se hubiesen llevado con m¨¢s sensatez por el lado israel¨ª y si Barak no hubiera estado tan deseoso de "descubrir el aut¨¦ntico rostro de Arafat", puede que los resultados hubiesen sido distintos, ya que si Arafat hubiera obtenido concesiones m¨¢s significativas por parte de Israel, podr¨ªa haberse presentado ante su pueblo y anunciar a los millones de refugiados que a cambio de tales concesiones en el lado israel¨ª ahora ellos deb¨ªan renunciar al derecho al retorno a las ciudades y aldeas de las que fueron desterrados a ra¨ªz de la guerra de 1948.
?sa es s¨®lo una hip¨®tesis que nadie puede demostrar ni descartar. Lo que est¨¢ claro es que Arafat ha llevado a su pueblo casi al punto de alcanzar el sue?o de tener un Estado, pero tambi¨¦n ha sido el responsable del error que ha impedido que ese sue?o se materializara. Hay algo de tr¨¢gico en esta idea, pero puede que en sus ¨²ltimas horas Arafat se sonr¨ªa pensando que Sharon, su enemigo del alma, que en multitud de ocasiones ha intentado acabar con ¨¦l y que ha logrado convencer a los israel¨ªes y a los Estados Unidos de Bush de que Arafat es una mezcla de canalla, loco y terrorista, sea curiosamente el que en estos tiempos est¨¦ empezando a llevar a cabo la parte m¨¢s importante en el sue?o de Arafat: la evacuaci¨®n de los asentamientos de colonos y el establecimiento de un Estado palestino.
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