Un punto de alivio
El empate ante el Dinamo permite respirar al Madrid, que sigue viviendo en el alambre
Empe?ado en jugar a la ruleta contra todo tipo de adversario, el Madrid se vio enredado en un partido dislocado de principio a fin. Estuvo al borde del destierro europeo, se recuper¨® antes del descanso y luego se vio tan cerca de la derrota como de la victoria. As¨ª es este Madrid, capaz de hacer la goma despu¨¦s de controlar de inicio el juego y luego inmolarse delante de Casillas. Su falta de engrase le obliga a hacer el p¨¦ndulo m¨¢s de la cuenta y el equipo se aferra a su pegada en la misma medida que consiente m¨¢s de una tunda del rival. De Kiev sali¨® entero, con un resultado que no le complica demasiado su viaje en esta Champions, pero desde lo futbol¨ªstico la ecuaci¨®n de este Madrid, con ese pelot¨®n ofensivo al que se aferra en estos tiempos Garc¨ªa Rem¨®n, no resulta convincente.
DINAMO DE KIEV 2 - MADRID REAL 2
Dinamo de Kiev: Shovkovsky; Ghioane, Sablic, Gavranic, Rodolfo, El Khaddouri (Nesmachnyi, m. 64) ; Husyev (Leko, m. 84), Yusuf, Diogo Rinc¨®n; Verpakovskis (Cernat, m. 74) y Kleber.
Real Madrid: Casillas; Salgado, Helguera, Pav¨®n, Roberto Carlos; Guti, Zidane; Figo (Solari, m. 90), Owen (Celades, m. 58) , Ra¨²l; y Ronaldo (morientes, m. 86).
Goles: 1-0. M. 13. Yussuf chuta en la frontal y el bal¨®n, tras tocar en Pav¨®n, entra por alto.
2-0. M. 22. Verpakovskis chuta raso y el bal¨®n entra tras pasar bajo las piernas de Helguera.
2-1. M. 38. Gran pase de Figo y Ra¨²l marca desde el punto de penalti.
2-2. M. 44. Figo, de penalti.
?rbitro: Kyros Vassaras (Grecia). Amonest¨® a Diogo Rinc¨®n, Ghioane, Rodolfo, Yussuf y Figo.
75.000 espectadores en el Ol¨ªmpico de Kiev.
El Dinamo, menos zalamero que en su visita a Chamart¨ªn, le concedi¨® el bal¨®n sin rubor alguno y siempre mantuvo al menos a cinco jugadores por detr¨¢s de la pelota. Dej¨® que el equipo espa?ol se desabrochara -lo que no es dif¨ªcil en estos tiempos- y le ret¨® al contragolpe, escarmentado quiz¨¢ por su in¨²til asalto ofensivo del Bernab¨¦u. Con el Dinamo abrigado, el conjunto de Garc¨ªa Rem¨®n mantuvo el control de la pelota sin grandes apuros. De rondo en rondo en las zonas templadas del campo, tan lejos de Shovkovski como de Casillas, se sinti¨® c¨®modo con la partitura. Tuerto por la baja forma de Roberto Carlos -al que sus penurias f¨ªsicas le obligan a jugar con grilletes-, el Madrid s¨®lo ten¨ªa recorrido por el costado derecho, donde Figo y Salgado percutieron con m¨¢s decisi¨®n que acierto. As¨ª, m¨¢s asim¨¦trico que nunca por las rebajas de Roberto Carlos y por la ausencia de un zurdo con genes de centrocampista, el equipo termina cegado, empecinado en tejer por el embudo central.
Visto el paisaje que le ofrec¨ªa el Madrid, el bab¨¦lico equipo ucranio -con titulares de ocho nacionalidades diferentes- sac¨® petr¨®leo de su primera estirada: un disparo de Yussuf que rebot¨® en Pav¨®n y super¨® a Casillas. Un gol afortunado, s¨ª, pero que evidenci¨® uno de los socavones del equipo. Yussuf y Rinc¨®n -el m¨¢s l¨²cido del Dinamo- maniobraron a su antojo en el balc¨®n del ¨¢rea, sin un contrario que les esposara. Guti tiene actitud y aptitud, pero le falta un socio. Zidane no deja de ser un medio centro postizo, un remiendo m¨¢s est¨¦tico que efectivo. El segundo gol local fue otra muestra. Verpakovskis cerr¨® de forma magn¨ªfica una vertiginosa carrera en diagonal desde la izquierda, una maniobra precedida por un clarividente toque de Rinc¨®n, otra vez a sus anchas por el campo.
Los dos azotes dejaron tieso al Madrid, que pese a tanto gobierno de la pelota se hab¨ªa distinguido por ser un equipo de plastilina en las dos ¨¢reas, sobre todo en la propia. Invisible Owen y atascado Ronaldo -ambos sometidos a marcajes individuales-, Figo y Ra¨²l intentaron meter una nueva velocidad al juego, poner algo de picante frente al meta ucranio. Alrededor de Guti, el Madrid cerc¨® el rancho del Dinamo, que se frotaba los ojos desde la cueva a la espera de otro aceler¨®n a la contra. A punto estuvo de cerrar definitivamente el marcador tras una arrancada poderosa de Gavrancic, el l¨ªbero del equipo. Casillas evit¨® el gol y la jugada tuvo un efecto decisivo en el discurso del partido. Gavrancic acab¨® herido su asalto y tuvo que dejar por unos minutos el campo. Al volver, sin tiempo para llegar a su posici¨®n en la trinchera, se top¨® con el gol de Ra¨²l tras un estupendo pase de Figo justo al espacio que Gavrancic hab¨ªa dejado libre.
El tanto del capit¨¢n permiti¨® al Madrid coger de nuevo el hilo al encuentro. Del k.o. definitivo a un pelda?o del empate. El acierto de Ra¨²l descosi¨® por unos momentos al Dinamo. Sus centrales perdieron atenci¨®n y del desajuste se aprovech¨® Ronaldo, que caz¨® un magn¨ªfico pase de Zidane mientras los defensas locales tiraban de mala manera el fuera de juego. El felino movimiento de Ronaldo deriv¨® en el penalti de El Kaddouri ejecutado con acierto por Figo. En poco m¨¢s de cinco minutos el Madrid se sinti¨® aliviado por dos acciones punzantes que le rescataron al filo del descanso. Una remontada que le acerca un poco m¨¢s al segundo tr¨¢nsito de la Liga de Campeones, pero que no maquilla del todo el futuro de un equipo empecinado en vivir en el alambre, con un sistema funambulista tan exigente para futbolistas con las piernas pesadas por tantos a?os de batallas, para futbolistas poco dados al tajo y cuyas brillantes carreras est¨¢n cerca del punto final. De momento, el equipo resiste, pero las exigencias -sobre todo las f¨ªsicas- se multiplicar¨¢n a mediados de curso. Hasta entonces el Madrid est¨¢ obligado a mantener el pulso a mil por hora.
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