Interior destru¨ªa antes del 11-M las grabaciones a terroristas islamistas por carecer de traductor

Instituciones Penitenciarias carec¨ªa de un int¨¦rprete de ¨¢rabe a pesar de que, desde 1997, comenzaron las encarcelaciones de presos sospechosos de actividades terroristas relacionadas con el fundamentalismo islamista. Todo el material de aquellos presos cuyas comunicaciones fueron intervenidas, como cartas y conversaciones, no pudo ser interpretado con car¨¢cter inmediato.

De hecho, cientos de cintas magnetof¨®nicas se almacenaron sin ser traducidas y, transcurridos dos meses, fueron devueltas a la c¨¢rcel respectiva "para su reutilizaci¨®n, lo cual significaba su destrucci¨®n", seg¨²n indicaron fuentes del Ministerio del Interior.

Todo el material relacionado con la intervenci¨®n de las comunicaciones a presos relacionados con bandas armadas, fundamentalmente cartas y cintas magnetof¨®nicas con la grabaci¨®n de sus conversaciones, se enviaba desde las c¨¢rceles al Servicio de Coordinaci¨®n de Seguridad, un departamento de Instituciones Penitenciarias formado por un grupo de polic¨ªas y guardias civiles.

No se analiz¨® lo que pasaba en las c¨¢rceles ni siquiera despu¨¦s del atentado del 11-S

S¨®lo hay relaciones personales por el mero hecho de compartir un espacio en la c¨¢rcel

Durante el mandato del PP s¨®lo hab¨ªa traductores de euskera, ingl¨¦s y franc¨¦s

En un a?o pod¨ªan recibir m¨¢s de 7.000 documentos, lo cual da una idea del volumen de trabajo que reca¨ªa sobre dicho departamento y de las dificultades de almacenamiento. Seg¨²n un informe fechado hace dos semanas y elaborado por el actual jefe del departamento de Seguridad Penitenciaria, nombrado durante el mandato del Partido Popular, desde 1998 hasta finales de octubre de 2004 la documentaci¨®n intervenida a terroristas (etarras e islamistas) por los 77 centros penitenciarios espa?oles suma m¨¢s de 220.000 cartas y m¨¢s de 40.000 cintas magnetof¨®nicas.

Una parte de este material carecer¨¢ de valor por tratarse de cartas y conversaciones privadas y hay que tener en cuenta que el preso tiene conocimiento de que sus intervenciones est¨¢n intervenidas por lo que caso de recibir o enviar mensajes comprometedores es probable que lo haga en clave.

De esa informaci¨®n, se seleccionaron 8.000 contactos de inter¨¦s penitenciario en el terreno de la lucha antiterrorista, pero s¨®lo si la comunicaci¨®n no se hab¨ªa hecho en ¨¢rabe.

En el caso de las comunicaciones verbales de terroristas islamistas no pudieron investigar nada por una raz¨®n: el citado servicio contaba con personal dedicado a la traducci¨®n del euskera, el ingl¨¦s y el franc¨¦s, pero no del ¨¢rabe.

Desde 1997, el n¨²mero de presos relacionados con el terrorismo isl¨¢mico ha ido creciendo progresivamente, desde s¨®lo tres hasta los 85 que hay en la actualidad. Casi todos ellos tienen sus comunicaciones intervenidas.

Ante la imposibilidad de traducir el material en ¨¢rabe, las instrucciones que recibi¨® dicho servicio fueron las de repartir las cartas entre los departamentos de la polic¨ªa o la Guardia Civil que hab¨ªan investigado a cada terrorista encarcelado y cuya comunicaci¨®n estuviera intervenida.

Por lo que respecta a las cintas de sus conversaciones, la pr¨¢ctica era diferente: esas cintas se guardaban en Instituciones Penitenciarias y se daba aviso de su existencia. Si durante dos meses, nadie acud¨ªa a escucharlas, se devolv¨ªan a las c¨¢rceles para su reutilizaci¨®n. Es decir, ni siquiera se guardaban para un uso posterior. El problema es que nadie se interes¨® por ellas, por falta de personal, seg¨²n el informe que ayer revel¨® el ministro del Interior, Jos¨¦ Antonio Alonso en la reuni¨®n del Pacto Antiterrorista, de tal modo que "la mayor¨ªa de esas cintas nunca fueron escuchadas y ahora est¨¢n destruidas", reconoci¨® una fuente del ministerio.

No hubo instrucciones precisas para que hubiera atenci¨®n especial hacia los terroristas de origen ¨¢rabe. Esa pol¨ªtica cambi¨® radicalmente a partir del atentado del 11 de marzo. La nueva directora general de Instituciones Penitenciarias, Mercedes Gallizo, solicit¨® la contrataci¨®n de traductores de ¨¢rabe nada m¨¢s tomar posesi¨®n.

Los funcionarios de las c¨¢rceles espa?olas se han quejado frecuentemente de las dificultades que les ocasiona en su trabajo la cada vez mayor afluencia de presos extranjeros. Y esa queja estaba motivada no s¨®lo porque muchos de ellos importasen a las c¨¢rceles una cultura m¨¢s violenta sino por la imposibilidad material de imponer el orden a colectivos con los que era dif¨ªcil comunicarse por desconocimiento de su lengua. Para esos casos, los funcionarios tend¨ªan a utilizar los servicios de otros presos que hablasen el idioma y tuvieran conocimientos del espa?ol.

Sin embargo, para el caso de presos ¨¢rabes relacionados con bandas armadas y cuya comunicaci¨®n estuviera intervenida por orden del juez, la situaci¨®n era dram¨¢tica.

Los funcionarios de cada c¨¢rcel no ten¨ªan posibilidad de conocer el contenido de sus conversaciones ni de las cartas intervenidas. Todo ese material se enviaba a la direcci¨®n general. Carec¨ªan, pues, de informaci¨®n sobre lo que se pudiera estar tramando desde la c¨¢rcel.

Esa circunstancia era muy diferente en lo que respecta a presos etarras. No s¨®lo hab¨ªa traductores de euskera contratados, "es que adem¨¢s", seg¨²n explica una fuente de Instituciones Penitenciarias, "sol¨ªan comunicarse en castellano y escribir tambi¨¦n en castellano". "Presos etarras que escriban en euskera hay muy pocos", concluye.

A pesar de las quejas de los funcionarios y de los informes procedentes de algunas c¨¢rceles donde se hab¨ªa detectado alg¨²n movimiento sospechoso entre presos de origen ¨¢rabe, Instituciones Penitenciarias carec¨ªa de instrumentos para ampliar su informaci¨®n. "Llegaban informaciones y no se pas¨® de ah¨ª. No se hizo un an¨¢lisis de lo que estaba pasando en algunas c¨¢rceles alrededor de ciertos presos, ni se trat¨® de saber las causas de estos incidentes. Ni siquiera despu¨¦s de lo sucedido el 11 de septiembre, ni cuando meses despu¨¦s ingresaron en la c¨¢rcel presos a los que se relacionaba con Al Qaeda", comenta la citada fuente.

A partir del 11-M, ese panorama cambi¨®. Por ejemplo, pudieron detectarse seis transcripciones anteriores al atentado en las que se hac¨ªa referencia a relaciones entre internos de ETA e internos relacionados con el terrorismo islamista. Con fecha posterior al 11-M, el n¨²mero de transcripciones aument¨® en otras 23. "Del an¨¢lisis de esos 29 documentos", se?ala el informe de Seguridad Penitenciaria, "no se puede deducir una relaci¨®n o vinculaci¨®n entre terroristas etarras o islamistas, sino s¨®lo relaciones personales por el mero hecho de que comparten un mismo espacio en el interior de determinadas c¨¢rceles".

Actualmente, toda la informaci¨®n, documentaci¨®n y grabaciones relacionada con terroristas islamistas se canaliza a trav¨¦s de la Secretar¨ªa de Estado de Interior, y la Direcci¨®n de Instituciones Penitenciarias ha contratado a un int¨¦rprete de ¨¢rabe que empezar¨¢ a trabajar en los pr¨®ximos d¨ªas.