El Ej¨¦rcito chileno asume su responsabilidad en las violaciones de los derechos humanos
El reconocimiento se produce en v¨ªsperas de la publicaci¨®n de un informe sobre torturas
Por primera vez desde el golpe de Estado de 1973, el Ej¨¦rcito chileno reconoci¨® su responsabilidad institucional en las violaciones de los derechos humanos cometidas durante la dictadura de Pinochet, dejando de lado las explicaciones habituales hasta ahora, de que los cr¨ªmenes hab¨ªan sido "excesos individuales" o "hechos aislados". La in¨¦dita admisi¨®n de culpa institucional que hizo ayer el jefe del Ej¨¦rcito, general Juan Emilio Cheyre, recibi¨® el apoyo del Gobierno y se produjo a pocos d¨ªas de que se conozca un informe sobre 35.000 casos de tortura durante la dictadura pinochetista.
"El Ej¨¦rcito de Chile tom¨® la dura, pero irreversible decisi¨®n de asumir las responsabilidades que como instituci¨®n le cabe en todos los hechos punibles y moralmente inaceptables del pasado", sostiene Cheyre en un documento sugestivamente titulado El fin de una visi¨®n, que public¨® ayer en el diario La Tercera.
El general explica en el texto que, bajo su mando, el Ej¨¦rcito ha tomado medidas para abandonar su concepci¨®n centrada en la guerra fr¨ªa, donde se radicalizaron los conflictos y se impuso una l¨®gica de confrontaci¨®n, aceptando como leg¨ªtimos todos los medios de lucha para obtener o mantener el poder. Con "la absoluta certeza de que su proceder era justo", contin¨²a Cheyre, el Ej¨¦rcito actu¨® en esos a?os [de dictadura], sin entrar a describir esta actuaci¨®n. Se pregunta y responde a s¨ª mismo el general: "?Excusa el escenario de conflicto global descrito las violaciones a los derechos humanos ocurridas en Chile? Mi respuesta es una e inequ¨ªvoca: no. Las violaciones a los derechos humanos nunca, y para nadie, pueden tener justificaci¨®n ¨¦tica".
Adem¨¢s de asumir la responsabilidad institucional, el Ej¨¦rcito ha apoyado a los tribunales en la b¨²squeda de justicia, expres¨® sus condolencias de las v¨ªctimas y ahora ha colaborado con la Comisi¨®n sobre la Tortura, "cuyo contenido y conclusiones asumiremos", anticipa. El Gobierno reaccion¨® con satisfacci¨®n ante el documento, cuyo contenido conoc¨ªa con antelaci¨®n.
Satisfacci¨®n de Lagos
El presidente Ricardo Lagos se declar¨® satisfecho y orgulloso de que el Ej¨¦rcito se?ale que ning¨²n contexto justifica los atropellos a los derechos humanos y resalt¨® el "coraje" de esta instituci¨®n al reconocer su responsabilidad. "Con este hist¨®rico paso, el Ej¨¦rcito de Chile consolida su proceso de integraci¨®n al Chile democr¨¢tico", afirm¨® el jefe del Estado. En el mismo sentido, el presidente del Partido Socialista, Gonzalo Martner, calific¨® el mea culpa de "valiente e hist¨®rico".
La admisi¨®n de responsabilidad del Ej¨¦rcito que hizo Cheyre es un nuevo paso que aleja a la instituci¨®n de los 25 a?os en que su jefe fue el general Augusto Pinochet, e implica un avance respecto del "nunca m¨¢s" a las violaciones a los derechos humanos que plante¨® el a?o pasado. Cuando ha sido interrogado y en entrevistas, Pinochet, en cambio, ha culpado siempre a sus subordinados de los cr¨ªmenes y ha negado responsabilidad del mando. De hecho, el documento de Cheyre compromete de modo indirecto al ex dictador y puede perjudicarlo en los juicios.
A trav¨¦s del documento, el Ej¨¦rcito se ha anticipado a la reacci¨®n de rechazo y al efecto en su imagen que se espera provoque el informe sobre la tortura y la prisi¨®n pol¨ªtica en la dictadura, elaborado por una comisi¨®n presidida por el obispo Sergio Valech. Esta comisi¨®n recogi¨® m¨¢s de 40.000 testimonios, logrando corroborar cerca de 35.000 casos de tortura. La aplicaci¨®n de tormentos a los detenidos durante la dictadura se practic¨® en todo el pa¨ªs, en cada cuartel y unidad militar, en m¨¢s de mil lugares distintos, y el Estado financi¨®, impuls¨® y silenci¨® esta forma de represi¨®n, que en Chile fue masiva.
Una de las conclusiones del informe, seg¨²n ha trascendido, es que la tortura fue una pr¨¢ctica institucional. Al asumir su propia cuota de responsabilidad en estos delitos, el Ej¨¦rcito se pone adelante entre las instituciones que intentan expiar su pasado.
Sin embargo, el Ej¨¦rcito todav¨ªa no ha pedido perd¨®n por los cr¨ªmenes -hubo alrededor de 4.00l muertos y desaparecidos durante la dictadura-, como s¨ª lo hizo el Ej¨¦rcito argentino, ni ha reconocido que el exterminio de los prisioneros al hacerlos desaparecer fue tambi¨¦n una pol¨ªtica de Estado.
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