Respetar la lengua

Tan malo es hacer pol¨ªtica s¨®lo con los sentimientos como ignorarlos. Cuando ocurre una de las dos cosas el conflicto es probable, y requiere de gran sabidur¨ªa intentar resolverlo sin provocar males mayores. La remisi¨®n a la Uni¨®n Europa por parte del Gobierno espa?ol de dos traducciones de la Constituci¨®n europea, id¨¦nticas en el texto pero identificadas una como catalana y otra como valenciana, ha suscitado irritaci¨®n en unos y perplejidad en la mayor¨ªa. El Gobierno de Zapatero y el de Maragall han hecho una p¨¦sima gesti¨®n, con titubeos ante los apremios del PP valenciano el primero y salidas a la palestra exorbitadas del segundo contra el Gobierno amigo, seguidas de una rectificaci¨®n que ha creado tensiones con sus socios del tripartito. Un triste espect¨¢culo.

Catal¨¢n y valenciano son una misma lengua, seg¨²n viejo consenso entre los ling¨¹istas. Ya en 1932, las entidades culturales valencianas adoptaron, con las Normas de Castell¨®n, la unidad de la lengua. La propia Academia de la Lengua define el valenciano como "variedad del catal¨¢n que se usa en gran parte del antiguo Reino de Valencia y se siente all¨ª com¨²nmente como lengua propia". Otro hito fue la constituci¨®n, hace tres a?os, de la Academia Valenciana de la Lengua en un acuerdo entre socialistas y populares valencianos, mal recibido por los secesionistas ling¨¹¨ªsticos, que anunciaron una "guerra" que enmascara pugnas en otros terrenos.

Ante el empe?o del Gobierno valenciano de que se presentara un texto constitucional europeo traducido al valenciano -denominaci¨®n que figura en el estatuto de esa comunidad-, la Generalitat de Catalu?a negoci¨® con el Gobierno que se presentara un ¨²nico texto, en su variante valenciana, y que el Ejecutivo catal¨¢n lo asumir¨ªa como propio. El Gobierno opt¨® por presentar en Bruselas dos textos id¨¦nticos pero con distinta denominaci¨®n. Frente a la tambaleante gesti¨®n del ministro de Exteriores en este tema, Maragall reaccion¨® amenazando con "acciones legales" contra el Gobierno central. ?Hay un tribunal que sea competente sobre esta cuesti¨®n? ?Y qu¨¦ imagen se llevar¨¢n los ciudadanos de unos pol¨ªticos que recurren contra la mayor¨ªa parlamentaria de la que forman parte? Maragall quiso bajar ayer la temperatura atribuyendo su reacci¨®n en caliente a "precipitaci¨®n". Zapatero dijo algo obvio: que se hab¨ªan presentado cuatro textos en tres idiomas.

?Puede alguien imaginar que M¨¦xico, Colombia o Chile reivindicaran ante Naciones Unidas que la lengua que hablan es distinta del castellano o espa?ol, que por cierto celebra su pr¨®ximo congreso en la ciudad argentina de Rosario? El conflicto debe reconducirse porque la contaminaci¨®n pol¨ªtica del debate ling¨¹¨ªstico, al final, perjudica a la lengua y, en este caso, a sus esperanzas de un reconocimiento en la UE.