"Bush ejercer¨¢ el multilateralismo a la carta"
Mois¨¦s Naim, ex director ejecutivo en el Banco Mundial y director de Foreign Policy, revista de pol¨ªtica global y econom¨ªa que se edita en Washington, cree que la pol¨ªtica exterior del presidente va a ser, en su segundo mandato, distinta a la que se conoce: m¨¢s pragm¨¢tica, por razones de inter¨¦s. "Es lo que se llama multilateralismo a la carta. T¨² me das un men¨² y yo escojo un plato, otro lo ignoro y otro lo devuelvo a la cocina. Creo que eso es lo que va a ejercer Bush, y de hecho ya lo est¨¢ haciendo ¨²ltimamente".
Pregunta. ?Por qu¨¦ gan¨® Bush el martes pasado?
Respuesta. Hace meses se pens¨® que lo que iba a determinar la decisi¨®n de los votantes era la econom¨ªa. Poco a poco, a medida que se enredaba Irak y se descubr¨ªa la ineptitud con la que fue planificada la guerra y mal ejecutada la posguerra, se pens¨® que era Irak. Y ahora vemos que lo que motiv¨® a una gran cantidad de votantes fueron los valores, el t¨¦rmino que se usa para hablar de actitudes con respecto a la religi¨®n, al aborto, a los homosexuales y a otros asuntos culturales. Es incorrecto buscar un s¨®lo factor, ha sido la combinaci¨®n.
"La idea de andar por el mundo reconstruyendo pa¨ªses o promoviendo la democracia es una idea que yace enterrada en las arenas de Irak"
"Bush ha podido aprender en estos cuatro a?os que intentar hacer las cosas a solas es muy costoso y, a veces, imposible"
P. ?Se le ha vuelto a subestimar a Bush?
R. Sin duda. Y el problema es que uno no sabe a qui¨¦n est¨¢ subestimando. Bush ya no es Bush, es la organizaci¨®n Bush. Y eso incluye operadores muy conocidos como Karl Rove o Karen Hughes y otros mucho menos conocidos, pero muy eficaces. No hay duda de que los republicanos son muy superiores en el arte de las campa?as electorales, m¨¢s all¨¢ de poner anuncios por televisi¨®n. Es un arte que incluye diversos elementos aparentemente no relacionados, que maneja listas masivas de electores que reciben mensajes espec¨ªficos y que tiene tareas concretas para facilitar el voto el d¨ªa de las elecciones.
P. Bush es el presidente m¨¢s votado de la historia, en t¨¦rminos absolutos. ?Va a ejercer su mandato de una manera m¨¢s generosa?
R. Soy esc¨¦ptico. Por una parte, Bush tiene que afirmar ahora que es el momento de que el pa¨ªs se una y afronte los retos, y cure las heridas de la campa?a. Pero el hecho es que es un presidente que aunque en 2000 gan¨® como gan¨®, gobern¨® como si hubiera tenido un mandato definitivo, ignorando a la mitad que vot¨® en su contra. Si eso pas¨® entonces, ?qu¨¦ pasar¨¢ ahora, qu¨¦ va a hacer la organizaci¨®n Bush cuando tiene este mandato mucho m¨¢s amplio, con el dominio absoluto del Congreso y la posibilidad de configurar un Tribunal Supremo que transforme muchas cosas fundamentales en Estados Unidos, incluyendo quiz¨¢ el derecho al aborto?
P. Pero en estos cuatro a?os han pasado muchas cosas.
R. No hay duda de que Bush ha tenido una educaci¨®n presidencial. Aunque esa educaci¨®n le ha costado mucho a su pa¨ªs y al mundo, ha podido aprender que intentar hacer las cosas a solas es muy costoso y, a veces, imposible. Y que necesita de otros para luchar contra el terrorismo, reconstruir y estabilizar Irak, contener la inestabilidad en Oriente Pr¨®ximo... ?sa puede haber sido la educaci¨®n de los primeros cuatro a?os. Pero no hay que subestimar que es un hombre muy ambicioso y muy audaz. Intent¨® cambiar el mundo y EE UU de manera muy profunda; y no hay por qu¨¦ pensar que esas dosis de audacia y ambici¨®n no lo van a acompa?ar en este segundo periodo. La tentaci¨®n de cambiar EE UU a trav¨¦s del Supremo va a estar ah¨ª, y no es f¨¢cil imaginar a Bush conteni¨¦ndose para no caer en esa tentaci¨®n
P. ?Y si cambia el foco, eso quiere decir que se replegar¨¢ del mundo, que se retirar¨¢ de la escena internacional?
R. ?l puede tener no s¨®lo la tentaci¨®n, sino el deseo de dejar el mundo en paz, pero, desgraciadamente, los presidentes de Estados Unidos se dan cuenta enseguida de que es el mundo el que no les deja en paz a ellos. Clinton quer¨ªa dedicarse a la econom¨ªa y tuvo Somalia, Bosnia, los Balcanes, Rusia y su inestabilidad... El ocupante de la Casa Blanca sabe, o se entera r¨¢pido, de que puede tener la ilusi¨®n de que no debe ocuparse del mundo, pero el mundo no le permite que eso ocurra. Bush va a estar condenado a atender el mundo, y probablemente lo har¨¢ con esa audacia y ambici¨®n que le caracterizan.
P. ?Y lo har¨¢ de forma diferente a lo que conocemos?
R. Yo creo que hay que esperar que la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos se oriente ahora con criterios m¨¢s pragm¨¢ticos. Por ejemplo, Bush va a ser mucho m¨¢s abierto con los pa¨ªses europeos, no porque se haya enamorado de la nueva o la vieja Europa, sino porque la necesita para atender Oriente Pr¨®ximo e Irak en particular. Si no tuviese esa necesidad y no tuviera la necesidad de que sus servicios de inteligencia trabajen muy coordinadamente con los de los pa¨ªses que tienen las poblaciones isl¨¢micas m¨¢s importantes del mundo occidental, Europa tendr¨ªa menos incentivos para ¨¦l. La relaci¨®n econ¨®mica con Europa es importante, pero no fundamental. En estos momentos, el centro de gravedad econ¨®mico del mundo se est¨¢ desplazando de la mitad del Atl¨¢ntico a la mitad del Pac¨ªfico, hacia Asia. Bush necesita a Europa, pero por asuntos de seguridad.
P. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con los neoconservadores que han dictado la pol¨ªtica exterior? ?Ganar¨¢n con la victoria de Bush o pagar¨¢n por haberla puesto tan dif¨ªcil?
R. Yo creo que de ninguna manera van a ser despedidos. M¨¢s bien van a ser bien tratados. El problema es que sus propuestas ahora resultan m¨¢s costosas de lo que EE UU se puede permitir. La idea de andar por el mundo reconstruyendo pa¨ªses o promoviendo la democracia es una idea que yace enterrada en las arenas de Irak. Es una l¨¢stima, pero proponer en Washington estos d¨ªas que se lance un proyecto democratizador en Oriente Pr¨®ximo lo ¨²nico que produce son carcajadas o la invitaci¨®n a abandonar la reuni¨®n. Es una idea que ha perdido mucha credibilidad, desgraciadamente. La idea de que EE UU se va a embarcar en la organizaci¨®n de otros pa¨ªses es algo que tambi¨¦n ha perdido credibilidad.
P. ?Qu¨¦ va a pasar con Irak? ?La prioridad de Bush ahora ser¨¢ irse?
R. No hay duda de que la prioridad es salir tan pronto como se pueda, y disminuir tanto como se pueda el n¨²mero de norteamericanos muertos y heridos, pero eso ya era as¨ª hace un a?o. El asunto no es cu¨¢ndo, sino c¨®mo.
P. Visto desde Washington, ?qu¨¦ tipo de relaci¨®n deber¨ªa mantener el Gobierno espa?ol con EE UU ahora?
R. Espa?a tuvo un papel fundamental porque estuvo muy dispuesta, con el presidente Aznar, a aliarse con EE UU, aun yendo en contra de los sentimientos de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Una vez que esa alternativa no existe, no est¨¢ claro qu¨¦ es lo que puede aportar Espa?a a EE UU. Espa?a no es competitiva ni como amenaza, en el sentido de que es un buen aliado, muy importante en la lucha antiterrorista, pero no econ¨®micamente...
P. ?Latinoam¨¦rica va a aparecer en el mapa de la Casa Blanca?
R. Latinoam¨¦rica es la regi¨®n para la que fue acu?ada la frase que le acabo de aplicar a Espa?a. Am¨¦rica Latina no tiene armas nucleares ni terroristas, no tiene exportaciones ni es un protagonista econ¨®mico importante. Pas¨® de ser el patio de atr¨¢s de Estados Unidos a ser la Atl¨¢ntida, el continente perdido.
P. ?Y as¨ª va a seguir?
R. As¨ª va a seguir, con la diferencia de que aunque Am¨¦rica Latina no est¨¢ en el mapa de los estrategas de Washington ni de los inversores de Wall Street de manera significativa, los latinoamericanos s¨ª est¨¢n en todas las calles estadounidenses. Estados Unidos quiz¨¢ pueda darse el lujo de ignorar a la regi¨®n, pero los latinoamericanos que tiene en su seno est¨¢n ya formando parte fundamental de lo que es su din¨¢mica pol¨ªtica y cultural.
P. ?De qu¨¦ no estamos hablando en el mundo y deber¨ªamos hacerlo, qu¨¦ cosas le preocupan a usted?
R. Una de las amenazas m¨¢s grandes, aparte de las obvias, es, en t¨¦rminos de terrorismo, las consecuencias del estallido de artefactos nucleares sucios, de material radiactivo que se hace estallar, o un ataque qu¨ªmico, en algunas capitales del mundo, con muertos suficientes como para crear un ambiente de terror. Me preocupan las consecuencias que tendr¨ªan esos fen¨®menos para la soberan¨ªa de los pa¨ªses, para las reglas del juego. Es decir, no tanto que vaya a haber un ataque, sino la reacci¨®n de EE UU y del mundo; c¨®mo se funciona, por ejemplo, despu¨¦s de un atentado contra tres capitales importantes. ?Cu¨¢l es la reacci¨®n, qu¨¦ pasa? La segunda cosa es algo de lo que no se habl¨® en la campa?a, porque ambos candidatos lo evitaron: el d¨¦ficit fiscal y el d¨¦ficit de cuenta corriente. El mundo vive en un desequilibrio macroecon¨®mico fundamental; Estados Unidos ha acumulado en estos cuatro a?os de Bush un d¨¦ficit fiscal casi sin precedentes y ha exacerbado un d¨¦ficit de balanza de pagos que ya acumula desde hace diez a?os. Esto tiene que empezar a equilibrarse en alg¨²n momento, lo que implicar¨¢ costes. Corregir ese desequilibrio, disminuirlo, tiene costes, y la pregunta es c¨®mo se van a distribuir esos costes en el mundo y con qu¨¦ consecuencias pol¨ªticas: qui¨¦n va a absorber el coste de que Estados Unidos equilibre su econom¨ªa. Y por ¨²ltimo, sobre Europa, me preocupa lo vulnerable que es denigrativamente. ?C¨®mo va a mantener la relaci¨®n que ahora existe entre trabajadores y pensionistas? Para que en 2050 ese ¨ªndice se mantenga igual, Europa necesitar¨¢ 374 millones de inmigrantes. Hay que trabajar m¨¢s a?os, o disminuir la calidad de vida de los pensionistas, o bien hay que cambiar la estructura econ¨®mica de la sociedad.
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