La trampa de Irak
Aunque la victoria de George W. Bush revalida su pol¨ªtica en Irak, los planes de futuro para ese pa¨ªs dependen en buena medida de otro resultado, y no es el de las elecciones de enero sino el de la inminente batalla de Faluya. Los estrategas pol¨ªticos y militares del Gobierno de Bush creen que esa ofensiva puede marcar un punto de inflexi¨®n, pero no aciertan a vaticinar si ser¨¢ para bien o para mal. La batalla de Faluya puede acabar con el foco m¨¢s activo de lo que aqu¨ª se denomina "insurgencia" o puede convertirse en un s¨ªmbolo de la lucha que aliente la movilizaci¨®n en contra de las tropas invasoras.
Enfrentarse a una resistencia violenta y duradera no figuraba en ninguno de los planes de trabajo de quienes dise?aron la invasi¨®n de Irak. Este es, al fin y al cabo, el Gobierno cuyo vicepresidente, Dick Cheney, anticip¨® que las tropas estadounidenses ser¨ªan "recibidas con los brazos abiertos como liberadores".
Los planes de futuro para Irak dependen no tanto de las elecciones de enero pr¨®ximo como de la inminente batalla por el control de Faluya
El triunfo del pasado martes 'absuelve' por el momento a George Bush de los posibles errores cometidos en la guerra y la posguerra iraqu¨ªes
El segundo problema no anticipado es la dificultad en la creaci¨®n de una fuerza estable de seguridad puramente iraqu¨ª. Ambos factores hacen improbable la reducci¨®n en el n¨²mero de tropas estadounidenses desplegadas en ese pa¨ªs, en torno a 142.000 efectivos. En el discurso de victoria que cerr¨® el proceso electoral, Bush parec¨ªa mostrar como prioritario un objetivo que nunca antes mencionaba en p¨²blico: el regreso de las tropas. "Ayudaremos a las democracias emergentes de Irak y Afganist¨¢n para que puedan crecer, fortalecerse y defender su libertad, y as¨ª nuestros soldados regresar¨¢n a casa con el honor que se han ganado".
La victoria electoral libera a Bush del peso del coste pol¨ªtico que tienen o han tenido sus decisiones sobre Irak. Sobre el terreno, el resultado tambi¨¦n tiene un efecto pr¨¢ctico: "Tuvimos que frenar algunas operaciones hasta que terminaran las elecciones en EE UU", dijo un alto cargo del ministerio iraqu¨ª de Defensa en declaraciones -desde el anonimato- a la prensa estadounidense. "El Gobierno iraqu¨ª pidi¨® apoyo al Gobierno americano, pero renunciaron a llevar a cabo operaciones militares porque estaban preocupados por el efecto en la opini¨®n p¨²blica de su pa¨ªs. Ahora tienen las manos libres", asegura.
El otro elemento de incertidumbre sobre el futuro del conflicto en Irak hay que buscarlo en las capitales -principalmente europeas- que prefer¨ªan la victoria del otro candidato, el dem¨®crata John Kerry. Un d¨ªa despu¨¦s del triunfo electoral de Bush, Hungr¨ªa anunciaba su intenci¨®n de retirar los 300 soldados que tiene en ese pa¨ªs.
En cambio, el ministro alem¨¢n Otto Schily suger¨ªa un cambio en el otro sentido: "Tuvimos diferencias sobre Irak, pero ahora no hay que mirar atr¨¢s. Estamos mirando hacia el futuro". Bush parec¨ªa tener esa frase en la cabeza cuando prometi¨® el jueves "tratar de congregar a nuestros amigos y aliados en la Uni¨®n Europea y en la OTAN para promover el desarrollo y el progreso y vencer al terrorismo. Sean cuales sean nuestros desacuerdos del pasado", dijo Bush, "tenemos un enemigo com¨²n". Nadie espera la convocatoria de la cumbre internacional que propon¨ªa John Kerry, pero el sentimiento en Washington parec¨ªa ciertamente m¨¢s conciliador.
El jueves, en su primera rueda de prensa como presidente electo para un segundo mandato, Bush parec¨ªa dispuesto a trabajar para contagiar de optimismo a los gobiernos cr¨ªticos. "He tomado algunas decisiones muy dif¨ªciles, decisiones para protegernos, decisiones para expandir la libertad...", dijo Bush, "y entiendo que en ciertas capitales, en ciertos pa¨ªses, esas decisiones no fueron populares". Habl¨® de "esa cierta actitud en algunos pa¨ªses del mundo" sobre la imposibilidad de fomentar la libertad y la democracia en determinadas partes del planeta. Exultante por su victoria, se mostr¨® ut¨®pico y dispuesto a "convencer" a quien no comparta su teor¨ªa de que las invasiones en Irak y Afganist¨¢n deben contemplarse como la semilla de una futura estabilidad en la zona.
El precio y el volumen del despliegue son otros dos componentes indescifrables en el futuro de este conflicto. Bush asegura que presentar¨¢ al Congreso de EE UU una "valoraci¨®n realista" de los fondos inmediatos que requiere el despliegue militar en Irak. Fuentes pol¨ªticas se preparan para una petici¨®n formal de otros 75.000 millones de d¨®lares para pagar la factura de las guerras en Irak y Afganist¨¢n.
En cuanto al contingente, Bush se apresur¨® a desestimar las especulaciones sobre el posible aumento de las tropas estadounidenses en Irak para reforzar la seguridad de las elecciones de enero. Asegur¨® que los mandos militares no han solicitado efectivos adicionales concretos. "Quiero advertirles que lo que han le¨ªdo o escuchado ha sido pura especulaci¨®n hasta ahora. Estas elecciones (en Irak) son importantes y atenderemos a lo que pidan los mandos que tenemos sobre el terreno. Y todav¨ªa no he o¨ªdo a nuestros comandantes decir que necesitan m¨¢s tropas", asegur¨® Bush.
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