300 personas despiden a la joven familia asesinada en Madrid

M¨¢s de 300 personas, entre familiares y amigos, asistieron ayer al entierro de la joven familia asesinada a pu?aladas en Madrid la madrugada del pasado viernes. Los cad¨¢veres de Amalio Molina y Ada Flores, de 17 a?os, y la hija de ambos, J¨¦ssica, de nueve meses, fueron enterrados en una misma sepultura del cementerio Sur de Madrid en medio de escenas de dolor y algunos gritos de "venganza".

Algunos sollozos y murmullos en medio de un ambiente general de angustia, tensi¨®n y silencio entre las m¨¢s de 300 personas que esperaban ayer hacia las 12.00 en el cementerio Sur, en Carabanchel, la llegada de los f¨¦retros de Amalio, Ada, y de la hija de ambos, Jessica, de s¨®lo nueve meses. La familia fue cosida a cuchilladas la madrugada del pasado viernes en su domicilio de la calle de S¨¢nchez Preciado, en el distrito madrile?o de Moncloa-Aravaca.

Entre la multitud se escuchaban gritos de "criminales" y "asesinos", junto a expresiones como "pobres criaturas", en referencia a la joven pareja y a su hija asesinados, en susurros que romp¨ªan de cuando en cuando la gran respiraci¨®n contenida que sosten¨ªan todos los presentes, llegados desde diversos puntos de Espa?a.

La escena dur¨® alrededor de media hora. La llegada de los f¨¦retros desat¨® los nervios de los familiares y amigos de las v¨ªctimas, algunos de los cuales hab¨ªan pasado toda la noche en vela en el Tanatorio Sur de la capital, situado muy cerca del cementerio.

Los gritos de dolor y los llantos sustituyeron a los susurros, mientras los familiares que portaban los ata¨²des, blancos, trataban de abrirse paso entre el tumulto que intentaba tocar los f¨¦retros antes de que descansaran definitivamente en una misma sepultura.

Primero salieron los restos de Ada, luego los de Amalio y por ¨²ltimo los del beb¨¦, en una caja de apenas un metro. Algunos familiares cayeron desfallecidos. Al menos cuatro personas tuvieron que ser evacuadas de entre el gent¨ªo. Dos de ellas fueron atendidas, aquejadas de crisis de ansiedad, por los servicios sanitarios de emergencia del Ayuntamiento desplazados al lugar.

Y entre las voces que exig¨ªan "justicia", tambi¨¦n algunas a?ad¨ªan la palabra "venganza". El abuelo de una de las v¨ªctimas ped¨ªa a la polic¨ªa que encontrase r¨¢pidamente a los culpables del crimen y les hiciesen pagar por ¨¦l, porque si no lo har¨ªan ellos mismos. A una ni?a de unos seis a?os le daban miedo las tumbas. "No tengas miedo de los muertos; a los vivos es a los que tienes que tener miedo", dec¨ªa su abuela.

"Un gitano no mata beb¨¦s"

Pilar Heredia, miembro de la asociaci¨®n gitana Hierba Buena y candidata a diputada del PSOE en las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas, hizo de portavoz de la familia de las v¨ªctimas, que no quisieron hacer declaraciones.

Heredia se quej¨® del trato que ha recibido el suceso en algunos medios de comunicaci¨®n "por tratarse de una familia de etnia gitana", dijo. "Siempre que se trata de gitanos, se empieza a hablar de drogas y de ajustes de cuentas. Y eso son especulaciones. Aqu¨ª no ha habido nada de eso, lo que ha habido es el asesinato de tres menores", afirm¨®. Adem¨¢s, asegur¨® que " no va a haber ley gitana, la ley de los gitanos es la misma que la de todos los dem¨¢s", explic¨®.

Heredia justific¨® los comentarios de algunos familiares que hab¨ªan clamado venganza contra los asesinos como "una reacci¨®n normal de alguien que ha perdido a sus seres queridos". Pero asegur¨® que esa revancha no se va a producir. "Lo que es seguro es que los asesinos no han sido gitanos; un gitano no mata a un beb¨¦", concluy¨®.

El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Pedro N¨²?ez Morgades, que tambi¨¦n asisti¨® al entierro, pidi¨® una profunda reflexi¨®n a toda sociedad sobre "c¨®mo puede producirse una violencia tan brutal, en este caso hacia tres menores".