El regreso del mago serio
C¨²per vuelve al Mallorca, que lo recibe con entusiasmo, tras un a?o sin entrenar y una experiencia agridulce en el Inter de Mil¨¢n
?Prisa por volver a entrenar? Ninguna. H¨¦ctor C¨²per (16 de noviembre de 1955, Chab¨¢s, Argentina) se ha tomado su tiempo, algo m¨¢s de un a?o, para volver a sentarse en un banquillo, el de su querido Mallorca, despu¨¦s de haber sido destituido en el Inter de Mil¨¢n el 18 de octubre de 2003. No se aburr¨ªa, no. Se compr¨® un barco y se sac¨® un t¨ªtulo de navegaci¨®n; aprendi¨® a tocar el saxof¨®n y pas¨® largas jornadas jugando al tenis. Viv¨ªa tranquilamente con su familia -su mujer, Cintia, y sus tres hijos- en su mansi¨®n de siete habitaciones con vistas al lago de Como. Ve¨ªa pasar el tiempo sin ninguna ansiedad. Gan¨® cerca de 3,8 millones de euros netos por cada una de las dos temporadas y pico que firm¨® con el Inter, y renunci¨® a la parte que le correspond¨ªa por lo que restaba de este curso para tener v¨ªa libre en el Mallorca, donde llega con la cabeza alta y los pies en el suelo, seg¨²n una de sus m¨¢ximas.
En su a?o sab¨¢tico se compr¨® un barco, se sac¨® un t¨ªtulo de navegaci¨®n y aprendi¨® a tocar el saxo
"Tenemos prisa, por eso vamos a ir poco a poco", ha dicho el t¨¦cnico argentino nada m¨¢s aterrizar en la isla
Quer¨ªa empezar tranquilo para armar un proyecto. "Este a?o hay que salvar al equipo y el que viene ya miraremos a la UEFA", advirti¨® antes de dedicar la semana a ordenar la defensa, punto d¨¦bil del conjunto balear en los dos ¨²ltimos a?os, convertido en uno de los m¨¢s goleados de la categor¨ªa. Pues bien, si lo que sucedi¨® ayer ante el Sevilla en el S¨¢nchez Pizju¨¢n es un comienzo (1-1), la defensa del Mallorca volver¨¢ a gozar del respeto que tuvo cuando C¨²per mand¨® en la isla desde 1997 hasta 1999.
"Tenemos prisa, por eso vamos poco a poco", a?ade C¨²per, que vuelve a vivir a su apartamento de la Bah¨ªa de Palma, en la que fue su casa en sus dos primeros a?os en Espa?a: puso en el mapa futbol¨ªstico a la isla y se gan¨® el prestigio de entrenador fiable y serio que lo catapult¨® al Valencia.
Su fiel Juan Manuel Alfano, el preparador f¨ªsico que lo acompa?a, s¨ª se mor¨ªa de ganas por volver a entrenar, pero C¨²per no. No le importaba que fuese un equipo grande o peque?o, lo que quer¨ªa es poder controlarlo todo. Que si perd¨ªa, que fuera porque se equivocaba ¨¦l y no los dem¨¢s. De ah¨ª que en el Mallorca haya exigido ser el manager: el encargado de los fichajes. A eso atribuye su agridulce paso por el Inter, a que un secretario t¨¦cnico, Gabriele Orialli, le trajo jugadores -Morfeo- que ¨¦l no pidi¨®. En el Inter, C¨²per dispuso de una delantera demoledora -Vieri, Ronaldo, Recoba y el incipiente Martins-, pero todo lo dem¨¢s era mediocre, incapaz de sacar el bal¨®n jugado desde atr¨¢s. Para mejorar eso pidi¨® a Nesta y el club le contrat¨® a Cannavaro. El Inter abus¨® del pelotazo largo y la prensa italiana le acus¨® de aburrir con el catenaccio en el pa¨ªs que lo hab¨ªa inventado, a pesar de que casi siempre junt¨® en la alineaci¨®n a Ronaldo, Vieri y Recoba. As¨ª habr¨ªa sido campe¨®n de Liga, en su primer a?o en Italia, si hubiera ganado su ¨²ltimo partido ante el Lazio. Perdi¨® 4-2 con una penosa actuaci¨®n de Vieri, Recoba y Ronaldo, que se fue llorando tras ser sustituido. Fue la ruptura total del as brasile?o con el t¨¦cnico argentino. Ronaldo quer¨ªa irse del Inter y encontr¨® en C¨²per la excusa perfecta. Porque si hab¨ªa alguien en todo Mil¨¢n que no estuviera a los pies del crack brasile?o, ¨¦se era C¨²per, enemigo mortal del peloteo. Lo mismo que le sucedi¨® con el due?o de la entidad, Massimo Moratti, quien, acostumbrado a la adulaci¨®n permanente, se encontr¨® con un hombre refractario a los halagos. Y a pesar de eso, Moratti sinti¨® un respeto reverencial por el t¨¦cnico argentino. "C¨²per es una de las mejores personas que he conocido", declar¨® el magnate del petr¨®leo.
Ronaldo ya no estaba en el Inter cuando C¨²per se march¨®. Y algunos jugadores, como Christiano Zanetti, lloraron en el vestuario el d¨ªa que fue a despedirse como t¨¦cnico, ya en presencia de su sustituto, Alberto Zaccheroni. El scudetto arrebatado en el ¨²ltimo momento acrecent¨® la leyenda negra del t¨¦cnico argentino, alimentada con las tres finales perdidas anteriormente: la Copa del Rey con el Mallorca ante el Bar?a (1998) y las dos finales de Liga de Campeones con el Valencia (2000 y 2001). Y supuso un lastre para su siguiente campa?a en el Inter, cuando lleg¨® a las semifinales de la Liga de Campeones ante su vecino, el Milan, y cay¨® por el valor doble del gol fuera de casa cuando, curiosamente, jugaban en el mismo estadio: San Siro. Esos dos duros golpes pesaron como martillos en el trabajo de C¨²per, que fue despedido al poco de comenzar la siguiente temporada a pesar de seguir vivo en la Liga y en la Champions. Porque, con C¨²per, el Inter lleg¨® siempre vivo al menos hasta el mes de mayo, cosa que nunca hab¨ªa ocurrido desde que Moratti se adue?¨® del club, siempre descartado en diciembre, convertido en el rey de los fichajes de invierno. Como ahora. Puesto que el Inter de Mancini acumula un empate tras otro y se aleja irremediablemente de la cabeza, se ha revalorizado la figura de C¨²per, que dijo que volver¨ªa a Italia. Ama la comida italiana y la experiencia fue para ¨¦l como un regreso a sus or¨ªgenes, a la patria de su abuela Rosa Nardi, "una mujer extraordinaria" de la que absorbi¨® parte de su mentalidad: "Pensar en grande para alcanzar cierta altura. Si vas a lo peque?o, es posible que no llegues ni a lo peque?o".
En grande ha empezado a pensar en este regreso a Mallorca, donde se encontrar¨¢ por tercera vez con un jugador que casi lo persigue: Farin¨®s. De ¨¦l sac¨® un jugo precioso en su etapa del Valencia, cuando le convirti¨® en un magn¨ªfico mediocentro, pero no cont¨® con ¨¦l, en cambio, en su etapa del Inter: ten¨ªa demasiados centrocampistas de las mismas caracter¨ªsticas.
Mallorca disfruta del regreso de C¨²per, al que considera casi un mago. Un mago serio, eso s¨ª. Dif¨ªcil verlo sonre¨ªr en p¨²blico y casi imposible o¨ªrle regalar alguna frase a la hinchada. Pero el vestuario, rodeado de botas, medias y ropa, es su territorio. Y ah¨ª le han acogido con un gran respeto. Todos los jugadores saben de sus exigencias y de su honradez: todos parten de cero.
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