T¨®picos
Esta sociedad en la que vivimos, tan hip¨®crita y tan embalsamada en moralina, tiene algunas convenciones bastante irritantes. Detesto, por ejemplo, que a los muertos siempre se les ponga por las nubes, aunque de vivos se les haya negado el pan y la sal con esa envidiosa inquina tan nuestra y tan ca?¨ª. O sea, basta con dejar este mundo para que la masa toda rompa en fren¨¦ticas y floridas alabanzas. Tambi¨¦n me revienta ese miramiento cursi y mentecato que hace que algunas personas declaren: "Todas las ideas son respetables". Porque no todas las ideas son respetables. Es m¨¢s, algunas son incluso criminales, como, por ejemplo, las de Hitler.
Asimismo, he escuchado muchas veces decir, con p¨ªa expresi¨®n, "yo no me alegro de la muerte de nadie". Pues ver¨¢n, yo no me alegro de la muerte violenta de nadie. Pero si es un proceso natural... Teniendo en cuenta la cantidad de personas buenas que fallecen y los muchos j¨®venes a los que la muerte sorda y ciega roba la vida, cuando al fin desaparece alg¨²n malvado notorio, a m¨ª, la verdad, no se puede decir que el hecho me entristezca.
Por ejemplo, Arafat. En su agon¨ªa, convertido en un cuerpo terminal que sufre, carne dolorosa mantenida en vida con empe?o inhumano para que sus sucesores puedan disputarse la carro?a de su poder, el destino de Arafat me conmueve y le compadezco, como me compadec¨ª del final de Franco, que tuvo que pasar por la misma ordal¨ªa. Pero la muerte en s¨ª de este hombre, antiguo terrorista (como Sharon: otro monstruo) y tirano implacable entre los suyos, me parece, por una vez, un sabio movimiento de la Parca. Hace a?os lo entrevist¨¦ y me asust¨®: era un hombre que llevaba d¨¦cadas rodeado y endiosado por una peque?a corte de fan¨¢ticos, un hombre que no admit¨ªa que le contradijeran, un tipo en quien cre¨ª reconocer a un dictador. Despu¨¦s han venido las acusaciones de corrupci¨®n, el autoritarismo, el feroz acoso contra sus oponentes dentro del movimiento palestino. Los desmanes de Sharon y compa?¨ªa hicieron de ¨¦l un mito, pero no creo que los pobres y maltratados palestinos se merecieran un l¨ªder as¨ª. Sin ¨¦l (aunque lo ¨®ptimo ser¨ªa sin Sharon y sin ¨¦l) es posible que las cosas mejoren.
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