Cuba celebra 'el siglo de Alejo Carpentier'
Un congreso recupera el rigor y la desbordante imaginaci¨®n del autor de 'El reino de este mundo'
Bucear en la obra y en el universo creativo de Alejo Carpentier (La Habana, 1904-Par¨ªs, 1980) es una tarea fabulosa. Due?o de uno de los imaginarios m¨¢s fascinantes e influyentes de la literatura latinoamericana, el descubridor de lo real maravilloso fue tambi¨¦n precursor de la novela hist¨®rica, entendida en su sentido moderno, y uno de los intelectuales m¨¢s l¨²cidos de su tiempo. Acad¨¦micos y estudiosos de su obra se han reunido en La Habana para profundizar en algunas de las claves del autor de El siglo de las luces y El reino de este mundo. El siglo de Alejo Carpentier fue, precisamente, el nombre elegido por la instituci¨®n cultural cubana Casa de las Am¨¦ricas para convocar el congreso, que ha reunido a expertos de 20 pa¨ªses.
"La consagraci¨®n de la primavera' fue la novela que m¨¢s trabajo le cost¨®. Y siempre que hablaba del proyecto lo hac¨ªa con desaz¨®n"
"Lo maravilloso comienza a serlo de manera inequ¨ªvoca cuando surge de una inesperada alteraci¨®n de la realidad (el milagro) ..."
El siglo de Alejo Carpentier es uno de los acontecimientos destacados en este a?o de homenajes al primer escritor hispanoamericano distinguido con el Premio Cervantes (1977) y de cuyo nacimiento se cumplir¨¢n 100 a?os el pr¨®ximo 26 de diciembre. En el congreso celebrado en La Habana se recre¨® su llegada a Par¨ªs, a finales de los a?os veinte, y c¨®mo durante aquellos a?os de exilio pol¨ªtico entr¨® en contacto con Andr¨¦ Breton y el movimiento surrealista, pero, lejos de ser devorado por esta vanguardia art¨ªstica, adapt¨® sus presupuestos est¨¦ticos a una realidad propia y fant¨¢stica, la de Am¨¦rica, absolutamente ignorada en Europa.
"Me hubiera sido f¨¢cil", confesar¨ªa el propio Carpentier, "ponerme a hacer surrealismo, ?pero qu¨¦ cosa iba a a?adir yo al surrealismo, si lo mejor del surrealismo estaba hecho ya?". Fue as¨ª, dir¨ªa, que "de repente, como una obsesi¨®n, entr¨® en m¨ª la idea de Am¨¦rica".
En su conferencia inaugural, el presidente de Casa de las Am¨¦ricas, Roberto Fern¨¢ndez Retamar, record¨® c¨®mo ya en 1927 Carpentier public¨® en el Diario de la Marina una Carta abierta a Manuel Aznar, en "respuesta a un art¨ªculo euroc¨¦ntrico aparecido en la madrile?a Gaceta Literaria", en la que ya esbozaba las concepciones que tanto influir¨ªan en la novel¨ªstica latinoamericana posterior. A diferencia de lo que suced¨ªa entonces en Europa, dec¨ªa Carpentier, "en nuestra Am¨¦rica las cosas ocurren de muy distinta manera. Si los observa usted, ver¨¢ que hay un gran fondo de ideales rom¨¢nticos tras los m¨¢s hirsutos alardes de la nueva literatura latinoamericana. Desde el r¨ªo Grande hasta el estrecho de Magallanes, es muy dif¨ªcil que un artista joven piense seriamente en hacer arte puro o arte deshumanizado. El deseo de crear un arte aut¨®ctono sojuzga a todas las voluntades".
Y contin¨²a el autor de Concierto barroco: "Hay maravillosas canteras v¨ªrgenes para el novelista; hay tipos que nadie ha plasmado literariamente; hay motivos musicales que se pentagraman por primera vez (recuerdo que Diego Rivera me dec¨ªa que hasta el a?o 1921 nadie hab¨ªa pensado en pintar un mag¨¹ey). Nuestro artista ve algo m¨¢s que un elevado juego en sus partos intelectuales. A veces sue?a dejar sus huesos en alg¨²n Misolonghi andino. Y esto le induce a menudo a adoptar actitudes que en Europa resultar¨ªan completamente inveros¨ªmiles".
Establecidos as¨ª de pronto los antecedentes, durante el congreso fue objeto especial de an¨¢lisis, por supuesto, El reino de este mundo (1949), en la que Carpentier recrea la revoluci¨®n haitiana y la ¨¦poca del tirano Henri Cristophe, incorporando todas las dimensiones de la imaginaci¨®n -sue?os, mitos, magia y religi¨®n- en su idea de la realidad. "Lo maravilloso", dice Carpentier en el pr¨®logo de esta obra fundamental, "comienza a serlo de manera inequ¨ªvoca cuando surge de una inesperada alteraci¨®n de la realidad (el milagro), de una revelaci¨®n privilegiada de la realidad, de una iluminaci¨®n inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas de la realidad, de una ampliaci¨®n de las escalas y categor¨ªas de la realidad, percibidas con particular intensidad en virtud de una exaltaci¨®n del esp¨ªritu que lo conduce a un modo de estado l¨ªmite. Para empezar, la sensaci¨®n de lo maravilloso presupone una fe...".
Pero no s¨®lo fue analizada la influencia y las aportaciones de Carpentier por su descubrimiento de lo real-maravilloso. Carmen V¨¢squez, catedr¨¢tica de Estudios Hispanoamericanos de la Universidad de Picardie Jules Verne, quien trabaj¨® como documentalista del escritor desde 1973 hasta su muerte, relat¨® c¨®mo fue el trabajo de investigaci¨®n para realizar El arpa y la sombra (1979), su ¨²ltima novela. Record¨® c¨®mo Carpentier, indignado por el intento de canonizar a Crist¨®bal Col¨®n -"pero c¨®mo van a canonizar a un marino", dec¨ªa-, se propuso la tarea de desmitificar al Gran Almirante, para lo cual realiz¨® una ingente labor de documentaci¨®n para enmarcar la haza?a en su contexto hist¨®rico y poner al descubierto sus verdaderas motivaciones. V¨¢squez record¨® c¨®mo reconstruy¨® para Carpentier el viaje latinoamericano del papa P¨ªo IX (Mastai en el libro), y c¨®mo tuvieron que plantear hasta cuatro "escenarios" del viaje, reelaborando constantemente lo hecho a medida que iban descubriendo nuevos documentos. Todo un ejemplo de lo que debe ser la labor de documentaci¨®n en una novela hist¨®rica.
Uno de los editores de Carpentier, el exiliado espa?ol y ex director del Fondo de Cultura Econ¨®mica de Espa?a, Federico ?lvarez, explic¨® c¨®mo vivi¨® el escritor el "parto" de La consagraci¨®n de la primavera (1978), a partir de las cartas cruzadas con Orfila Reynal, director de la editorial mexicana Siglo XXI. "Fue la novela que m¨¢s trabajo le cost¨®. Tard¨® 13 a?os en hacerla; y siempre que hablaba del proyecto lo hac¨ªa con desaz¨®n. Para ¨¦l, novelar ¨¦pocas hist¨®ricas del pasado m¨¢s o menos remoto era f¨¢cil, pero novelar la historia presente era un trabajo arduo. La consagraci¨®n... era la gran novela de la revoluci¨®n cubana y, dec¨ªa, la historia se hac¨ªa cada d¨ªa, estaba en los peri¨®dicos, cambiaba con los sucesos o con los discursos de Fidel, y todo ello hac¨ªa cambiar su perspectiva".
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