Herralde contin¨²a su autobiograf¨ªa literaria con un nuevo libro
El editor de Anagrama publica 'El observatorio editorial'
El observatorio editorial es el tercer volumen de la peculiar "autobiograf¨ªa oblicua" que Jorge Herralde publica desde 2000, en que se inici¨® con Opiniones mohicanas. C¨®mo ¨¦l dice, es su "paisaje literario de las cuatro ¨²ltimas d¨¦cadas". Bola?o, Cohen, Magris, Nabokov, Pradera, Kapuscinski o Bourdieu son algunos de los personajes que desfilan por el libro, que, como los anteriores, pone de relieve la "pasi¨®n y el oficio de editor".
Jorge Herralde, el propietario, director, editor y qui¨¦n sabe qu¨¦ m¨¢s cosas de Anagrama, se present¨® ayer a s¨ª mismo en el hotel donde siempre promociona a sus autores, el Condes de Barcelona. Fue una de sus conferencias de prensa m¨¢s simp¨¢ticas. "He estado aqu¨ª tantas veces hablando de mis escritores que ahora s¨®lo tengo que darme un empujoncito y ponerme en su lugar. He tra¨ªdo mi papelito, y como esta vez hablo de m¨ª, es m¨¢s largo".
Desde muy ni?o, dijo, le gust¨® leer, de joven "perpetr¨®" algunos poemas y luego surgi¨® su "verdadero flechazo": la edici¨®n. "He escrito muchas contraportadas, pero, entrados los noventa, empec¨¦ a dar conferencias, a escribir art¨ªculos y me gust¨®". Tambi¨¦n confes¨® que debuta ahora en la ficci¨®n en un libro colectivo, Veinticuatro de una turista inglesa en Barcelona, de pr¨®xima aparici¨®n, en el que 24 autores acompa?an a la turista por la ciudad. Colaboran Enrique Vila-Matas, Jorge Bucay y Bryce Echenique, entre otros.
Herralde public¨® primero Opiniones mohicanas (Aldus, M¨¦xico, 2000), que luego edit¨® en Espa?a en versi¨®n ampliada El Acantilado; le sigui¨® Flashes sobre escritores (Ediciones del Ermita?o, M¨¦xico) y, ahora, El observatorio editorial (Adriana Hidalgo editora, M¨¦xico). Explic¨® que los libros son un ap¨¦ndice de su verdadera obra, el cat¨¢logo de Anagrama.
El observatorio editorial, con pr¨®logo de Rodrigo Fres¨¢n, re¨²ne art¨ªculos y conferencias sobre autores, en general publicados por Anagrama; editores, como los dedicados a Francisco Porr¨²a y a Javier Pradera, y algunos textos dedicados a la edici¨®n. Muy revelador es Un d¨ªa en la vida de un editor, en el que Herralde pone de manifiesto su absoluta entrega, que va m¨¢s all¨¢ del oficio.
Es un libro que vale la pena leer, primero porque transmite entusiasmo por la lectura de autores muy diferentes, desde Magris a Escohotado, Alan Pauls, Ricardo Piglia, Vladimir Nabokov o Raymond Carver. Y segundo, porque da cuenta de cosas poco sabidas sobre las peripecias del mundo editorial o sobre libros, como unos diarios in¨¦ditos de Jes¨²s Aguirre y de Ricardo Piglia.
"Sobre el diario de Aguirre tengo un texto in¨¦dito que a¨²n no he publicado". Pero algo avanz¨®: "Conoc¨ª a Aguirre en aquel s¨®tano negro de Jaime Gil de Biedma; tiempo despu¨¦s, cuando present¨® un libro de Xavier Rubert de Vent¨®s que hab¨ªa editado Anagrama, me explic¨® que llevaba un diario en el que escrib¨ªa cada noche 'pasase lo que pasase". ?Sabe si se publicar¨¢? "Me imagino que lo tienen cerrado a cal y canto. Teniendo en cuenta la lengua viperina de Aguirre. debe ser una maravilla". En cuanto al de Piglia, del que el escritor argentino dice que algo sale en sus novelas, ignora si lo querr¨¢ publicar en vida.
Herralde, que admiti¨® que tiene muy buena memoria, fue interrogado sobre si piensa revelar alg¨²n d¨ªa sus verdaderas relaciones con algunos escritores o si publicar¨¢ sus memorias. "No me tienta, aunque no lo descarto. Prefiero escribir a favor. Quiz¨¢ hable fragmentariamente de algunos casos concretos". Tambi¨¦n se le pregunt¨® sobre el futuro de Anagrama. ?No tiene pesadillas al pensar que en el futuro el cat¨¢logo de su editorial acabe en un gran grupo? "Soy ateo", respondi¨®. Ya m¨¢s directamente: ?Se jubilar¨¢? "Me jubilar¨¢ la muerte o la biolog¨ªa".
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